ALABAR AL SEÑOR

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos V, n. 58)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Lucas: 13, 10-17

Mujer, quedas libre de tu enfermedad.

              

«Hijos míos: Jesucristo es el único Rey y Señor, mi Hijo único, hombre y Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad, que es uno con el Padre y con el Espíritu Santo, tres personas distintas, una sola Deidad, redentor del mundo, misericordia derramada del Padre que a los hombres encadenados por el pecado vino a salvar; con su pasión y su muerte han quedado liberados e incluidos en la vida de su resurrección. Él tiene todo poder, nadie va al Padre si no es por Él. Él es dueño de ustedes y de mí, y de cada uno de los que vino a redimir. Él es Cristo vivo, y está en todo lugar. Él ha venido con todo derecho a tomar para sí lo que ha querido. 

El Señor es dueño de todo, también del sábado. Nadie puede impedirle tomar lo que es suyo, ningún permiso tiene que pedir. No hay ninguna condición para que Él haga cumplir su palabra. No hay ninguna ley por encima de Él.

Oremos por la liberación y la salud de cada uno de los miembros enfermos de la Santa Iglesia, para que sean sanados, para que sean curados, para que sean liberados, para que sean unidos a la cruz de Jesús, y permanezcan hasta que sea restablecida la unidad y la paz en todos los miembros que componen la Santa Iglesia. 

Yo soy Madre y los quiero a todos. Hagan siempre el bien, reciban la misericordia y la gracia derramada del Sagrado Corazón de Jesús, y sean agradecidos. ¡Alaben al Señor! Para Él todo el honor y la gloria».