VENERAR EL SANTO NOMBRE DE MARÍA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
EVANGELIO DE LA FIESTA DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA
Evangelio según san Lucas: 1, 39-48
Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
«Hijos míos: el nombre de la Virgen es María. El mismo Dios, que me creó pura e inmaculada, sin pecado concebida, María me llamó. Toda yo soy suya, desde siempre y para siempre. Hasta mi nombre Él lo eligió. Pensada para ser Madre de su Hijo me tenía, desde antes de que yo fuera concebida. María es mi nombre, el nombre de la esclava del Señor. Mi nombre es santo, porque santa es la Madre de Dios. Santidad que se alcanza cuando un alma alcanza la perfección.
La perfección de un alma, hijos míos, es el verdadero y puro amor. Yo he amado, amo y amaré para siempre, con perfecto amor de Dios. Por ese perfecto amor goza mi corazón, que los ama tanto, pero sufre mi corazón, que ama también a los ingratos enemigos de mi Hijo Jesucristo. Con amor de Madre los he amado, los amo y los amaré yo.
A aquellos que lo traicionaron, los que lo traicionan y los que lo traicionarán, los amo.
A aquellos que lo despreciaron, que me despreciaron, que lo desprecian, que me desprecian, que lo despreciarán y me despreciarán, los amo.
A aquellos que lo calumniaron, que lo juzgaron injustamente, que lo flagelaron, torturaron, de Él se burlaron y lo crucificaron para darle muerte; a los que siguen cometiendo el mismo pecado, y los que lo harán, los amo.
A los que no creyeron en Él, los que no creen en Él, los que no creerán en Él, los amo.
Y ese amor desgarra mi alma, hiere mi corazón, porque los amo. Son mis hijos también. Él me los dio para amarlos. Y cuando Dios me creó me dio este corazón lleno de amor. Y mientras más pecadores son, más siente compasión por ellos este tierno corazón, porque los amo.
¡Dichosos ustedes que han creído! Pongan el santo nombre de María muy en alto. Yo los amo y les pido que se dejen acompañar por mí, porque yo soy la Madre del único Dios verdaderísimo, por el que se vive. Y mi Hijo, que es el Hijo del único Dios verdadero, vive y obra en ustedes.
Glorifíquenlo honrando mi nombre, porque decir María es decir: Jesús te amo».