05/02/2025

MCM Mc 12, 13-17

DAR A DIOS LO QUE ES SUYO

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos III, n. 74)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)

 

Evangelio según san Marcos 12, 13-17

Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

 

«Hijos míos: Jesús, que es la sabiduría infinita, dijo a los que lo perseguían y le tendían trampas: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Y los dejó admirados. Esas son palabras sabias y verdaderas. Son palabras que salen de la boca, pero provienen del corazón del que ha sido puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción. Y se lo dice a ustedes, para que no se equivoquen.

Adoren a su Señor, que es el único Dios verdadero, y renuncien a la idolatría y a las falsas predicaciones, que son palabrería, reconociendo a Jesucristo como su único Dueño, Amo y Señor. Den al César lo que es del César, y den a Dios lo que es de Dios, porque nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno, y amará al otro, se entregará a uno y despreciará al otro, porque no pueden servir a Dios y al dinero.

Escuchen la voz del Señor, y acaten su palabra. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y no se preocupen de nada, porque todo lo demás se les dará por añadidura. Oren, para que puedan descubrir la voluntad de Dios en cada momento y circunstancia de su vida.

El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. Por tanto, la perfección de Dios debería reflejarse en cada hombre. Pero el pecado, cuando tiene dominado al hombre, lo mancha, desvirtúa esa imagen de la perfección. Sin embargo, lo que es perfecto está hecho a imagen de lo perfecto, permanece intacto en la esencia de su ser, y eso es lo que los hace alcanzables a la santidad, que ha de ser por ustedes deseable.

Que el Espíritu Santo, Maestro divino, conserve en ustedes la belleza y la perfección, porque el brillo en ustedes es la esencia del Verbo divino. Que su luz sea la luz de ustedes, y el amor sea su camino. Permanezcan junto a mí. Yo les doy mi compañía, para que busquen a Cristo, encuentren a Cristo, y amen a Cristo».