LLENARSE DE CRISTO
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos II, n. 3)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Mateo: 9, 14-15
Cuando les quiten al esposo, entonces ayunarán.
«Hijos míos: que el ayuno sea de ustedes mismos, para que tengan hambre de Cristo. Vacíense de ustedes mismos, para que se llenen de Él. Reciban su Misericordia, para que conviertan sus corazones.
Jesús dice: “Misericordia quiero y no sacrificios”. No ofrezcan sacrificios vacíos de misericordia; antes bien, unan sus obras misericordiosas a su único y eterno sacrificio. Los sacrificios de ustedes no agradan a Dios. Un holocausto no lo aceptaría. Uno solo es el sacrificio redentor: la pasión y la muerte del Hijo de Dios en la cruz; su nombre es Jesús, y significa Misericordia.
Él no quiere sacrificios vacíos. Quiere obras llenas de amor. Denle al Señor lo que les pide. Él les pide misericordia. Pero pídanle primero que derrame su misericordia sobre ustedes, y abran sus corazones a recibir, permitiendo que su gracia los renueve, que su amor los fortalezca, y que su misericordia los llene, porque nadie puede dar lo que no tiene. Que nadie se gloríe si no es en la Cruz de Cristo, porque sus sacrificios, sin Él, no sirven para nada.
Amen a Dios por sobre todas las cosas, amen a los demás como Cristo los amó, haciendo todo lo que hizo Él, llevando al mundo su misericordia, dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, visitando al enfermo, acogiendo al peregrino y visitando al preso, bendiciendo y dando santa sepultura a los muertos, enseñando al que no sabe, dando consejo al que lo necesita, corrigiendo al que se equivoca, perdonando, consolando, sufriendo con paciencia los errores de los demás, rezando por los vivos y los muertos.
Abran el corazón y déjense amar por su Señor. Él les pide ayuno de su soberbia, ayuno de su egoísmo, ayuno de sus miserias. Ayuno es vaciarse de ustedes mismos, para llenarse de su misericordia, para que permanezcan unidos a Él, como Él permanece en ustedes.
Acérquense al Sagrario, y acudan al encuentro con Cristo Eucaristía, que es Misericordia».