CORRESPONDER AL AMOR DE DIOS CON EL SERVICIO
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos III, n. 3)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Marcos: 1, 29-39
En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
«Hijos míos: en mi corazón guardo el silencio de mi oración. Es en la oración en donde el Espíritu Santo se comunica a los hombres y actúa para manifestarse al mundo por medio de las obras de los hombres.
Oren con fe y con disposición a escuchar en la oración el llamado de Dios. Y correspondan a ese llamado con prontitud en el servicio. Sirvan a Cristo con el amor de Cristo derramado en sus corazones, para que den fruto en abundancia.
Es tanta la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre, que Dios se ha hecho hombre para que el hombre escuche a Dios en las palabras de hombre y lo siga, para que aprenda a servir a Dios como Dios sirve a los hombres.
Jesús ha venido a dar ejemplo de cómo el hombre debe escuchar, y seguir, y servir a Dios, caminando en el mundo por el camino justo, para que el hombre llegue a Dios. Escuchen la Palabra y crean, para que tengan vida.
Les ha sido enviado también el Santo Paráclito para que les enseñe y les recuerde todo lo que mi Hijo Jesús les ha dicho. Oren pidiendo con insistencia, y todo les será concedido, en el nombre del Hijo y en la voluntad del Padre.
Aprendan a orar. Retírense en soledad, invocando al Espíritu Santo, para que lo dejen actuar y reciban la luz de Cristo, porque en el mundo hay mucho ruido y mucha oscuridad, y Él los busca, pero ustedes no se dejan encontrar.
Aprendan a permanecer en oración, para que ustedes sean luz y lleven la luz al mundo entero, predicando con el ejemplo, a través del servicio».