PERMANECER EN FIDELIDAD
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos V, n. 41)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Lucas: 11, 37-41
Den limosna, y todo lo de ustedes quedará limpio.
«Hijos míos: Jesús es el único Maestro. No se dejen seducir por doctrinas extrañas, ni palabrerías. Permanezcan en fidelidad a su Palabra. Promuevan la unidad en su familia y en todos los ambientes, haciendo todo sin discusiones ni murmuraciones, y no salgan de sus bocas palabras dañosas, sino que edifiquen y hagan el bien a los que los escuchan. Porque en un mismo cuerpo todos los miembros se ayudan, todos los miembros se afectan.
Yo ruego por ustedes para que toda amargura, ira, cólera y maldad desaparezca de entre ustedes. Que sean amables, compasivos y misericordiosos entre ustedes, y se perdonen mutuamente, como Jesús los ha perdonado. Que crean en su amor, para que crean en Él. Yo busco a los que se han ido para que regresen, para que lo amen, para que lo alegren.
Vengan conmigo, hijos míos. Vamos a abrir los corazones endurecidos, para que Él entre y los transforme.
Reciban la misericordia del Padre.
Para que sean justos y misericordiosos como el Padre es justo y misericordioso.
Para que practiquen la justicia y la misericordia, compadeciendo y amando, entregándose con Cristo.
Para que amen, como ama Él.
Para que den, como da Él.
Para que perdonen, como perdona Él.
Para que se humillen, como se humilla Él.
Para que sufran, como sufre Él.
Para que vivan en la alegría, como lo hace Él.
Para que entreguen su voluntad al Padre, como les ha enseñado Él.
Para que resuciten en la vida nueva, que les promete y les regala Él.
Para que en cada Eucaristía vean su misericordia y su justicia».