RECONOCER AL PAPA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos VI, n. 57)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
SOLEMNIDAD DE LOS SANTOS PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES
Evangelio según san Mateo: 16, 13-19
Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.
«Hijos míos: esta fiesta de hoy es la fiesta más grande de los apóstoles de Cristo. La fiesta en donde se une la conversión del pecador a la obediencia del que ama a Dios con todo su corazón, con toda su mente, con toda su alma, con todas sus fuerzas, y configurada está su vida en cuerpo y en alma a la vida de aquel que lo creó, y le da el poder de atar y desatar, de destruir y de construir, y de representarlo en la tierra haciéndolo su vicario.
Sufre mi corazón por todos aquellos hijos míos que están atados al mundo por el pecado de la soberbia, que los lleva a la desobediencia y a la separación del santo Padre, que está sentado en la Sede de Pedro, no por propia elección, sino por obediencia a la elección del Espíritu Santo.
Que las lágrimas que derraman mis ojos consigan la gracia de la conversión de sus almas, porque la Iglesia será renovada con la gracia que al Santo Padre el día de hoy, por la intercesión del pueblo de Dios, le es dada. Si ustedes supieran cuánto se alegra mi corazón por cada uno de estos hijos míos que se convierte, llorarían de alegría.
Cuando las almas aceptan la salvación, experimentan una profunda conversión, amando, respetando y viviendo el Magisterio de la santa Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Sean fieles a la roca que el Señor eligió, y sobre la cual construye su Iglesia: el Papa. Respétenlo, reconózcanlo, obedézcanlo, ámenlo, recen por él, acepten su infalibilidad y su autoridad. Él es el Vicario del Rey.
La Santa Iglesia Católica es la novia más pura, más perfecta, más hermosa, más recta, única, santa, católica y apostólica, vestida de blanco y adornada de perlas y piedras preciosas, cubierta con el velo de la Madre de Dios, y camina con ustedes bajo la protección de mi manto, para conseguirles la corona de la gloria.
Cristo es cabeza, y es Pedro quien lo representa. Crean en el Magisterio de la Iglesia y en su doctrina, que reúne al pueblo santo de Dios en un solo rebaño y con un solo Pastor, en el seno de la Santa Madre Iglesia, presidida por el Espíritu Santo, a través de quien Él decida nombrar como Roca.
Él no se equivoca al darle la llave del Reino de los Cielos a quien ha elegido como Apóstol desde antes de nacer, y lo ha llamado por su nombre, dándole su poder para que todo lo que ate en la tierra quede atado en el cielo, y todo lo que desate en la tierra, quede desatado en el cielo, porque sobre esa Roca Él construye su Iglesia, y los poderes del mal no prevalecerán sobre ella».