29/01/2025

MCM Lc 10, 38-42

LA AMISTAD CON JESÚS

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos V, n. 32)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Lucas: 10, 38-42 

Marta lo recibió en su casa. - María escogió la mejor parte.

    

«Hijos míos: Jesús es el amor. Él es la resurrección y la vida. Permanezcan en Él, como Él permanece en ustedes, escuchando su palabra y alimentándose de Él. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. El que hace esto es el que confía, y se abandona en Dios y lo obedece.

Traten a Jesús como a un amigo. El que tiene un amigo quiere estar con él, lo recibe, lo atiende, habla con él, le cuenta sus cosas, le pide consejo, lo escucha y hace lo que él le dice, le dedica tiempo, le demuestra que lo quiere, y lo ama hasta dar su vida por él.

Ustedes se afanan y se preocupan de cosas vanas, y se olvidan de hacer oración. El activismo y la preocupación no conducen a ninguna parte, tan solo les enfrían el corazón. Procuren el trato íntimo y frecuente con Jesús en la oración, porque hay muchas cosas importantes, pero solo esto es necesario. Es en la oración, escuchando al Señor, en donde reciben la gracia para prosperar en todas sus empresas. 

Reflexionen sobre las prioridades que han puesto en sus vidas, y dense cuenta de que se han llenado de actividades; tantas, que no les alcanza el día, solo se cansan y se debilitan, porque el que mucho abarca poco aprieta, y por mucho que corran no llegarán. Nada pueden solos, porque todo, absolutamente todo, viene del Señor.

Hagan un alto en el camino, y revisen su actividad, rectifiquen su intención, haciendo sus labores no solo por cumplir, sino por amor de Dios, transformando la vida ordinaria en una constante oración, escogiendo siempre la mejor parte que nadie les quitará, haciendo primero oración, después expiación, y muy en tercer lugar acción.

Hijos míos, permanezcan conmigo, unidos en el amor del Sagrado Corazón de Jesús, y acompáñenme, para que escojan siempre su amistad, que esa es la mejor parte, y nunca les será quitada».