15/09/2024

Lc 21, 29-33

PARA EXAMINAR LA CONCIENCIA – CONFIAR EN LA PALABRA

«No tengan miedo, aquí estoy yo para salvarlos».

Eso dice Jesús.

Te lo dice a ti, sacerdote. Porque tú crees en Él.

¿Y quién, que crea en Él, y en que Él es el Hijo único de Dios, que ha venido al mundo para salvarnos, que siendo Dios se despojó de sí mismo, para adquirir la naturaleza humana y hacerse igual a los hombres en todo, menos en el pecado, dudaría de su Palabra?

¿Quién, que crea en que, por su vida, pasión, muerte y resurrección, nos ha dado la vida eterna, dudaría de su Palabra?

¿Quién, que crea en que Él es el Cristo, y que, por Él, con Él y en Él nos hacemos como Él, hijos del Padre, podría dudar de su Palabra?

¿Quién, que cree que Él ha nacido del vientre puro e inmaculado de una virgen, naciendo como Dios y como hombre, para habitar entre nosotros, pueda dudar de su Palabra?

¿Quién, que cree que el mismo Dios Hijo nos ha hecho hermanos, dándonos a su Madre como madre, pueda dudar de su Palabra?

¿Quién, que cree en la Madre, como verdadera madre, y pide su auxilio, su ayuda, su protección y su cariño, pueda dudar de su Palabra?

Y ¿quién, que cree, y no duda de la Palabra, puede sentir miedo?

El Señor te hace esta pregunta, sacerdote: ¿por qué si tú crees en la verdad y conoces la verdad, te sabes hijo, y te sabes hermano, a veces no escuchas y no cumples la Palabra en la que crees?

El que crea, que confíe.

El que escuche, que ponga en práctica la Palabra.

El que ponga en práctica la Palabra, que se confirme en la fe de ser, por filiación divina en Cristo, por él y en él, un mismo ser, que comparte un mismo cuerpo y un mismo espíritu, que lo hacen parte de Él. Y si es parte, lo diviniza.

Y ¿quién, sino Dios, tiene poder?

¿Podría acaso, alguien que cree, sentir miedo?

Y, si, aun así, sacerdote, por tu miseria, te traicionara la duda, y por la duda te castigara el miedo, cree que podrías gritar: “Señor, yo creo en ti y en que tú estás aquí, para salvarme”.

Y tú, sacerdote, ¿crees que el Reino de Dios ya está cerca, que el Señor vendrá a buscarte y se cumplirá su Palabra hasta la última letra?

¿Estás bien preparado para dejarte encontrar por el Hijo de Dios, que bajará del cielo para llevarte con Él a su paraíso?

¿Tienes miedo, o tienes el corazón alegre y confiado, porque tienes fe?