ABRIR EL CORAZÓN
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
Miércoles III de Adviento
(Fuente: Espada de Dos Filos I, n. 18)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Lucas: 7, 19-23
Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído
«Hijos míos: Jesús es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, que vino a rescatar lo que estaba cautivo, que vino a abrazar al hijo pródigo, que vino a buscar a la oveja perdida, que vino a morir para pagar, que vino a entregar la vida a cambio de la muerte, para destruir la muerte y dar vida.
Si quieres oír de amor, escucha a Jesús.
Si quieres conocer el amor, conoce a Jesús.
Si quieres sentir amor, experimenta a Jesús.
Si quieres buscar amor, busca a Jesús.
Si quieres encontrar amor, encuentra a Jesús.
Si quieres amar y ser amado, ama a Jesús, Él te ama.
Si quieres caminar seguro, camina con Jesús, Él es el camino.
Si quieres saber la verdad, sigue a Jesús, Él es la verdad.
Si quieres tener vida, vive en Jesús, Él es la vida.
Si quieres tener vida eterna, cree en Jesús, Él es el Hijo de Dios.
Si quieres descansar, ve a Jesús, su yugo es suave y su carga ligera.
Si quieres tener paz, abandónate en el plan de Dios, niégate a ti mismo y cumple su voluntad, deja todo, toma tu cruz y sigue a Jesús.
Si tienes oídos, oye y atiende lo que escuchas.
Hijos míos: yo soy Madre, y las madres conocen a sus hijos. Les pido a ustedes que abran su corazón, para que se dejen ayudar, para que reciban mi auxilio maternal.
Reúnanse en torno a mí, porque el Espíritu Santo está conmigo y yo llevo en mi seno a Dios. Porque el fruto de mi vientre es Cristo, el Salvador y Redentor.
Él es el Mesías, y no hay que esperar a otro. Él es el que es, el que era, el que vendrá, el que vino al mundo a conquistar el mundo con el amor derramado en la cruz, para hacer llegar ese amor a cada uno de los hombres en misericordia».