SEGUIR A CRISTO QUE PASA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos III, n.17)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Marcos: 1, 14-20
Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres.
«Hijos míos: Jesús los llama y les dice: conviértanse y crean en el Evangelio, porque del polvo fueron hechos y al polvo volverán. Conviértanse, porque días han de venir en que ya no habrá tiempo. Hoy es tiempo. El que come su Carne y bebe su Sangre no morirá, sino que vivirá para siempre.
Acompáñenme. Yo soy el auxilio, defensora de la vida de mis hijos, guerrera vencedora con el arma más poderosa, que es la oración. Yo los llamo a todos: a los que están dispuestos, a los que se han ido, a los que tienen miedo, a los que están cansados, a los que pierden la esperanza, a los que les falta fe, para que sigan a Jesús, para que estén atentos y se dejen sorprender por el Cristo que pasa, y que se detiene para invitarlos a caminar con Él en su camino, para hacerlos pescadores de hombres, mensajeros de Dios, que llevan el amor y la misericordia de Dios a todos los ambientes.
“Sígueme”: ese es el llamado, esa es la invitación, esa es la declaración de amor de Dios a los hombres, para reunirlos en la barca, la Santa Iglesia Católica.
Escuchen el llamado. Porque Él los llama todos los días. Correspondan, y sigan a Jesús. Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca. Él los busca en medio del mundo, y los encuentra, y los invita a caminar con Él en medio del mundo, no porque ustedes lo aman, sino porque Él los amó primero.
Escuchen la Palabra del Señor, y luego obedezcan, correspondiendo a la voz que hace arder en fuego sus corazones. Y agradezcan tener oídos con los que oyen, tener voluntad con la que obedecen, tener ojos con los que ven, tener corazón con el que sienten.
Y si no sintieran nada, pidan perdón, pidan ayuda al Señor, y Él cambiará los corazones de piedra en corazones de carne, para que sientan, para que actúen, para que lo sigan, para que lleven a los demás el amor de Dios entre sus redes».