DEJARSE ENCONTRAR
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos I, n. 10)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Mateo: 18, 12-14
Dios no quiere que se pierda uno solo de los pequeños.
«Hijos míos: mi sufrimiento es de madre, porque cuando mi Hijo vino al mundo no lo recibieron, y cuando caminó por el mundo lo persiguieron, y cuando anunció su reino, que no es de este mundo, lo mataron, para desterrarlo del mundo.
Contemplen la indulgencia clavada en la Cruz. Los pecados del mundo mortificados entre los clavos y lavados con su sangre preciosa. El amor entregado hasta la última gota, y la misericordia derramada, para que llegue a todos los confines del mundo.
Este es el cordero de Dios que quita los pecados del mundo, que vino a rescatar lo que estaba cautivo. Y es el Buen Pastor que vino a abrazar al hijo pródigo, que vino a buscar a la oveja perdida, que vino a entregar la vida para destruir la muerte y dar vida.
Este es mi Hijo Jesús, el Buen Pastor, que busca, en cada uno, a la oveja que perdió, y por la que ha dado su vida para sanarla, para recuperarla y conducirla a la vida eterna.
Este es el Hijo único de Dios, el que vino al mundo dejando la gloria que tenía con su Padre, para hacerse igual a los hombres, menos en el pecado, para padecer sus miserias, compadecer sus sufrimientos y perdonar sus pecados.
Este es Cristo Sumo y Eterno Sacerdote que ha vivido en medio del mundo, que ha sido acogido en el seno de una familia, que ha vivido entre la gente, y ellos lo han conocido y lo han amado, porque no se puede conocer a Dios y no amarlo.
Pero muchos no lo han conocido y lo han despreciado, y lo han desterrado, y lo han crucificado, y han vivido caminando en un mundo perdido, como almas que no tienen guía, porque han matado a su Pastor. Y no se han dado cuenta de que su Pastor no está muerto, ha resucitado, y los busca hasta encontrarlos, para abrazarlos, para sanarlos, para llevarlos de vuelta a su rebaño, porque el cielo se llena de alegría por un solo pecador que se convierte.
Escuchen la voz del Buen Pastor que los busca, y déjense encontrar, porque Él es el camino, es la verdad y es la vida».