15/09/2024

Lc 10, 38- 42

PARA EXAMINAR LA CONCIENCIA – UNA SOLA COSA ES NECESARIA

«Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará».

Eso dice Jesús.

Se lo dice a Marta y te lo dice a ti, sacerdote, porque te afanas y te preocupas de cosas vanas, y te olvidas de hacer oración para escuchar su Palabra.

Tu Señor te advierte, sacerdote, que el activismo y la preocupación no te conducen a ninguna parte, tan solo enfrían tu corazón, porque, ¿de qué te sirve ganar el mundo entero, si te pierdes a ti mismo?

¡Escucha, Israel! Esa es la orden que da el Señor a su pueblo, para que lo obedezcan y hagan lo que Él les diga, para que lo amen por sobre todas las cosas y se amen los unos a los otros, como Él los ha amado, porque hay muchas cosas importantes, pero solo esto es necesario.

Tu Señor te dice que el que guarda sus mandamientos, ese es el que lo ama, y el que lo ama será amado de su Padre, y Él lo amará y vendrá a él y hará morada en él.

Tu Señor te conoce, sacerdote. Él sabe todo lo que tienes que hacer. Conoce tus trabajos y tu cansancio, y te pide que tomes su yugo y que lo sigas, confiando en Él, porque su yugo es suave y su carga ligera.

Tu Señor te pide que te despojes de todo, también de tu soberbia, que te hace creer que puedes tú solo si te esfuerzas. Date cuenta, sacerdote, que en tu debilidad está su fortaleza, y es en la oración, escuchando a tu Señor, en donde recibes la gracia para prosperar en todas tus empresas.

Y tú, sacerdote, ¿te ocupas en muchas cosas, y te dejas envolver por el activismo que te hace olvidarte de Dios, del prójimo, y hasta de ti mismo?

¿Dedicas tiempo a la oración?

¿Detienes el tren de tu día para alabar a tu Señor?

¿Te ocupas de lo importante para cumplir una meta, y a lo único necesario le sacas la vuelta, porque piensas que el tiempo apremia?

¿Qué es para ti lo importante, sacerdote?

¿Qué es lo necesario?

¿De qué te habla tu Señor?

¿Lo escuchas?

¿Lo obedeces?

¿Cumples sus mandamientos?

¿Escuchas el llamado de tu Señor y le abres la puerta?

¿Lo recibes en tu casa?

¿Lo atiendes?

¿Permaneces con Él?, ¿o lo dejas solo porque tienes mucho que hacer?

Reflexiona, sacerdote, sobre las prioridades que has puesto en tu vida, y date cuenta de que te has llenado de actividades; tantas, que no te alcanza el día, solo te cansas y te debilitas, porque el que mucho abarca poco aprieta, y por mucho que corras no llegarás. Nada puedes tú solo, porque todo, absolutamente todo, viene de tu Señor.

Haz un alto en el camino, sacerdote, y revisa tu actividad, rectificando tu intención, haciendo tus labores no solo por cumplir, sino por amor de Dios, transformando tu vida ordinaria en una constante oración, escogiendo siempre la mejor parte, que nadie te quitará, haciendo primero oración, después expiación, y muy en tercer lugar acción.