VIVIR CON SABIDURÍA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 24)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Mateo: 11, 25-27
Escondiste estas cosas a los sabios y las revelaste a la gente sencilla.
«Hijos míos: la sabiduría no está en la inteligencia, ni en conocer las cosas del mundo. La sabiduría está en la Palabra encarnada, está en el amor. Es amar a Dios por sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo. Es un don de Dios que nos hace a su imagen y semejanza.
El sabio renuncia a sí mismo, entregando su voluntad a Dios, para abrazar la cruz de cada día; camina siguiendo a Cristo con los pies en la tierra y el corazón en el cielo; vive en la virtud de la fe, la esperanza y la caridad; conoce el camino, que es la cruz de Cristo, para llegar a Dios; resiste a la tentación, porque sabe pedir la gracia, porque sabe que no puede solo, y no pretende salvar al mundo con sus propias fuerzas; es humilde y se reconoce, en sus miserias, necesitado de Dios. El sabio pide, espera, recibe y comparte, es compasivo y misericordioso, conoce la verdad.
La sabiduría es conocer a Cristo, contemplar a Cristo, amar a Cristo, seguir a Cristo. Se atesora en la pureza de intención del corazón con la riqueza de la fe, la esperanza y el amor. Es un don que conduce a la santidad, porque el sabio conoce al que es el Camino, la Verdad y la Vida.
La verdad revelada a través de la Palabra está en las Escrituras. Todo ha sido escrito ya, y se cumplirá hasta la última letra. Por tanto, no busquen doctrinas nuevas, ni palabras modernas; no busquen falsas seguridades y teorías en la falsa sabiduría del mundo; no confíen en los falsos profetas ni en sus palabrerías; no se confundan ni se angustien con falsas profecías.
Es sabio el que escucha y pone en práctica la Palabra de Dios, y aprende que al Padre se llega a través del Hijo. Porque nadie conoce al Padre si no es el Hijo y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».