BRILLAR PARA ILUMINAR EL MUNDO
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos III, n. 83)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Mateo: 5, 13-16
Ustedes son la luz del mundo.
«Hijos míos: Cristo es la luz del mundo. Él encendió sus corazones con la luz del amor del Espíritu Santo, por lo que ustedes dicen sí, cada día, para tomar su cruz y seguirlo.
Él los ha iluminado con la luz de la verdad, y los ha enviado para que den testimonio de esa verdad, con sus vidas, con sus obras, con su amor, para ser luz del mundo y sal de la tierra.
Escuchen su Palabra, testimonio de su amor por los hombres, y de que fue enviado al mundo para que todos los hombres crean y se salven.
Intercedan por los no creyentes, pidiéndole al Espíritu Santo que ilumine sus conciencias y encienda sus corazones, para que se conviertan y crean en que Jesucristo es el único Hijo de Dios, que ha venido al mundo para salvarlos, porque todo el que crea en Él no morirá, sino que tendrá vida eterna.
Disipen las tinieblas del mundo con la luz de Cristo, que brilla en ustedes.
Déjense guiar con docilidad, siguiendo las mociones del Espíritu Santo, para que sean instrumentos fidelísimos de Dios, poniendo a su servicio todos los talentos que Él les ha dado, porque de eso les pedirá cuentas.
Acompáñenme, para llevar la luz que emana de mi Inmaculado Corazón y de mi vientre, a iluminar la oscuridad de los corazones de los hombres.
¡Brillen, hijos míos!, ¡iluminen el mundo y salen la tierra!
Que brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen den gloria a su Padre, que está en los Cielos.
Pero Dios los libre de gloriarse si no es en la cruz del Señor, por la cual el mundo es para ustedes un crucificado, y ustedes un crucificado para el mundo, unos pobres siervos fieles, que solo han hecho lo que tenían que hacer».