28/01/2025

MCM Lc 6, 36-38

DAR Y RECIBIR

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 13)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Lucas: 6, 36-38

Con la misma medida que midan serán medidos.

 

«Hijos míos: Bienaventurados sean los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. Sean misericordiosos, sean generosos en dar, alimentando, dando de beber, vistiendo, acogiendo, visitando, bendiciendo, enseñando, dando consejo, corrigiendo, perdonando, consolando, sufriendo con paciencia los errores de los demás, orando por los vivos y los muertos, poniendo por obra la fe que profesan, que practican, y en la que creen.

Sean misericordiosos con el pecador, con el necesitado y el ignorante, con el necio y el cobarde, con el resignado y el indiferente, con el frío y el tibio, con el humilde, con el arrepentido y el orgulloso, porque la misericordia es para todos. Pero cuiden la rectitud de intención, la pureza de sus corazones, y su nobleza, porque si sus obras no están hechas con amor, no pueden ser llamadas obras de misericordia. Serían vanas y vacías, y no servirían para nada.

No juzguen y no serán juzgados, porque en la medida en que actúen, así serán tratados: a unos, por sus actos, el justo Juez los pondrá a la derecha, y a otros a la izquierda. No condenen y no serán condenados; y perdonen, para que ustedes también sean perdonados. Eso es lo que les pide y lo que les promete el Señor. 

Él les pide que den a manos llenas, porque quiere que reciban también a manos llenas. Quiere que se entreguen totalmente, uniendo su voluntad a la de Él, porque Él se ha entregado ya. Él los ha amado primero.

Correspondan a su amor, y dense ustedes, como se ha dado Él. Si ustedes dan, Él se da más; si ustedes tienen, Él tiene más; si ustedes son generosos, Él lo será más, porque Dios no se deja ganar en generosidad. Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes, porque ahí está resumida la ley de Dios y de los profetas».