TENER UN VERDADERO ENCUENTRO CON CRISTO
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos VII, n. 18)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
FIESTA DE SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL
Evangelio según san Juan: 1, 45-51
Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.
«Hijos míos: quien ha tenido en su alma la experiencia de un verdadero encuentro con Cristo, no tiene duda de quién es Él, y desea gritar al mundo que Él es el Hijo de Dios.
Yo los llamo a ustedes a la experiencia del encuentro con Cristo. La señal de que el encuentro ha sido real y verdadero es el dolor del alma por haberlo amado tarde, por haber perdido el tiempo buscándolo fuera, cuando lo llevaban dentro. La oración es lo principal, para que escuchen a Cristo, para que lo busquen, para que lo conozcan, para que crean en Él y lo amen.
Escuchen la Palabra del Señor, conviértanse, y crean en el Evangelio, que es el llamado continuo que Él les dejó, para que vayan a su encuentro, con los oídos abiertos, y el alma dispuesta a una verdadera renovación, porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que la espada de dos filos; penetra hasta la división entre alma y espíritu, articulaciones y médulas, y discierne sentimientos y pensamientos del corazón.
Yo soy Madre, y quiero hacer de esta casa, que es la Santa Iglesia, un hogar, para que, cuando mi Hijo venga, no lo encuentre vacío; para que encuentre calor, amor, armonía, paz, orden, alegría, fraternidad. Para que los encuentre a todos reunidos y con las lámparas encendidas.
Porque cuando Él venga, hijos míos, entrará, cerrará la puerta y habitará en su morada para siempre.
Yo quiero que ustedes sean verdaderos apóstoles, de roca firme y corazón de carne».