15/09/2024

MCM Mt 1, 16. 18-21 .24 san Jose BLUE

CUSTODIAR EL TESORO DE DIOS

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos VI, n. 27)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)

 

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

Evangelio según san Mateo: 1, 16. 18-21. 24

José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

 

«Hijos míos: el cielo se adorna con los colores de los vestidos de los ángeles, y con sus cantos de alabanza, unidos a la alegría de los santos que bendicen a Dios, participando de su gloria, alabando al santo que ha sido elevado entre los santos por haber sido elegido como el padre de Jesús; por haber aceptado y servido a Dios hecho hombre, y en Él haber creído; por haberlo adorado desde antes de nacer, protegido y cuidado en el vientre inmaculado y puro engendrado, y haberlo acogido como hijo de él.

Sabiendo que era el Hijo de Dios lo cuidó, lo enseñó a caminar, lo educó, lo enseñó a trabajar, a vivir las virtudes, a obedecer y a servir a Dios antes que a nadie más, a escuchar su Palabra, sabiendo que era Él mismo, pero que tenía que aprender a ser hombre y a soportar las miserias de los hombres, sabiendo que también era Dios. Y lo adoró como Dios, y lo respetó como Dios; y aprendió del hombre y Dios.

El primer discípulo de Cristo se llama José. El primer maestro de Cristo se llama José. El tutor, el protector, el primero en dejarlo todo para seguirlo, por la fe, se llama José, un hombre que fue llamado y fue elegido para custodiar el tesoro de Dios.

La Anunciación también fue para él. En la delicia de un dulce sueño escuchó su nombre de la voz del ángel de Dios, que lo llamó José y le anunció mi maternidad divina y su paternidad putativa, y en ella la gran responsabilidad por haber depositado en él su Dios todopoderoso toda su confianza. Y eso, hijos míos, sí que era difícil de creer.

Jesús aprendió a vivir en el mundo sin ser del mundo y a vivir como hombre, siguiendo el ejemplo de José, que lo enseñó a trabajar y a cumplir en todo la voluntad de Dios.

Ruego al Señor que les dé a ustedes, mis hijos, la humildad que tuvo Él, para aprender de un hombre que dio la vida por Él. Aprendió de él a ser puro, casto, fiel, servicial, entregado a la voluntad divina, haciendo todo por amor de Dios, a soportar los trabajos viviendo de forma ordinaria, como ustedes, ofreciendo cada obra, cada palabra, cada acción, cada mortificación, convirtiéndolo todo en una misma oración. Jesús, el único y tres veces santo, aprendió la virtud a través del ejemplo de un hombre común, que quería ser con su hijo, por Él y en Él, santo.

Ruego por ustedes, mis hijos, para que venzan su soberbia, y tengan la disposición para aprender, y seguir el ejemplo de los que han alcanzado la santidad, y agradezcan, y acepten, y aprovechen la formación, que a través de la vida de ellos el Señor les quiere dar.

Que sea san José, custodio y protector de la Sagrada Familia, y patrono de la Santa Iglesia, su guía, su ejemplo, su intercesor y su maestro».