TRABAJAR POR LA VIDA ETERNA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 62)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Juan: 6, 22-29
No trabajen por el alimento que se acaba, sino por el que dura para la vida eterna.
«Hijos míos: Cristo les revela la verdad, pero en la voluntad de ustedes está el creer, y en el creer está el confiar, y el abandono de la voluntad está en la confianza. La fe se pone a prueba en medio de la tribulación, de la dificultad, de la tentación, del desierto y de la oscuridad del alma; y se supera haciendo las obras de Dios, trabajando para Dios, manifestando con frutos el poder de su gracia.
Que sus únicos deseos sean cumplir los deseos de Jesucristo, a quien Dios hizo hijo del hombre, un poco inferior a los ángeles, para coronarlo de honor y de gloria, y someterlo todo bajo sus pies, por haber padecido la muerte para bien de todos, haciéndose como los hombres, teniendo el mismo origen, santificando a los hombres; y los llamó hermanos. Buscar el bien de Cristo es buscar el bien de sus hermanos. El bien de sus hermanos es buscar la perfección de la libertad en el cumplimiento de la virtud, que se alcanza solo por Él, con Él y en Él.
Acompáñenme hijos, para que sus voluntades sean fortalecidas para perfeccionar sus virtudes, abandonándose en Cristo, para que sea Él quien obre por ustedes, con ustedes, y en ustedes, para que por las obras de Dios que ustedes realizan sean llevados al camino de la perfección. El camino, la verdad y la vida es la Palabra, porque no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
No se preocupen de lo que han de comer, ni con qué han de vestir. Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura, y ocúpense en servir y en conocer a Cristo, haciendo sus obras. Mantengan abiertos sus corazones, unidos al mío, unidos en Cristo, trabajando para Dios, no por el alimento que se acaba, sino por el alimento que sacia, alimento que Cristo les da y que dura para la vida eterna».