MCM Jn 15, 1-8
MCM Jn 15, 1-8
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PERMANECER UNIDOS A CRISTO

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 78)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Juan: 15, 1-8

El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante

 

«Hijos míos: permanezcan reunidos en torno a mí, para que sean acogidos en mi corazón maternal de Madre, para que mantengan la confianza y, con su oración y con obras de misericordia corporales y espirituales, permanezcan unidos a Cristo, como el sarmiento a la vid, y sean alimentados, cuidados y fortalecidos, para que den fruto abundante. 

Las obras realizadas por la fe producen fruto. Por tanto, muestren al mundo sus obras, y ellos verán el tamaño de su fe. Y por sus frutos los reconocerán.

Jesús también les dice que el que no da fruto no sirve para nada, y a ese el Padre lo arranca de Él. Y el que no está unido a Cristo se seca, no tiene vida, porque la vida es Él. El fruto en abundancia se consigue haciendo las cosas más pequeñas, pero con mucho amor, porque, aunque nadie las vea, el amor da fruto y ese fruto glorifica a Dios. Permanezcan en el amor, para que permanezcan unidos al Señor, para que den mucho fruto, y ese fruto permanezca.

Abandonen su voluntad a la voluntad de Dios, agradeciendo su bondad, y pidiéndole su ayuda, porque sin Él nada pueden. Escuchen la Palabra del Señor, y pónganla en práctica, para que permanezcan en Él y en su Palabra, haciendo sus obras, por su fe. Déjenlo obrar en ustedes, para que las obras que ustedes realicen sean de Él. Entonces harán sus obras y aún mayores, porque Él va al Padre, y todo lo que pidan en su nombre Él lo hará, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Cristo es la vid, y ustedes son los sarmientos. Permanezcan en Él para que tengan vida por Él, con Él y en Él, porque el Señor ha venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».