06/02/2025

MCM Mt 11, 20-24

ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE SER CRISTIANOS

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre 

(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 23)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)

 

Evangelio según san Mateo: 11, 20-24 

Yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes. 

 

«Hijos míos: son tantos los medios que les doy para que se acerquen, para que se arrepientan, para que se conviertan, para que vuelvan a Dios. Son los sacramentales, como mi Escapulario, lo que les ofrezco para mantenerlos en el camino, para recordarles quiénes son: ustedes son sus elegidos, los hijos de Dios, mis hijos muy amados.

La misericordia del Padre se derrama una vez y otra vez sobre ustedes. Pero, aun así, algunos no quieren ver y no quieren oír; no quieren venir, no quieren voltear a verme. Acudan a mi auxilio y reciban mi ayuda, porque ¡ay de aquellos hijos míos que no se conviertan! Yo intercedo, con el poder suplicante de mis lágrimas, pidiendo por la conversión de cada uno de mis hijos.

La sabiduría es un don del Espíritu Santo, y son pocos mis hijos los que reconocen ese don en sí mismos, porque es un don que se alimenta con la oración. Es sabio el que escucha y pone en práctica la palabra de Dios, el que conoce a su Maestro y sabe que al Padre se llega a través del Hijo, que es Cristo.

El Señor les ha dado mucho. ¡Ay de ustedes si cierran los ojos y los oídos para no hacer su voluntad! El Señor no está ciego, Él lo ve todo, lo escucha todo, porque Él está con ustedes todos los días de su vida; no para reclamarles ni amenazarlos, sino para ayudarlos, porque en ustedes Él ha puesto su confianza, su esperanza y su amistad, porque los ama.

Cuando alguien ose preguntarles por qué están dispuestos a cumplir con su responsabilidad de cristianos, la respuesta es muy sencilla: dirán que su juicio se los demanda, porque será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ustedes, los que han conocido al Hijo de Dios».