PERMANECER UNIDOS A CRISTO

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 23)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Lucas: 11, 14-23

El que no está conmigo, está contra mí.

 

«Hijos míos: yo custodio sus corazones, para que resistan a la tentación y vivan en virtud. Permanezcan unidos a Cristo adorando la Eucaristía, que es el corazón de la Iglesia. Acérquense al Sagrario, y adórenlo. Él siempre los está esperando, quiere estar con cada uno, y que estén con Él.

Su fortaleza es Cristo. El que no está con Cristo divide. El que no está con la verdad, miente. El que no camina en Cristo, se pierde. El que no vive en la verdad, no cree. El que no está con Cristo está contra Él. El que no recoge con Él desparrama. 

Búsquenlo y encuéntrenlo en la oración, y pídanle que permanezca con ustedes, y ámenlo con todo su corazón, con toda su mente, con toda su alma, con todas sus fuerzas. Y demuéstrenle con sus obras que están con Él, porque estaban encadenados al mundo, y Él los ha liberado, los ha perdonado, los ha salvado, los ha hecho partícipes de su muerte y de su resurrección, y ha ganado para ustedes la vida eterna, para que compartan con Él su paraíso.

Permanezcan unidos a Él, venciendo al mundo con su poder, resistiendo a la tentación, para no caer en el pecado que lleva a la división de ustedes mismos. Busquen la unidad de vida en Cristo, un solo cuerpo y un mismo espíritu, poniendo por obra la fe que profesan, fomentando la esperanza, y practicando la caridad, para que sus obras den como fruto la unidad.

Se vence en la unidad. Permanezcan en unidad. Para permanecer unidos lo que necesitan es amor. Busquen a Cristo, para que encuentren a Cristo, para que amen a Cristo, para que permanezcan en Cristo».