CREER EN LOS MILAGROS

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre 

(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 13)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según San Mateo: 9, 18-26 

Mi hija acaba de morir; pero ven tú y volverá a vivir.

 

«Hijos míos: Cristo viene todos los días. Lo tocan ustedes y una gran fuerza sale de Él, y los llena de Él. Cuando comulgan no tocan la orla de su manto, lo tocan a Él. Y basta tocarlo para que se derrame la gracia en abundancia sobre ustedes. 

Aprovechen ese momento, y pídanle su conversión, con esa fuerza que sale de Él. Pídanle que aumente su fe, que abra sus ojos y sus oídos para que, cuando lo escuchen, se levanten y caminen.

Es tiempo de dar fruto. Caminen conmigo y trabajen construyendo el Reino de los Cielos en la tierra, porque por sus frutos los conocerán.

La fe les ha sido dada y yo los mantendré firmes en esa fe.

El amor les dará la fuerza. Permanezcan unidos en la oración. Muestren al mundo con obras de amor y de misericordia su fe, y reparen así el Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús.

Es bueno, al interceder, tener que ofrecer, como una prueba de amor y de fe. Denme ustedes muestras de su fe. Acudan al rezo del Santo Rosario con devoción, y entréguense a Dios en la oración, con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente, con todas sus fuerzas. Eso es todo lo que yo les pido. Yo usaré esto como una ofrenda al Padre al interceder por ustedes, para que reciban los dones y gracias que necesitan.

Pidan con verdadera fe, con esperanza, y con amor, confiando en el poder del Señor, para que Él los mire, como a la niña –que no está muerta, solo está dormida–, y les dé vida.

Crean en los milagros y acérquense a Jesús, para que Él extienda su brazo y les diga: ten confianza, tu fe te ha sanado».