08/02/2025

MCM Mt 8, 18-22

DECIDIRSE A SEGUIR A JESÚS

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre 

(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 4)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)

 

Evangelio según san Mateo: 8, 18-22

Sígueme.

 

«Hijos míos: sufre mi corazón por los que dicen sí, pero que luego se van. A veces dicen sí, y a veces dicen no, y no se deciden a entregar en serio a Dios su vida, para que Él haga en ellos su divina voluntad.

Sufre mi corazón especialmente por mis hijos de corazón duro, de carne débil, de decisiones frágiles, que ponen condiciones. Dicen que van a hacer esto o aquello, y no lo hacen. Dicen amar a Dios por sobre todas las cosas, y no lo demuestran. Rezan, pero tienen su corazón tan lejos de Dios.

Sufre mi corazón por los que caminan sumidos en la indiferencia, viviendo para ellos mismos.

Yo intercedo para que sean dignos de obtener las gracias de mi Hijo Jesucristo, para que no sean tibios, porque a los tibios Él los vomita de su boca. 

Hijos míos, ustedes solos no pueden. El demonio es astuto y tratará de convencerlos para que no permitan que se haga la voluntad de Dios en ustedes y a través de ustedes. No los dejaré caer en la tentación. Yo los quiero a todos. 

Acepten que se haga la voluntad de Dios en ustedes, para que den testimonio de su fe, pues han sido salvados por la gracia, mediante la fe, y eso no viene de ustedes, es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe si no es en la cruz de mi Hijo Jesucristo.

Yo derramaré sobre ustedes las gracias que llevo en mis manos, intercediendo por la conversión de sus almas. Perseveren con la ayuda del Espíritu Santo que les ha sido enviado, para que puedan seguir a Jesús, con Espíritu de Fortaleza, Espíritu de Sabiduría, Espíritu de Entendimiento, Espíritu de Consejo, Espíritu de Ciencia, Espíritu de Piedad, Espíritu de Temor de Dios, Espíritu de Verdad, que les revela el amor de Dios, inquietando sus almas, llenándolas y desbordándolas de sus frutos y carismas. 

Acepten la voluntad de Dios para ustedes, y para los demás, pidiéndole al Espíritu Santo que los ayude a discernir esa voluntad, para poderla cumplir. Pídanle a Jesús que sea Él quien dirija sus pasos, para que se mantengan en el buen camino. Tengan el valor de dejarlo todo, y acudir a la oración, y en el silencio interior descubran la voz del Señor que los llama, y ¡síganlo!».