05/02/2025

MCM Mc 16, 15-20

PERMANECER EN EL GOZO DE LA COMPAÑÍA DE MARÍA

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 89)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Evangelio según san Marcos: 16, 15-20 

Mientras los bendecía iba subiendo al cielo.

 

«Hijos míos: mi corazón se llenó de alegría al ver a mi Hijo subir a la gloria del Padre, porque el Espíritu Santo estaba conmigo. Ese fue un día muy feliz, porque vi cumplidas las Escrituras y la voluntad de Dios, porque mi Hijo había triunfado venciendo al mundo. Y así como compartí con Él la cruz, ahora compartía con Él la gloria, en un solo corazón, en una sola alma.

Y ahí estaban Pedro y Juan, Santiago, Andrés, Mateo, Felipe, Tomás, Bartolomé, Santiago, Simón y Judas, no el Iscariote, que había traicionado a Jesús, sino el hijo de Santiago. Eran once, entre una multitud que oraba y adoraba, mientras el Hijo de Dios los bendecía y subía al cielo.

Y entendí que debía mantenerlos unidos como mi Hijo me había pedido, porque ahora eran hijos del Padre en el Hijo. Pero la tristeza de verlo irse al cielo los alejaba de Él, y el Espíritu Santo, que siempre está conmigo, los atraería hacia Él, a través de la fuerza de la unión y la oración. Porque nadie puede ir al Padre si no es por el Hijo, y nadie puede ir al Hijo si el Padre no lo atrae hacia Él. Y entendí que Él me hizo Madre de los Apóstoles, para ser Madre de todos los hombres, para reunirlos bajo mis alas, como una gallina reúne bajo sus alas a los polluelos, para darles protección y consuelo, para ser fortalecidos y poder cumplir la misión que Él mismo les había encomendado: reunir y llevar al cielo a los invitados al banquete de las bodas del Cordero.

El Señor, que ha venido al mundo a morir por ustedes para salvarlos, ha resucitado y ha subido al Padre, para enviarles al Espíritu Santo, que los une a Él y los hace uno con Él, porque el Señor ha venido al mundo para quedarse. Permanezcan en oración, para que el Espíritu Santo, que está conmigo, esté con ustedes. Permanezcan reunidos conmigo, en la disposición de ser fortalecidos con el Espíritu Santo, para transformar su tristeza en alegría, su soledad en unidad fraterna, su miedo en confianza, su duda en fe, su debilidad en fortaleza, su desgano en ánimo, su desaliento en esperanza, su tibieza en un corazón encendido en fuego, y con amor y alegría, con paz y con paciencia, con amabilidad y bondad, con fidelidad, humildad y templanza, lleven al mundo el testimonio de Jesús, con valor, con seguridad, con confianza, para que los que crean se salven.

Procuren la caridad y una vida de piedad, en unidad, en oración, y en mi compañía, dispuestos a recibir la gracia, para transmitir al mundo, con su testimonio de fe, los tesoros de mi corazón, transmitiendo con obras su fe, en la seguridad de mi compañía, sabiendo que Jesús estará con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».