06/02/2025

MCM Mt 13, 44-46

ENCONTRAR EL VERDADERO TESORO

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 42)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Mateo: 13, 44-46 

El que encuentra un tesoro en un campo, vende cuanto tiene y compra aquel campo.

 

«Hijos míos: yo soy la Perfecta Siempre Virgen Santa María, Madre del Verdadero Dios por quien se vive. Bienaventurado es el que encuentra el verdadero tesoro para enriquecerse y transformarse en un tesoro de Dios. El verdadero tesoro es Cristo.

Los tesoros de Dios son las almas de los justos que construyen el Reino de los Cielos en la tierra. El Reino de los Cielos en la tierra es la Santa Iglesia, en donde se contienen los tesoros más preciados de Dios: sus sacerdotes. 

La riqueza de esos tesoros son las almas que ellos conducen y salvan para la gloria de Dios, quien envía a sus ángeles custodios para que sus tesoros no sean robados. Pero el ataque del enemigo es muy fuerte. Entonces les ha dado una Madre. Yo los cuido y los cubro con la protección de mi manto. Yo piso la cabeza de la serpiente. 

Permanezcan junto a mí, porque a mí no puede acercarse el enemigo.

No amontonen tesoros en la tierra, en donde hay ladrones que se los roban, más bien amontonen tesoros en el Cielo, porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón.

El hombre más rico es el que posee el Reino de los Cielos. Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos. 

El tesoro es Cristo vivo, que está presente en el santísimo sacramento del altar, esperando un encuentro cotidiano con cada uno de ustedes. Él es alimento de vida. Él es Eucaristía».