SABER HUMILLARSE
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos V, n. 63)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Lucas: 14, 1. 7-14
El que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.
«Hijos míos: humillarse es conocer la verdad y guardar silencio, para llevar la verdad a un mundo que tiene tanto ruido, que no está dispuesto a escuchar solo con palabras, sino con obras. Jesús ha venido a enseñarles el camino para ser como Él, para que sean primeros y que sean últimos, como Él; pero, para ser el primero, deben primero hacerse el último.
Vivan sirviendo al Señor, haciéndose últimos, dando a conocer la verdad a través de obras de misericordia, porque los últimos serán los primeros. Para hacerse últimos, deben ser los primeros en servir, en dar, en obrar, en amar, en colaborar para llevar a todas las almas al cielo.
Hijos míos, es Juan y soy yo, al pie de la cruz de Cristo, un nuevo comienzo para la humanidad redimida. Que Cristo sea glorificado en ustedes, cuando venzan el temor y alcancen la plenitud del amor, convencidos de que la vida es Cristo.
Aprendan a humillarse, a través de la cruz, en sus deberes ordinarios según su vocación, encontrando el rostro de Cristo resucitado y vivo en la sabiduría, el entendimiento, el consejo, la fortaleza, la ciencia, la piedad y el santo temor de Dios, con los que se alcanza el conocimiento de la verdad y la plenitud del amor, viviendo una vida sobrenatural en medio del mundo; para que, viendo con los ojos de Cristo, se hagan últimos llevando la verdad al mundo, y alcancen todos juntos la santidad en Cristo. Entonces serán ensalzados, y sentados a la mesa con el novio en el banquete celestial».