ESCUCHAR LA VOZ DEL PASTOR
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos VII, n. 48)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
FIESTA DE SAN RAFAEL GUÍZAR Y VALENCIA, OBISPO
Evangelio según san Juan: 10, 11-16
El buen pastor da la vida por sus ovejas.
«Hijos míos: Escuchen la voz del Buen Pastor, que los llama para que reconozcan su voz y lo sigan, y pídanle que infunda en ustedes un espíritu de entrega, para que den su vida por Él, como Él da la vida por sus ovejas.
Pero tengan cuidado y fíjense bien por quién están dando la vida, porque en los rebaños también hay lobos disfrazados de ovejas. Sean astutos como las serpientes, pero sencillos como las palomas. No se fíen de los hombres, pero no les tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; antes bien, teman ofender a Dios, y obedézcanlo, escuchen su voz, dejen todo y síganlo, como una oveja sigue a su pastor, entregándole su voluntad y su confianza, porque Él es su dueño y sabe lo que les conviene.
Sigan a su Pastor, pero no lo sigan por obligación. Síganlo por amor, porque de Él reciben muchos bienes. Pero, si no tienen amor hijos míos, nada tienen. Cristo es el Buen Pastor y da la vida por sus ovejas. Nadie se la quita. Él la da por su propia voluntad, para hacerse puerta. Él es la puerta de las ovejas. El que entre por Él se salvará. Él es la vida. El que crea en Él tendrá vida en abundancia. La voluntad del Padre es que todos entren por esta puerta. Entren por esta puerta como corderos, con humildad, en comunidad, con docilidad, en obediencia a la voz que llama, soportándose unos a otros, en unidad fraterna.
Yo soy Madre y busco a mis corderos, a los que están escondidos, a los que tienen miedo y se sienten perdidos, para reunirlos y orar con ellos, para que el Espíritu Santo, que está conmigo, también esté con ellos, y fortalecidos caminen de mi mano por camino seguro, con humildad, con docilidad, en obediencia y fidelidad, y entren por la puerta.
El Buen Pastor conoce a sus ovejas, y ellas lo conocen a Él. Si las ovejas no lo siguen es porque no lo conocen. Él no es ningún extraño. El que lo conozca que escuche su voz y lo siga.
Yo los protejo de los lobos infiltrados en los rebaños, que distraen a los pastores y dispersan a las ovejas, y se vuelven tibios, resignados, presa fácil. Yo quiero llegar a todos, también a ellos, porque donde hay vida hay esperanza. Yo soy Madre y los quiero a todos».