23/01/2025

MCM Jn 5, 33-36

DAR TESTIMONIO DEL AMOR DE CRISTO

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos I, n. 20)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Juan: 5, 33-36

Juan era la lámpara que ardía y brillaba

 

«Hijos míos: acompáñenme orando, amando, adorando todo el tiempo, en cada acto de amor, en cada pequeña labor, en cada gran obra, convirtiendo su vida en una sola oración de amor, transmitiendo el testimonio de su fe, testimonio del amor de Cristo, mostrando su infinita misericordia, intercediendo conmigo ante Dios nuestro Señor por todos mis hijos, para que los que se portan mal se conviertan y se porten bien; para que los que se portan bien se santifiquen; para que los que se santifiquen sean ejemplo y testimonio del amor de Cristo, y busquen en Él, la gloria de Dios.

El mejor testimonio de ustedes son sus obras de misericordia; es su fe, es su esperanza y es su amor; es la práctica de las virtudes; es su confianza, es su abandono y es su obediencia.

Jesús da testimonio de sí mismo, con su Palabra y con sus obras. Y el Padre, que lo ha enviado, también da testimonio de Él. Las Escrituras dan testimonio de la verdad. No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ese es el testimonio de Jesús, que sabiendo que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo, entregando por ellos su vida, por su propia voluntad. Jesús da testimonio de sí mismo, en presencia viva, en Eucaristía.

Que por el amor que mi Hijo demuestra tenerles, sea para ustedes mi auxilio y la misericordia de Dios, y permanezcan sus corazones unidos al mío, adorando y reparando, transmitiendo la fe, dando testimonio de su amor, a través de la oración y las obras».