23/01/2025

MCM Jn 7, 40- 53

CREER EN LA PALABRA

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 32)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según San Juan: 7, 40-53

¿Acaso de Galilea va a venir el Mesías?

               

«Hijos míos: ustedes han creído. Ustedes tienen fe. Lleven esta fe al mundo, para que den testimonio del amor de Dios, a través de obras de misericordia, para que otros crean, para que aumente su fe. Y acompáñenme a llevar mi auxilio de Madre a los que no creen, para que crean, para que se conviertan. Porque el que crea en mi Hijo, aunque muera, vivirá.

Caminen en el mundo con los pies en la tierra, pero con el corazón en el cielo, poniendo en Él toda su confianza. Que sea su oración la que aplaque la ira del Padre, pidiendo como hijos que sea fortalecida su fe, que sean abiertos sus ojos y crean en la Eucaristía, en que es el Cuerpo verdadero y la Sangre verdadera del único Hijo del Dios verdadero, por quien se vive.

El Señor les revela la verdad, pero en la voluntad está el creer, y en el creer está el confiar, y el abandono de la voluntad está en la confianza. La fe se pone a prueba en medio de la tribulación, de la dificultad, de la tentación, del desierto y de la oscuridad del alma, y se supera con las obras que manifiestan el poder de Dios, porque por sus frutos los reconocerán.

Tengan el valor de exponer sus corazones, para que se vea que tienen los mismos sentimientos que Cristo, y actúen con esos mismos sentimientos desde el fondo de sus corazones, transmitiendo el amor de Dios en obras, para que den testimonio de su amor por ustedes, del amor de ustedes por Él, y del amor de ambos, y su deseo de glorificarlo, llevando muchas almas al cielo. Que sea su celo apostólico el testimonio que exponga sus corazones ávidos de verdad y de misericordia, para llevarlo a todos los rincones del mundo.

No se preocupen de lo que han de comer, ni con qué han de vestir. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. Crean que Jesús es la Palabra que era en el principio, y que existía y que estaba junto a Dios. Crean que la Palabra era el Verbo y el Verbo era Dios, y todo se hizo por Él, y sin Él nada se hizo. Crean que el Verbo vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron, pero a los que lo recibieron y creyeron en Él los hizo hijos de Dios. Crean y confíen en aquello que creen, porque esa es la única verdad. Jesucristo es el único Hijo de Dios, que ha venido a nacer al mundo, para con su muerte darle vida al mundo.

Yo quiero transmitir y restituir la fe, mediante la formación permanente de la conciencia y del amor a la Eucaristía, en el mundo entero. Crean en el Evangelio, para que su testimonio sea veraz, para que otros crean y alcancen la vida eterna».