30/01/2025

MCM Lc 12, 13-21

RENUNCIAR A LA AVARICIA

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre 

(Fuente: Espada de Dos Filos V, n. 49)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

Evangelio según san Lucas: 12, 13-21

¿Para quién serán todos tus bienes?

              

«Hijos míos: perseveren en el camino cumpliendo la voluntad de Dios, en la oscuridad y en la luz, en la enfermedad y en la salud, en la noche y en el día, orando sin desfallecer y caminando con fe.

Yo pido para ustedes la renovación de sus almas, cada día, renunciando a lo que los aleja de Dios, evitando toda clase de avaricia, porque la vida no depende de la abundancia de los bienes que se poseen. 

Yo pido para ustedes la pobreza de espíritu, para que resistan ante la tentación del deseo desordenado de las cosas que les ofrece el mundo, y hagan suyos los tesoros del Reino de los Cielos. 

Mantengan la disposición de reconocer sus miserias y el poder de Dios, y reciban su gracia y su misericordia, a través de la Palabra. Que todos sus esfuerzos y sus trabajos, sus sacrificios y sus sufrimientos, sean en la alegría de vivir en la fe de la vida eterna, participando en la gloria de Dios Padre y Dios Hijo, en unidad con el Espíritu Santo.

Compartan mis sufrimientos al ver que no todos eligen bien sus tesoros, y no podrán ser partícipes de la gloria de Dios. Que su anhelo sea alcanzar el cielo, procurando la santidad para la eternidad. 

Yo pido para ustedes que hagan buen uso de su libertad, entregando su voluntad en la voluntad de Dios, y pidan fe, reciban fe y vivan en la fe, para que, por su fe, sean santos».