VOLVERSE LOCO DE AMOR
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos III, n. 14)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Marcos: 3, 20-21
Sus parientes decían que se había vuelto loco.
«Hijos míos: Dios ha escogido a los locos del mundo para confundir a los sabios, y ha escogido a los débiles del mundo para confundir a los fuertes. Si alguno se cree sabio, vuélvase loco, para que llegue a ser sabio, porque la sabiduría del mundo es locura a los ojos de Dios. Loco por la causa de Cristo, envuelto en su locura de amor, porque solo un loco ama como ama Cristo, con locura de amor hasta el extremo, dando la vida por sus amigos, solo por amor.
Alégrense si los llaman locos. Agradezcan a Dios y sumérjanse en la locura divina de su mar misericordioso de amor.
Ustedes son los locos y débiles del mundo, para confundir a los sabios y a los fuertes. Ha sido escogido lo que no es, para reducir a la nada lo que es, para que nadie se gloríe en la presencia de Dios, y para que el que se gloríe, se gloríe en el Señor.
Ustedes han sido llamados como mártires de amor, para dar testimonio del amor de Dios, para que sean ejemplo de amor para los sabios y poderosos, para que se vea que Dios no elige a los que más saben, sino a los que más aman.
Alégrense, porque se parecen a ese que llaman Loco porque dio la vida por los pecadores, porque ama a los que lo desprecian, lo juzgan, lo destierran, y en esa locura conquista, convence y une, haciendo partícipes a los sabios y a los fuertes, confundiéndolos con su locura, para hacerlos hijos de Dios, correspondiendo a la maldad con bondad, a la calumnia con palabras de verdad, soportando por amor todos los sufrimientos, entregando todo en un solo y eterno sacrificio, que es la verdadera y única locura de amor: el Hijo de Dios crucificado y resucitado por amor.
Yo les pido que reparen el Sagrado Corazón de Jesús luchando por el triunfo de mi Inmaculado Corazón, dando la vida como Cristo, con locura divina, por amor, para la salvación de las almas».