SABER APRECIAR LO QUE DIOS NOS DA
Meditando el Evangelio desde el Corazón de la Madre
(Fuente: Espada de Dos Filos IV, n. 81)
«María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19)
Evangelio según san Mateo: 25, 14-30
Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra a tomar parte en la alegría de tu señor.
«Los dones para la salvación te han sido infundidos por el Espíritu Santo en el Bautismo: el don de la fe, la esperanza y la caridad, para que, obrando estos dones, Dios permanezca en ti y tú en Él.
Dios es Amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
Al que se le da mucho, se le dará más, y al que tiene poco, hasta ese poco le será quitado.
Al que es fiel en lo pequeño se le confía lo grande.
Cuando mi Hijo venga a buscar lo que es suyo, constituirá su cuerpo con los que queden dentro, los que no hayan sido borrados del libro de la vida. Entonces, Él mismo cerrará el libro y quedará sellado. La puerta se cerrará, y ni uno más podrá entrar, sino los que creyeron y permanecieron en Dios, y Dios en ellos.
Mi Hijo volverá a buscar lo que es suyo, a llevarse lo que le pertenece, y que es parte de su cuerpo. Todo es suyo, porque por Él todo ha sido creado.
Y si por un hombre vino el pecado al mundo, por un hombre ha venido la salvación.
Si por un hombre vino la muerte al mundo, también por un hombre ha venido la resurrección.
Pues del mismo modo que por Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo.
Por Él todo fue renovado. Pero solo los que quieran permanecer en Él formarán parte de su cuerpo resucitado.
Yo ruego por ti, hijo mío, para que seas fiel y sepas apreciar lo que Dios te da; y entiendas que por tu fe serás salvado, pero por tus obras serás juzgado, y que, por justicia, al que tiene poco, hasta ese poco le será quitado».