14/09/2024

Mt 12, 38-42

PARA EXAMINAR LA CONCIENCIA – SEÑALES PRODIGIOSAS

«Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa».

Eso le dijeron a Jesús.

Y eso también se lo dices tú, sacerdote, cuando le pides ver para creer, y le pides muestras de su poder, porque no crees en Él.

Tu Señor te ha dado una señal prodigiosa, sacerdote. Es la señal del amor, por el que Dios todopoderoso, creador de cielos y tierra, de todo lo visible y lo invisible, se abaja a su criatura, y se hace hombre, se encarna del vientre de mujer, para nacer y hacerse visible a los ojos de los hombres, para que los que tengan ojos vean, y viendo crean que Dios amó tanto al mundo que le dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna.

Tu Señor te ha dado una señal prodigiosa, sacerdote, cuando entregó su vida por ti, porque nadie se la quitó, Él mismo la dio para salvarte.

Tu Señor te ha dado una señal prodigiosa, sacerdote, cuando se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz, por la que derramó toda su sangre, hasta la última gota, para perdonarte, para renovarte, para hacerte suyo, no con justicia, sino con misericordia.

Tu Señor te ha dado una señal prodigiosa, sacerdote, cuando entregó su espíritu en las manos del Padre, para descender a los infiernos a anunciar su victoria, resucitando de entre los muertos al tercer día, reconstruyendo en tres días el templo que había sido destruido. Tu Señor ha destruido la muerte, y ha vencido al mundo, ganando para el mundo la vida.

Y tú, sacerdote, ¿necesitas más señales que esta?

¿Crees que exista una muestra de amor más grande que dar la vida por los amigos?

¿Necesitas más pruebas que estas, para convencerte del poder de tu Señor, que se manifiesta a través de la misericordia infinita de Dios?

Tu Señor te ha dado una señal prodigiosa, sacerdote, cuando te llamó y te eligió para que lo siguieras, y te dio el poder de bajar el pan vivo del cielo, de predicar el Evangelio, y de dar vida impartiendo los sacramentos, y te dio el poder de convertir a su pueblo.

Tu Señor te ha dado una señal prodigiosa, sacerdote: es la señal de la cruz, la señal del Hijo del hombre, del Verbo encarnado, del Buen Pastor, del Sumo y Eterno Sacerdote, del Maestro, del Cristo, del Rey de reyes, y Señor de señores. Su nombre es Jesús. Es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, y es Dios enamorado de los hombres.

No busques más señales, sacerdote. No tientes al Señor tu Dios, y no seas incrédulo sino creyente. Una única señal le ha dado tu Señor a la gente: son los prodigios que realizan tus manos con su poder, señal de amor, señal de comunión, señal de alimento y bebida de salvación, señal de ofrenda, señal de don, señal de gratuidad, señal de perdón, señal de vida, señal de alegría, señal de cruz, señal de muerte y de resurrección, señal de la misericordia infinita de tu Señor, que es su presencia viva, y es Eucaristía.