29/01/2025

MCM Lc 11, 29-32

CONTEMPLAR LA CRUZ, SEÑAL DEL AMOR DE DIOS

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 8)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Lucas: 11, 29-32 

A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del profeta Jonás.

 

«Hijos míos: es tiempo de oración. Es tiempo de conversión. Es tiempo de misericordia. 

Es tiempo de que defiendan lo que es mío: a ustedes mismos, mis hijos. Ustedes que sí creen, son señal de la misericordia de Cristo derramada en la cruz, porque a Él no le creyeron. Pero ustedes darán testimonio de Él, para que el mundo crea. El que cree en Él no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Hijo único de Dios. 

En cada uno de ustedes obra Cristo, resucitado y vivo, y de eso dan testimonio. Porque, si Cristo no resucitó, vana es la fe. Cristo es la Palabra y es la Verdad. Es Él quien les da la vida y les da la libertad. Sigan su camino. 

Contemplen la cruz, que es la señal que les da Dios, para que entiendan que tanto ha amado al mundo, que le ha dado a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna. Y ahí está Él, entregando su vida por cada uno de ustedes: crucificado, derramando su sangre hasta la última gota, para rescatarlos, para liberarlos, para hacerlos suyos, para hacerlos libres.

Contemplen la cruz, y descubran en ella la señal del amor de Dios, y doblen sus rodillas al pronunciar su nombre. Se llama Jesús. Contemplen la cruz, y háganla suya, para que descubran en ella la sabiduría que se derrama para el mundo. Se llama Misericordia.

Reciban el amor de Dios, y humíllense ante ese amor, y entréguenle sus corazones, para que Él los convierta. Confíen en Él y entréguenle su voluntad, para que la transforme en obras que los mantengan en libertad, eligiendo el bien y rechazando el mal. Hay gente perversa, conviértanla con su ejemplo y con su testimonio de que no hay más señal que la cruz, para mostrar el camino hacia la libertad.

Yo les doy este tesoro de mi corazón: mi tenacidad.

Yo les pido: recen, recen, recen con tenacidad, y perseveren en la entrega de vida que es todos los días, imitando la fidelidad y la perseverancia de Cristo en la cruz.

Tenacidad para construir el Reino de Dios, a pesar de las persecuciones, de las dificultades, de las tribulaciones; a pesar de sus debilidades y de sus errores.

Tenacidad para que sigan caminando, y nunca se detengan. El camino es seguro. El camino es Jesucristo, que ha resucitado y está vivo.

Tenacidad para que den testimonio de su amor por mi Hijo».