06/02/2025

MCM Mt 13, 18-23

DAR FRUTO EN ABUNDANCIA

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre 

(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 35)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Mateo: 13, 18-23

Los que oyen la palabra de Dios y la entienden, ésos son los que dan fruto.

 

«Hijos míos: mi Hijo Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es la Palabra, y la Palabra es la semilla. De la semilla brota la vida de los hombres. La Palabra está viva. 

El fruto, que proviene del desarrollo provechoso de su vida, no depende totalmente de la semilla, sino de la transformación de esa vida que de la semilla brotó, y del trato que se le dio, del alimento y las condiciones del ambiente y de lo que crece a su alrededor. Todo influye y afecta positiva o negativamente el fruto que ha de dar. Por tanto, depende de cada uno cuidar la vida que Dios le dio. 

Yo realizo mis obras en el seno de la familia de Dios: la Santa Iglesia, de la cual yo soy Madre, y Cristo es cabeza. El campo ha sido sembrado por la mano del Señor, la semilla tiene vida y la tierra es fecunda. Yo intercedo para que mis obras den frutos en abundancia.

Recurran al poder de la oración, para pedir el don del entendimiento que ilumina la razón. Escuchen la Palabra de Dios, y medítenla en su corazón, que es tierra buena, en donde ha sembrado su semilla el Señor, para que den como fruto la humildad, que es la verdad, y es el ciento por uno».