ALEGRARSE CON MARÍA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos I, n. 15)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Juan: 1, 6-8.19-28
En medio de ustedes hay uno al que ustedes no conocen
«Hijos míos: acompáñenme a llevar la alegría del triunfo de mi Inmaculado Corazón al mundo, llevando a todos la luz del Verbo hecho carne, para que en cada corazón nazca el amor y habite la esperanza, para que sean unidos en una misma fe, esperando en este triunfo la venida del Rey, mientras permanecen en vela con las lámparas encendidas.
Yo quiero reunirlos en torno a mí, para que sean iluminados con la sabiduría divina; para que sean alimentados con el pan de la vida; para que sean sumergidos en la esperanza y en la alegría; para que sean fortalecidos y enviados a llevar el amor de Dios a cada rincón del mundo a la luz del Evangelio.
Alégrense conmigo, porque yo los llamo a servir, y en este llamado acudirán otras almas, para unirse con ustedes y conmigo en oración y en sacrificio, para alimentar, para proteger, para consolar, para alentar, para fortalecer, para acompañar y guiar a otros más al encuentro con Cristo.
Acompáñenme a compartir la alegría del nacimiento de mi Hijo; del triunfo de mi Hijo, que me ha dado a tantos hijos míos; de la resurrección de mi Hijo, que ha dado vida a mis hijos; del triunfo de mi inmaculado Corazón y la paz del mundo, a la espera de la venida definitiva del Hijo del hombre al mundo, como Dios y como hombre, con todo el poder y la gloria, para llevar a su pueblo, por su infinita misericordia, a la Ciudad Santa, en el Reino eterno de los Cielos, en donde todos los justos verán a Dios».
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