07/02/2025

MCM Mt 16, 13-20

AMAR AL PAPA

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre 

(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 73)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Mateo: 16, 13-20

Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.

  

«Hijos míos: yo soy Madre de la Iglesia y de todos los hombres, para engendrar y formar a Cristo en sus corazones, intercediendo por ustedes, para que reciban los dones y las gracias del Espíritu Santo, para que sean unidos en Cristo y den buen fruto, y ese fruto permanezca. 

Mi Hijo Jesús fue engendrado en mi corazón y en mi vientre, y los lazos espirituales son más fuertes que los lazos de la carne. Así la Iglesia, que es el cuerpo de mi Hijo, es engendrada en mi corazón espiritualmente, con todos sus miembros, y los hace verdaderos hijos. 

Yo soy Madre espiritual para darles de comer, para darles de beber, para vestirlos, para acogerlos y ayudarlos en sus necesidades, para cuidarlos y sanarlos, para protegerlos, ayudarlos, y acompañarlos y liberarlos cuando están presos con las cadenas del mundo, y para auxiliarlos en la vida y en la muerte. 

El Papa es la piedra sobre la que Cristo edifica su Iglesia, y el mal no prevalecerá sobre ella. Lo ha elegido como Pastor Supremo, para que el pueblo lo respete, lo siga, lo aclame y rece por él. Porque siendo solo un hombre, Él ha visto bien poner sobre sus hombros todo el peso de su Iglesia, porque sabe que ese hombre está dispuesto a entregar la vida, crucificado en su misma cruz, para morir al mundo con Él, compartiendo sus mismos sentimientos, sirviendo con alegría en medio de los sufrimientos del mundo, para resucitar por Él, con Él y en Él, guiando a todas las almas en un solo rebaño, en un solo redil, con un solo pastor, conduciendo a cada una al abrazo misericordioso del Padre. No es él quien ha elegido a Cristo, es el mismo Cristo quien lo ha elegido a él, para servir a la Santa Iglesia, de la cual Cristo es cabeza. Y es el Papa quien lo representa para llevar al mundo la verdad, y en sus manos tiene el poder de Dios para atar y desatar, porque Dios en él ha puesto su confianza, para sostener a su pueblo en un solo rebaño, con un solo pastor, en Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia.

Yo les pido que amen al Papa con todo su corazón, con toda su alma, con todas sus fuerzas, y promuevan ese amor entre los miembros de mi Iglesia, porque él ha sido llamado por el Espíritu Santo, que es mi Esposo y siempre está conmigo, para ser cabeza, fiel representante de mi Hijo, y la roca sobre la que se construye la Iglesia. Yo les pido que amen y respeten al Papa como al Verbo encarnado, el Cordero de Dios inmolado y muerto en la Cruz para el perdón de los pecados, resucitado y vivo, a quien él representa».