07/02/2025

MCM Mt 21, 33-43

CREER EN LA EUCARISTÍA

Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre

(Fuente: Espada de Dos Filos V, n. 28)

«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19) 

 

Evangelio según san Mateo: 21, 33-43

 Arrendará el viñedo a otros viñadores.

    

«Hijos míos: es tiempo de reconocer a mi Hijo Jesucristo, y creer en la Santa Eucaristía. Es tiempo de reconocer la piedra que desecharon los constructores y ahora es la piedra angular. Es tiempo de creer, porque, en verdad, todo el que cree tiene vida eterna.

Crean en que la Eucaristía es la piedra angular, la manifestación de Dios mismo, porque es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El que come de este pan vivirá para siempre, porque es la carne que Él da para la vida del mundo. Pan de vida, que es pan vivo bajado del Cielo. Es Eucaristía. Es don que se entrega. Es comunión que une. Es alimento y bebida de salvación. Es gratuidad infinita. Es gracia que santifica al hombre para llegar a Dios. Es ofrenda en la que el hombre une el sacrificio de su trabajo al único sacrificio agradable a Dios: el sacrificio de Cristo. Es el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo. Es vida, pasión, muerte de cruz y resurrección. Es la manifestación por excelencia de la caridad y la misericordia de Dios, que amó tanto al mundo, que le entregó a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna.

No es tiempo de resignación, sino de lucha. No es tiempo de cobardía, sino de valor. Es tiempo de triunfo y de santidad, para conseguir la unidad y la paz. Es tiempo de almas eucarísticas, como yo, que se reúnan conmigo, para que me imiten, para que lo adoren, para que lo amen, para que sean encendidos sus corazones. Almas eucarísticas, llenas de fe, esperanza y caridad, que creen, adoran, esperan y aman a Cristo Eucaristía, para que den ejemplo y testimonio de fe.

La piedra angular es Cristo. Y el Papa es quien lo representa. Él es centro, unión, cabeza de la Santa Iglesia. Sin Cristo no hay Iglesia. Reconozcan al Papa como la piedra angular, y promuevan la unidad de la Santa Iglesia, en la que se reúne el pueblo Santo de Dios para dar mucho fruto al Señor, porque esta es su obra, y es un prodigio admirable».