Misal febrero 2025

 

 

 MISAL DE FEBRERO 2025

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Este misal ha sido preparado por La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes - www.lacompañiademaria.com, para ponerlo gratuitamente al servicio de sacerdotes y fieles, como una ayuda para vivir con más devoción la Santa Misa.

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INTENCIÓN DE ORACIÓN DEL PAPA

VIDEO DE LA INTENCIÓN DE FEBRERO 2025

Por los religiosos y religiosas de vida contemplativa, para que el Señor los enriquezca con nuevas vocaciones que puedan sostener la misión de la Iglesia siguiendo el ideal de la oración constante y la vivencia de los consejos evangélicos”. 

SÁBADO 1

Sábado III del Tiempo Ordinario

Misa de Santa María en sábado

VALIENTES Y FUERTES (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

SENTIR SEGURIDAD (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

YO NO TE DEJARÉ (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

Hb 11, 1-2. 8-19; Lc 1; Mc 4, 35-41

ANTÍFONA DE ENTRADA

Floreció la vara de Jesé: la Virgen concibió al que es Dios y hombre; Dios nos devolvió la paz, reconciliando en sí lo más grande con lo pequeño.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que nos asista la venerable intercesión de santa María siempre Virgen, y que, libres de todos los peligros, nos haga gozar de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

De la carta a los hebreos: 11, 1-2. 8-19

Hermanos: La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera, y de conocer las realidades que no se ven. Por ella, fueron alabados nuestros mayores.

Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia. Por la fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, en tiendas de campaña, como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, después de él. Porque ellos esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.

Todos ellos murieron firmes en la fe. No alcanzaron los bienes prometidos, pero los vieron y los saludaron con gozo desde lejos. Ellos reconocieron que eran extraños y peregrinos en la tierra. Quienes hablan así, dan a entender claramente que van en busca de una patria; pues si hubieran añorado la patria de donde habían salido, habrían estado a tiempo de volver a ella todavía. Pero ellos ansiaban una patria mejor: la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues les tenía preparada una ciudad.

Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Lucas 1, 69-70. 71-72. 73-75

R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas. R/.

Anunció que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres, y acordarse de su santa alianza. R/.

El Señor juró a nuestro padre Abraham que nos libraría del poder de nuestros enemigos, para que pudiéramos servirlo sin temor, con santidad y justicia, todos los días de nuestra vida. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16

R/. Aleluya, aleluya.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.

EVANGELIO

¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban, además, otras barcas.

De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!” Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesucristo el Señor ha dicho “no tengan miedo, yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Él es el Hijo de Dios, que ha sido enviado al mundo para que todo el que crea en Él se salve.

El que cree en Él nada teme, porque sabe que Él es Todopoderoso.

El que lo conoce sabe que es por Él muy amado, porque por él su vida ha dado, y sabe que si permanece junto a Él está salvado, porque el mal no tiene ningún poder sobre Él.

El que tiene fe en Jesucristo no se acobarda ante los vientos fuertes y el mar embravecido, sino que se mantiene firme dentro de la barca, porque sabe que es donde está seguro y, aunque pareciera que el Señor está dormido, nada le pasará, porque Él está presente.

El que tiene fe cree en Cristo, en que tiene autoridad sobre todas las naciones, para crear y destruir, para atar y desatar, para edificar y plantar, y hasta el viento y el mar lo obedecen.

El que tiene fe y cree en Jesucristo acepta su voluntad y, sostenido por esa fe, sabe con paciencia esperar a que enmudezca el viento y se calme el mar, con la esperanza de que vendrán tiempos mejores y, en medio de la prueba, no pierde la paz.

Confía tú en el Señor y en su divina misericordia, protegido en el abrazo maternal de la Santa Iglesia, en donde está presente Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Y si un día sintieras miedo, y te sintieras vulnerable en medio de la tormenta en el ancho mar, contempla la cruz, mira a Jesús, Él ha muerto para salvarte, ha resucitado para darte vida.

Él ha vencido al mundo. Permanece en su amor, Él es un amigo fiel. Reza, espera y no te preocupes, porque ¿qué puede temer el protegido del Rey?».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos Señor, estos dones de reconciliación y de alabanza, y te pedimos humildemente que, siguiendo el ejemplo de la Virgen María, lleguemos a ser una ofrenda santa, agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 44, 3

En tus labios se derrama la gracia, porque Dios te ha bendecido para siempre.

ORACIÓN DEPUES DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el celestial manjar, haz, Señor, que te sirvamos con una vida intachable, a ejemplo de la santísima Virgen María, y que con ella podamos engrandecerte con dignas alabanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

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DOMINGO 2

Fiesta de la Presentación del Señor

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«Mis ojos han visto al Salvador».

Jornada de la Vida Consagrada

ORACIÓN POR LOS SACERDOTES Y LA VIDA CONSAGRADA (La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes)

CANDELEROS ENCENDIDOS – Reflexión para sacerdotes, desde el Corazón de María (La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes)

LLEVAR LUZ AL MUNDO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

 

Los orientales llaman a esta. fiesta Hipapante - El Encuentro. El Señor, niño, es presentado en el Templo. Simeón y Ana, movidos por el Espíritu Santo, dan testimonio de lo que es Cristo. Simeón dice que será Luz de los pueblos; por eso las candelas. Hoy se clausuran las solemnidades de la Manifestación o Epifanía del Señor.

Heb 2, 14-28; Sal 23; Lc 2, 22-40

Bendición de las velas y procesión

Primera forma: Procesión

l. A una hora conveniente, se reúnen los fieles en otra iglesia o en algún lugar adecuado, fuera de la iglesia a donde va a dirigirse la procesión. Los fieles sostienen en sus manos las velas apagadas.

2. El sacerdote, revestido con vestiduras litúrgicas de color blanco, como para la Misa, se acerca junto con los ministros al lugar donde el pueblo está congregado. En lugar de la casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará una vez terminada la procesión.

3. Mientras se encienden las velas, se canta la siguiente antífona:

Nuestro Señor viene con gran poder, para iluminar los ojos de sus siervos. Aleluya.

O bien otro canto apropiado.

4. El sacerdote, terminado el canto, dirigiéndose al pueblo, dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Luego saluda al pueblo como de costumbre. Después dice una monición introductoria al rito, invitando a los fieles a participar en él activa y conscientemente, con estas palabras u otras semejantes.

Queridos hermanos: Hace cuarenta días, celebramos con júbilo el nacimiento del Señor.

Hoy conmemoramos el día dichoso en que Jesús fue presentado en el templo por María y José, para cumplir públicamente con la ley de Moisés, pero, en realidad para venir al encuentro de su pueblo que lo esperaba con fe.

Impulsados por el Espíritu Santo, vinieron al templo aquellos dos santos ancianos, Simeón y Ana, e iluminados por el mismo Espíritu, reconocieron al Señor y lo anunciaron jubilosamente a todos.

Así también nosotros, congregados en la unidad por el Espíritu Santo, vayamos al encuentro de Cristo en la casa de Dios.

Lo encontraremos y reconoceremos en la fracción del pan, mientras llega el día en que se manifieste glorioso.

5. Después de la monición, el sacerdote bendice las velas, diciendo, con las manos extendidas:

Oremos.

Dios nuestro, fuente y origen de toda luz, que en este día manifestaste al justo Simeón la Luz destinada a iluminar a todas las naciones, te pedimos humildemente que te resignes recibir como ofrenda y santificar con tu bendición estás velas que tu pueblo congregado va a llevar para alabanza de tu nombre, de manera que, siguiendo el camino de las virtudes pueda llegar a la luz inextinguible. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

O bien:

Oremos.

Dios nuestro, luz verdadera, autor y dador de la luz eterna, infunde en el corazón de tus fieles la claridad perpetua de tu luz para que todos los que, en tu santo templo, son iluminados con el resplandor de estas luces, puedan llegar felizmente a la luz de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén

Y rocía las velas con agua bendita, sin decir nada, y pone incienso para la procesión.

6. El sacerdote recibe entonces del diácono u otro ministro la vela encendida destinada para él e inicia la procesión, mientras el diácono (o en su ausencia, el mismo sacerdote) dice:

Avancemos en paz al encuentro del Señor.

o bien:

Avancemos en paz.

En ambos casos, todos responden:

En el nombre de Cristo. Amén

7. Todos llevan sus velas encendidas. Durante la procesión se canta una de las antífonas siguientes:

la antífona Cristo es la luz enviada, con el cántico de Simeón (Lc 2, 29-32), o antífona Adorna tu alcoba, u otro canto apropiado:

I

Ant/. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones y para gloria de Israel.

V. Ahora, Señor, ya puede morir en paz tu siervo, según tu promesa. Ant/.

V. Porque mis ojos han visto a tu salvador. Ant/.

V. Al Salvador a quien has puesto a la vista de todos los pueblos. Ant/.

II

Ant. Adorna tu alcoba, Sión, y escoge a Cristo Rey; recibe a María, la puerta del cielo; ella lleva al Rey de la nueva luz gloriosa; escucha, Virgen María, llévanos de la mano hasta tu Hijo, luz de las naciones, a quien recibió Simeón en sus brazos y lo anunció a todos los pueblos: es el Señor que da la vida y la muerte, el Salvador del mundo.

8. Al entrar la procesión en la iglesia, se canta la Antífona de Entrada de la Misa. Al llegar el sacerdote al altar, hace la debida reverencia y, si se cree conveniente, lo inciensa. Luego se dirige a la sede, en donde se quita la capa pluvial, si la usó en la procesión, y se pone la casulla. Ahí mismo, después de que se ha cantado el himno del Gloria dice la Oración Colecta como de ordinario. Prosigue luego la Misa de la manera acostumbrada.

Segunda forma: Entrada solemne

9. En donde no puede hacerse la procesión, los fieles se reúnen en la iglesia, teniendo las velas en sus manos. El sacerdote, revestido con las vestiduras litúrgicas blancas para la Misa, va en compañía con los ministros y de una representación de los fieles a un sitio adecuado, ya sea ante la puerta de la iglesia o en el interior de la misma, en. donde por lo menos una gran parte de los fieles, puedan participar cómodamente en el rito.

10. Al llegar el sacerdote al sitio escogido, para la bendición de las velas, se encienden éstas, y se canta la antífona Nuestro Señor viene con gran poder (n. 3) u otro canto apropiado.

11. Enseguida el sacerdote, después del saludo al pueblo y de la monición, bendice las velas, como se indica en los nn. 4-5; se efectúa luego la procesión al altar, con el canto (nn. 6-7). Para la Misa se observa lo indicado en el n. 8

 

La Misa

Un grupo de personas disfrazadas Descripción generada automáticamente con confianza baja

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 47, 10-11

Meditamos, Señor los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno suplicamos humildemente a tu majestad que así como en este día fue presentado al templo tu Unigénito en su realidad humana como la nuestra, así nos concedas, con el espíritu purificado, ser presentados ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan.

Del libro del profeta Malaquías: 3, 1-4

Esto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. Él preparará el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos.

¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 23, 7.8.9.10.

R/. El Señor es el rey de la gloria.

¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! R/.

Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. R/.

¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! R/.

Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria. R/.

SEGUNDA LECTURA

Tenía que asemejarse en todo a sus hermanos.

De la carta a los hebreos: 2, 14-18

Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida.

Pues como bien saben, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 2, 32

R/. Aleluya, aleluya.

Cristo es la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel. R/.

EVANGELIO

Mis ojos han visto al Salvador.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-400

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.

Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:

“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.

El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Un hombre con sombrero sonriendo Descripción generada automáticamenteHOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO (2.II.24)

XXVIII JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA

La espera de Dios

Mientras el pueblo esperaba la salvación del Señor, los profetas anunciaban su venida, como afirmaba el profeta Malaquías: «entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos» (3,1). Simeón y Ana son imagen y figura de esta espera. Ellos ven al Señor entrar en su templo e, iluminados por el Espíritu Santo, lo reconocen en el Niño que María lleva en brazos. Llevaban toda la vida esperándolo: Simeón, «que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel» (Lc 2,25); Ana, que «no se apartaba del Templo» (Lc 2,37).

Nos hace bien mirar a estos dos ancianos pacientes en la espera, vigilantes en el espíritu y perseverantes en la oración. Sus corazones permanecen velando, como una antorcha siempre encendida. Son de edad avanzada, pero tienen la juventud del corazón; no se dejan consumir por los días que pasan porque sus ojos permanecen fijos en Dios, en la espera (cf. Sal 145,15). Fijos en el Señor, en la espera, siempre en la espera. A lo largo del camino de la vida experimentaron dificultades y decepciones, pero no se rindieron al derrotismo: no “jubilaron” la esperanza. Y así, contemplando al Niño, reconocieron que se había cumplido el tiempo, la profecía se había hecho realidad, había llegado Aquel a quien buscaban y por quien suspiraban, el Mesías de las naciones. Habiendo mantenido despierta la espera del Señor, se hicieron capaces de acogerlo en la novedad de su venida.

Hermanos y hermanas, la espera de Dios también es importante para nosotros, para nuestro camino de fe. Cada día el Señor nos visita, nos habla, se revela de maneras inesperadas y, al final de la vida y de los tiempos, vendrá. Por eso Él mismo nos exhorta a permanecer despiertos, a estar vigilantes, a perseverar en la espera. Lo peor que nos puede ocurrir, en efecto, es caer en el “sueño del espíritu”: dejar adormecer el corazón, anestesiar el alma, almacenar la esperanza en los rincones oscuros de la decepción y la resignación.

Pienso en ustedes, hermanas y hermanos consagrados, y en el don que representan; pienso en cada uno de nosotros, los cristianos de hoy: ¿somos todavía capaces de vivir la espera? ¿No estamos a veces demasiado atrapados en nosotros mismos, en las cosas y en los ritmos intensos de cada día, hasta el punto de olvidarnos de Dios que siempre viene? ¿No estamos demasiado embelesados por nuestras buenas obras, corriendo incluso el riesgo de convertir la vida religiosa y cristiana en las “muchas cosas que hacer” y de descuidar la búsqueda cotidiana del Señor? ¿No corremos a veces el peligro de programar nuestra vida personal y la vida comunitaria sobre el cálculo de las posibilidades de éxito, en lugar de cultivar con alegría y humildad la pequeña semilla que se nos confía, con la paciencia de quien siembra sin esperar nada, y de quien sabe esperar los tiempos y las sorpresas de Dios? A veces —hay que reconocerlo— hemos perdido esta capacidad de esperar. Esto se debe a diversos obstáculos, y de entre ellos quisiera destacar dos.

El primer obstáculo que nos hace perder la capacidad de esperar es el descuido de la vida interior. Es lo que ocurre cuando el cansancio prevalece sobre el asombro, cuando la costumbre sustituye al entusiasmo, cuando perdemos la perseverancia en el camino espiritual, cuando las experiencias negativas, los conflictos o los frutos, que parecen retrasarse, nos convierten en personas amargadas y resentidas. No es bueno masticar amargura, porque en una familia religiosa -—como en cualquier comunidad y familia— las personas amargadas y con “cara sombría” hacen pesado el ambiente; estas personas que parecer tener vinagre en el corazón. Es necesario entonces recuperar la gracia perdida, es decir, volver atrás y, mediante una intensa vida interior, retornar al espíritu de humildad gozosa y de gratitud silenciosa. Y esto se alimenta con la adoración, con el empeño de las rodillas y del corazón, con la oración concreta que combate e intercede, que es capaz de avivar el deseo de Dios, el amor de antaño, el asombro del primer día, el sabor de la espera.

El segundo obstáculo es la adaptación al estilo del mundo, que acaba ocupando el lugar del Evangelio. Y el nuestro es un mundo que a menudo corre a gran velocidad, que exalta el “todo y ahora”, que se consume en el activismo y en el buscar exorcizar los miedos y las ansiedades de la vida en los templos paganos del consumismo o en la búsqueda de diversión a toda costa. En un contexto así, en el que se destierra y se pierde el silencio, esperar no es fácil, porque requiere una actitud de sana pasividad, la valentía de bajar el ritmo, de no dejarnos abrumar por las actividades, de dejar espacio en nuestro interior a la acción de Dios, como enseña la mística cristiana. Cuidemos, pues, de que el espíritu del mundo no entre en nuestras comunidades religiosas, en la vida de la Iglesia y en el camino de cada uno de nosotros, pues de lo contrario no daremos fruto. La vida cristiana y la misión apostólica necesitan de la espera, madurada en la oración y en la fidelidad cotidiana, para liberarnos del mito de la eficiencia, de la obsesión por la productividad y, sobre todo, de la pretensión de encerrar a Dios en nuestras categorías, porque Él viene siempre de manera imprevisible, viene siempre en tiempos que no son los nuestros y de formas que no son las que esperamos.

Como afirma la mística y filósofa francesa Simone Weil, somos la esposa que espera en la noche la llegada del esposo, y «el papel de la futura esposa es esperar [...]. Desear a Dios y renunciar a todo lo demás es lo único que salva» (S. Weil, A la espera de Dios, Madrid 1996, 125-126). Hermanas, hermanos, cultivemos en la oración la espera del Señor y aprendamos la buena “pasividad del Espíritu”: así podremos abrirnos a la novedad de Dios.

Como Simeón, también nosotros carguemos en brazos al Niño, al Dios de la novedad y de las sorpresas. Cuando acogemos al Señor, el pasado se abre al futuro, lo viejo en nosotros se abre a lo nuevo que Él hace nacer. No es fácil —lo sabemos— porque, en la vida religiosa como en la vida de todo cristiano, es difícil oponerse a la “fuerza de lo viejo”: «porque no es fácil que lo viejo que hay en nosotros acoja a lo nuevo —acoger lo nuevo, acogerlo en nuestra vejez— [...]. La novedad de Dios se presenta como un niño y nosotros, con todos nuestros hábitos, miedos, temores, envidias —pensemos en las envidas—, preocupaciones, nos hallamos frente a este niño. ¿Le abrazaremos, le acogeremos, le haremos espacio? ¿Entrará esta novedad de veras en nuestra vida, o más bien intentaremos casar lo viejo y lo nuevo, tratando que la presencia de la novedad de Dios nos moleste lo menos posible?». (C.M. Martini, Meditaciones sobre la oración, Madrid 2011, 32).

Hermanos y hermanas, estas preguntas son para nosotros, para cada uno de nosotros, son para nuestras comunidades, son para la Iglesia. Dejémonos interpelar, dejémonos mover por el Espíritu, como Simeón y Ana. Si como ellos sabremos vivir la espera en el cuidado de la vida interior y en coherencia con el estilo del Evangelio, si como ellos viviremos la espera, entonces abrazaremos a Jesús, que es luz y esperanza de la vida.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El niño que nos ha nacido es el Hijo de Dios, el Verbo de Dios hecho carne, la Palabra viva, la Luz que vino al mundo para iluminar a todas las naciones, luz que disipa las tinieblas, que ilumina las mentes y los corazones de los hombres, y expone las intenciones de sus corazones.

Él es el Mesías anunciado por los profetas. En Él se cumple toda profecía. Él es el Salvador del que hablan las Escrituras, fuente inagotable de gracia, que se derrama para llevar a las almas de las tinieblas a la luz.

El profeta Simeón, agradeciendo al Señor, recibió esta extraordinaria revelación, que anunció a María, la Madre del Mesías; y no era una maldición, era una profecía en presencia del Mesías: “este niño ha sido puesto como signo de contradicción para dejar al descubierto las intenciones de los corazones; y a ti una espada de dolor te atravesará el alma”, con lo que revelaba la misión redentora del Hijo de Dios, quien tendría que padecer y sufrir mucho en manos de los hombres; y a la Madre su particular “Getsemaní” le anunciaba. Y ella dijo “sí, hágase Señor tu voluntad en mí”, mientras junto con el niño, a Dios su alma consagraba, aceptando con valor la cruz que se le revelaba, y a su Hijo muriendo crucificado, mientras ella lo acompañaba y en su misión redentora participaba.

Ten tú el valor de entregar tu vida consagrándote al Inmaculado Corazón de María, para que, siendo todo de ella, seas todo de Jesús, porque el Inmaculado Corazón de María está unido indisolublemente al Sagrado Corazón de Jesús.

Medita los siete dolores que traspasaron su alma, y guarda, como ella, todas las cosas en tu corazón, para que la gracia transformante, fruto de esa meditación, transfor-me todo dolor y sufrimiento de tu alma en la alegría de entregar tu vida para servir a Cristo.

Escucha su palabra, que es como una espada de dos filos que penetra tu corazón, y déjate iluminar por su luz, para que alcances la felicidad y la vida eterna por la fe en el Niño Jesús, Hombre verdadero y Dios verdadero».

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PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Jesús que para cumplir la ley de Moisés quiso ser presentado en el templo y pidámosle que ruegue por nosotros sus hermanos:

Para que Cristo, luz que resplandece sobre la faz de la Iglesia, conceda a sus fieles convertirse en luz del mundo y en sal de la tierra, roguemos al Señor.

Para que el Salvador del mundo sea anunciado y presentado ante todos los pueblos y se revele como luz de todas las naciones, roguemos al Señor.

Para que los ancianos y los moribundos, al ver que se acerca el fin de sus días dejen este mundo en paz, seguros de que –terminada su carrera– verán al Salvador, roguemos al Señor.

Para que Cristo, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, no sea para nosotros causa de caída, sino de levantamiento y de resurrección, roguemos al Señor.

Señor, Dios todopoderoso, que en el final de su camino realizaste los deseos santos de los ancianos Simeón y Ana, haz que también nuestros ojos puedan contemplar al Salvador en el templo eterno de tu gloria. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sea grata, Señor, la ofrenda de tu Iglesia desbordante de alegría, tú que quisiste que tu Unigénito te fuera ofrecido, como Cordero inmaculado, para la vida del mundo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO

El misterio de la presentación del Señor.

En verdad es justo y necesario es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque al ser presentado hoy en el templo tu Hijo, eterno como tú, fue proclamado por el Espíritu Santo gloria de Israel y luz de las naciones.

Por eso, nosotros, al acudir hoy llenos de júbilo al encuentro del Salvador, te alabamos con los ángeles, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 2, 30-31

Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has puesto ante la vista de todos los pueblos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, por este santo sacramento que acabamos de recibir, lleva a su plenitud en nosotros la obra de tu gracia, tú que colmaste las esperanzas de Simeón; para que, así como él no vio la muerte sin que antes mereciera tener en sus brazos a Cristo, así nosotros al salir al encuentro del Señor, merezcamos alcanzar la vida eterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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LUNES 3

Lunes IV del Tiempo Ordinario

Nuestra Señora de Suyapa – Patrona de Honduras

San Blas, obispo y mártir

O bien:

San Óscar, obispo

Hb 11, 32-40; Sal 30; Mc 5, 1-20

AGRADECER LA MISERICORDIA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

CORRESPONDER A LA BENEVOLENCIA DE DIOS (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA

Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.

ORACIÓN COLECTA

San Blas

Escucha, Señor, a tu pueblo que, con la ayuda del mártir san Blas, te suplica le concedas gozar de paz en la vida presente, y tu auxilio para alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

San Óscar

Dios nuestro, que enviaste a tu santo obispo Óscar para evangelizar a numerosos pueblos, concédenos, por su intercesión, caminar siempre en la luz de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Por la fe, nuestros antepasados conquistaron reinos y Dios dispone para nosotros algo mejor.

De la carta a los hebreos: 11, 32-40

Hermanos: ¿Para qué seguir hablando sobre el poder de la fe? Me faltaría tiempo, si tuviera que exponer en detalle lo que hicieron Gedeón, Baruc, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Por su fe, ellos conquistaron reinos e hicieron justicia, lograron que se fueran cumpliendo las promesas divinas, cerraron las fauces de los leones, dominaron la violencia del fuego, se salvaron del filo de la espada, vencieron las enfermedades, fueron valientes en la guerra y pusieron en fuga a los ejércitos extranjeros.

Hubo también algunas mujeres, que por su fe obtuvieron la resurrección de sus hijos muertos. Muchos, sometidos a las torturas, prefirieron no ser rescatados, para alcanzar así la resurrección. Unos sufrieron escarnios y azotes, cadenas y cárcel. Otros, fueron apedreados, aserrados, torturados y muertos a espada; anduvieron errantes, cubiertos con pieles de ovejas y de cabras, faltos de todo, pasando necesidad, apuros y malos tratos. Esos hombres, de los cuales no era digno el mundo, tuvieron que vagar por desiertos y montañas, por grutas y cavernas.

Sin embargo, todos ellos, aunque acreditados por su fe, no alcanzaron a ver el pleno cumplimiento de la promesa: es que Dios había dispuesto para nosotros algo mejor y no quería que ellos llegaran, sin nosotros, a la perfección.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 30, 20. 21. 23 24

R/. Quien confía en el Señor, no desespere.

¡Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles! Con quien se acoge a ti, Señor, ¡qué bueno eres! R/.

Tu presencia lo ampara de todas las intrigas de los hombres, y lo pone a resguardo de las burlas y las murmuraciones. R/.

Bendito sea el Señor, que en mis horas de angustia ha prodigado las pruebas de su amor. R/.

En mi inquietud, Señor, llegué a pensar que me habías quitado de tu vista; pero oíste la voz de mis plegarias cuando clamaba a ti. R/.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues protege a los leales y a los soberbios da lo que merecen. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16

R/. Aleluya, aleluya.

Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.

EVANGELIO

Espíritu inmundo, sal de este hombre.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 5, 1-20

En aquel tiempo, después de atravesar el lago de Genesaret, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó Jesús, vino corriendo desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros. Ya ni con cadenas podían sujetarlo; a veces habían intentado sujetarlo con argollas y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba las argollas; nadie tenía fuerzas para dominarlo. Se pasaba días y noches en los sepulcros o en el monte, gritando y golpeándose con piedras.

Cuando aquel hombre vio de lejos a Jesús, se echó a correr, vino a postrarse ante él y gritó a voz en cuello: “¿Qué quieres tú conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Te ruego por Dios que no me atormentes”.

Dijo esto porque Jesús le había mandado al espíritu inmundo que saliera de aquel hombre. Entonces le preguntó Jesús: “¿Cómo te llamas?” Le respondió: “Me llamo Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.

Había allí una gran piara de cerdos, que andaban comiendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaban a Jesús: “Déjanos salir de aquí para meternos en esos cerdos”. Y él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y todos los cerdos, unos dos mil, se precipitaron por el acantilado hacia el lago y se ahogaron.

Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y contaron lo sucedido, en el pueblo y en el campo. La gente fue a ver lo que había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al antes endemoniado, ahora en su sano juicio, sentado y vestido. Entonces tuvieron miedo. Y los que habían visto todo, les contaron lo que le había ocurrido al endemoniado y lo de los cerdos. Ellos comenzaron a rogarle a Jesús que se marchara de su comarca.

Mientras Jesús se embarcaba, el endemoniado le suplicaba que lo admitiera en su compañía, pero él no se lo permitió y le dijo: “Vete a tu casa a vivir con tu familia y cuéntales lo misericordioso que ha sido el Señor contigo”. Y aquel hombre se alejó de ahí y se puso a proclamar por la región de Decápolis lo que Jesús había hecho por él. Y todos los que lo oían se admiraban.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 5, 1-20)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El Señor es misericordioso. Hasta los demonios creen en Él y tiemblan. Son conscientes de que hacen el mal, y de que Jesús es el Hijo de Dios, que es el bien, y tiene la autoridad de expulsarlos y el poder de destruirlos.

El hombre que cree en Jesucristo no debería tener miedo, ni temer a los demonios, sino, con santo temor de Dios, temer ofenderlo y alejarse de Él. Debe rechazar el mal y hacer el bien.

El hombre que conoce a Jesús, que ha experimentado, por su misericordia, una profunda conversión de su corazón, vive agradecido, y con alegría comunica las maravillas del Señor, porque sabe que, a pesar de su pecado, ha sido liberado por el poder de la sangre de Cristo, ha sido perdonado, ha sido renovado, reconocido como hijo de Dios, y le ha sido dado, como herencia, el Paraíso.

El hombre que confía en el Señor no se acobarda ante las acechanzas del enemigo, sino que se mantiene firme, elevando su mirada al cielo, sostenido por la fe en Jesucristo, porque sabe que sus enemigos han sido sometidos bajo sus pies.

El hombre que ha sido transformado por el amor de Cristo lucha por permanecer unido a Él, buscando alcanzar la santidad según su vocación, ya sea soltero, casado, religioso o sacerdote, pregonando su palabra a todos los rincones del mundo, dando testimonio de su misericordia. 

Glorifica tú a Dios con tu vida, dando testimonio de su misericordia, santificándote cada día en tus labores ordinarias, dando testimonio del amor de Cristo y de su bondad, a través de tus obras de caridad con los más necesitados, agradecido por todos los bienes que de Dios has recibido, por haberte liberado, por haberte sanado, por haberte transformado en un hombre nuevo.

Corresponde agradecido poniendo tus bienes al servicio de los demás, y cuéntales lo misericordioso que ha sido el Señor contigo.

Proclama su grandeza, no como quien ha oído hablar de Él, sino como testigo».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

San Blas

Santifica, Señor, con tu bendición, los dones que te presentamos, para que, por tu gracia, nos inflamen en aquel fuego de tu amor con el que san Blas venció en su cuerpo todos los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Óscar

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, que te presentamos en la festividad de san Óscar, y concédenos, como esperamos, obtener por ellas el auxilio de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 16, 24

El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

San Blas

Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella fortaleza de espíritu que hizo a tu mártir san Blas fiel en tu servicio y victorioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Óscar

Señor Dios nuestro, alimentados con el Cuerpo y la Sangre preciosos de tu Hijo, te pedimos que cuanto hemos celebrado con fervor lo recibamos como prenda de segura redención. Por nuestro Señor Jesucristo.

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MARTES 4

Santa Águeda, virgen y mártir

Memoria anticipada (en la República Mexicana)

Joven siciliana que dio la vida por Cristo en Catania, durante la persecución del emperador Decio (251). Sus conciudadanos lo invocan con mucha confianza, especialmente en las erupciones del volcán Etna. Su culto se extendió pronto por el Oriente y el Occidente.

Beato Eduardo Pironio, Obispo

DESPERTAR LA FE (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

CONFIAR EN LA BONDAD DE DIOS (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

Hb 12, 1-4; Sal 21; Mc 5, 21-43

ANTÍFONA DE ENTRADA

Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Señor, que la santa virgen y mártir Águeda implore para nosotros tu misericordia, ya que fue siempre grata, tanto por la fortaleza de su martirio como por el mérito de su virginidad. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.

De la carta a los hebreos: 12, 1-4

Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. El, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.

Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo. Porque todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra el pecado.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 21, 26b-27, 28.30, 31-32

R/. Alaben al Señor los que lo buscan.

Le cumpliré mis promesas al Señor delante de sus fieles. Los pobres comerán hasta saciarse y alabarán al Señor los que lo buscan: su corazón ha de vivir para siempre. R/.

Recordarán al Señor y volverán a él desde los últimos lugares del mundo; en su presencia se postrarán todas las familias de los pueblos. Sólo ante él se postrarán todos los que mueren. R/.

Mi descendencia lo servirá y le contará a la siguiente generación, al pueblo que ha de nacer, la justicia del Señor y todo lo que él ha hecho. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 8, 17

R/. Aleluya, aleluya.

Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R/.

EVANGELIO

¡Óyeme, niña, levántate!

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.

Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.

Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?”. Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ “. Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.

Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decide a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?”. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.

Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de él.

Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!”. La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesucristo es la vida. Todo el que crea en Él y se acerque a Él con confianza tendrá vida eterna. Porque el Hijo de Dios vino al mundo para perdonar a los pecadores, para sanar a los enfermos, y para darles vida. Basta que tengan fe.

El hombre que confía en el Señor no tiene miedo, sino que vive con alegría abrazando la fe, acudiendo a tocarlo a través de los sacramentos, para recibir la fuerza sanadora que proviene de Él.

Acude tú con confianza a tu Señor, y pídele que sane tu cuerpo y que sane tu alma. Y, si pensaras que has perdido la fe y se te ha endurecido el corazón, póstrate frente al Sagrario, y pide el don de la fe. Entonces Él te tomará de la mano y te dirá: “tu fe no está muerta, está dormida. Levántate”.

Arrepiéntete, pide perdón, convierte tu corazón. Renuncia a todas aquellas cosas que son obstáculos en tu vida y te impiden caminar hacia la santidad. Cumple la ley de Dios, toma tu cruz y síguelo.

Y, si te faltara valor, acude a María, la Madre de Dios, pidiendo su socorro. Y Ella, que es refugio seguro, te auxiliará, te protegerá, por ti intercederá, a Jesús te llevará, para que toques aunque sea la borla de su manto y quedes sano».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de santa Águeda, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12

El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada Águeda por la doble corona de su virginidad y de su martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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MIÉRCOLES 5

Fiesta de san Felipe de Jesús, mártir

Solemnidad en la Arquidiócesis de México

Felipe de las Casas, mártir, primer santo mexicano, escogió el nombre de “Felipe de Jesús”. Nació en la Ciudad de México. Era inquieto y travieso. Entró en la Orden franciscana en la ciudad de Manila. Le concedieron ordenarse en su patria, pero una tormenta lazó el barco hacia las costas de Japón, en donde sufrió el martirio, repitiendo el nombre de Jesús. Canonizado en 1862 (1572-1597).

PERDER LA VIDA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

PARA QUÉ TE HICISTE SACERDOTE (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

 

 

PERDER LA VIDA POR CRISTO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

2 Cor 4, 7-15; Sal 123; Lc 9, 23-26

ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10-11

Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en los abismos, y que toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que te dignaste aceptar la sangre de san Felipe de Jesús como primicia de la fe de nuestro pueblo, concédenos, por su intercesión, madurar en esa misma fe, para que demos testimonio de ella no solo de palabra, sino, sobre todo, con los hechos de nuestra vida diaria. Por nuestro Señor Jesucristo...

Fuera de la Arquidiócesis de México solamente se dice una de las dos lecturas antes del Evangelio, con el salmo responsorial.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los aceptó como holocausto.

Del libro de la Sabiduría: 3, 1-9

Las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.

La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.

En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos.

Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 123, 2-3. 4-5. 7b-8.

R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.

Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes. R/.

Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.

SEGUNDA LECTURA

Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15

Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.

Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.

Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10

R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

El que pierda su vida por mí, ése la encontrará.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 23-26

En aquel tiempo, Jesús le dijo a la multitud: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?

Por otra parte, si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga revestido de su gloria y de la del Padre y de la gloria de los santos ángeles”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

En la Arquidiócesis de México, se dice Credo.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Los justos están en paz. Los justos son todos aquellos hombres y mujeres invitados a participar del banquete del Cordero de Dios, de su cruz y de su gloria.

Jesús hace una invitación a través de su doctrina, que vino a enseñar con su palabra y con su ejemplo, para que todo aquel que lo escuche, la aprenda y la ponga en práctica en su vida.

Él ha venido a traer el carisma cristiano, que son hombres y mujeres valientes, dispuestos, decididos y obedientes a su ley, que renucian a sí mismos para tomar su cruz de cada día y seguirlo, que no se avergüenzan al contemplar a su Dios desnudo, martirizado, crucificado y muerto, coronado de espinas y pendiendo de una cruz, y lo reconocen resucitado, vivo, glorioso, presente, real y substancialmente en la Eucaristía, y lo adoran.

Son hombres y mujeres que renuncian al mundo rechazando el mal, las tentaciones y el pecado, compartiendo con Cristo el mismo martirio de amor, entregando la vida cada día, sin miedo y con valor, sirviendo a sus hermanos para servir a Dios, dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, visitando a los enfermos, dando posada al peregrino, visitando a los presos, enterrando a los muertos, enseñando al que no sabe, dando consejo al que lo necesita, corrigiendo al que se equivoca, perdonando a los demás, consolando al triste, sufriendo con paciencia los defectos de los demás, rezando por los vivos y por los difuntos.

Ten tú el valor de acompañar a tu Señor, de despojarte de todo, hasta de ti mismo, para dar la vida por Cristo.

No quieras conquistar al mundo para complacerte y ganar tu vida, porque la perderás. En cambio, vive entregando tu vida por Cristo, sirviendo a los demás, gastando tu vida en obras de misericordia y de caridad, comportándote de acuerdo a su doctrina, viviendo el carisma cristiano, y la vida eterna encontrarás.

Siéntete orgulloso de dar la vida por Cristo y de ser llamado entre los suyos mártir de amor».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, los dones que te presentamos y, por la intercesión de san Felipe de Jesús haz que nos sirvan de ayuda para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO I DE LOS SANTOS MÁRTIRES

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque la sangre de san Felipe de Jesús, mártir, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo, por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos sin cesar: Santo, Santo, Santo…

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16, 24

Si alguno quiere venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo Jesucristo, te suplicamos humildemente, Señor, que, por intercesión de tu mártir san Felipe de Jesús, nos veamos libres de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

En otros lugares:

Misa Votiva de San José

Heb 12, 4-7. 11-15; Sal 102; Mc 6, 1-6

TRANSFORMADOS EN CRISTO (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Este es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor corrige a los que ama.

De la carta a los hebreos: 12, 4-7. 11-15

Hermanos: Todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra el pecado, y ya se han olvidado de la exhortación que Dios les dirigió, como a hijos, diciendo: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a los que ama y da azotes a sus hijos predilectos. Soporten, pues, la corrección, porque Dios los trata como a hijos; ¿y qué padre hay que no corrija a sus hijos?

Es cierto que de momento ninguna corrección nos causa alegría, sino más bien tristeza. Pero después produce, en los que la recibieron, frutos de paz y santidad. Por eso, robustezcan sus manos cansadas y sus rodillas vacilantes; caminen por un camino plano, para que el cojo ya no se tropiece, sino más bien, se alivie.

Esfuércense por estar en paz con todos y por aquella santificación, sin la cual no es posible ver a Dios. Velen para que nadie se vea privado de la gracia de Dios, para que nadie sea como una planta amarga, que hace daño y envenena a los demás.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 102, 1-2. 13-14. 17-18a

R/. El Señor es bueno, el Señor nos ama.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.

Como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que somos barro, no se olvida. R/.

El amor del Señor a quien lo teme, es un amor eterno y entre aquellos que cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27

R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

EVANGELIO

Todos honran a un profeta, menos los de su tierra.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados.

Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos: 6, 1-6)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«¡Cuánta incredulidad hay en los hombres!

¡Cuánta desconfianza y egoísmo, que les entorpece el entendimiento y la voluntad, para aceptar que Dios se quiera manifestar en su propia casa, y se haya dignado a elegir a uno de los suyos como profeta para transmitir su mensaje de amor y esperanza, y obrar sus maravillas!

¡Qué difícil es reconocer que Dios elige a los más pequeños, para revelarse y mostrarse al mundo tal cual es: un Dios enamorado de los hombres, que quiere vivir en medio de ellos!

¡Qué difícil es para un profeta hablar de Dios en su propia tierra, y ser escuchado y aceptado!

Es más fácil llamarlo loco, porque se comporta como un enamorado de Dios que desprecia al mundo y renuncia hasta a sí mismo para seguir a Cristo.

Qué fácil es hablar a sus espaldas y burlarse de él, negando la veracidad de sus palabras, porque comprometen y atraviesan el alma. Prefieren seguir viviendo en la oscuridad y rechazan la luz.

Al mundo le falta fe, al mundo le falta amor. Si no fueran incrédulos, sino creyentes; si no cerraran su corazón y comprendieran el lenguaje del amor, recibirían con alegría el mensaje de Dios en su propia casa, y Él obraría milagros admirado de su fe, y vivirían en paz y armonía, agradeciendo al Señor por obrar en ellos sus maravillas.

Persevera tú, cumpliendo tu misión como buen cristiano, sostenido por la fe, por la esperanza y el amor, a pesar del ambiente adverso, de las persecuciones y contrariedades.

Haz el bien sin esperar reconocimiento ni recompensa, antes bien, reconociendo a Cristo ante los hombres, sabiendo que tu mayor recompensa será que Él te reconocerá ante su Padre que está en el cielo.

Anuncia la Buena Nueva del Evangelio, confiando que, quien no crea por tus palabras, creerá por tu ejemplo.

Acude a la intercesión de la Madre de Dios, sigue adelante, reza, y no te preocupes, porque el Espíritu Santo obrará en ellos».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO DE SAN JOSÉ

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

JUEVES 6

Jueves IV del Tiempo Ordinario

Memoria, San Pablo Miki y Compañeros Mártires

El 5 de febrero de 1597, en Nagasaki (Japón) fueron crucificados veintiséis cristianos (misioneros jesuitas y franciscanos, religiosos japoneses, como Pablo Miki, y diecisiete laicos: catequistas intérpretes; médicos y niños). Sonriendo y cantando sufrieron el martirio (entre ellos estaba San Felipe de Jesús).

Heb 12, 18-19. 21-24; Sal 47; Mc 6, 7-13

MISIONEROS DE LA PALABRA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

MISIONEROS DE PAZ (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

LLEVAR LA PAZ DE CRISTO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA

Los santos mártires derramaron su sangre por Cristo en la tierra; por eso han obtenido el premio eterno.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fortaleza de los santos, que por medio de la cruz te dignaste llamar a la gloria a los santos mártires Pablo Miki y compañeros, concédenos, por su intercesión, que mantengamos firmemente hasta la muerte la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Se han acercado ustedes a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente.

De la carta a los hebreos: 12, 18-19. 21-24

Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni oscuridad, ni tinieblas, ni huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los israelitas no querían volver a oír nunca.

En efecto, tan terrible era aquel espectáculo, que el mismo Moisés exclamó: ¡Estoy aterrorizado y tiemblo! Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza, cuya sangre derramada es más elocuente que la de Abel. 

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 47, 2-3a. 3b-4. 9.10-11.

R/. Recordamos, Señor, tu gran amor.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la tierra. R/.

El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable. R/.

Lo que habíamos oído, lo hemos visto en la ciudad del Dios de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios, fundada para siempre por Dios mismo. R/.

Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor, y tu alabanza llenan el mundo entero. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 1, 15

R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/.

EVANGELIO

Envió a los discípulos de dos en dos.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 7-13

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.

Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.

Los discípulos se fueron a predicar la conversión. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesucristo, el Señor, que ha muerto por todos los hombres, los reúne en una sola familia: la Santa Iglesia Católica, y a todos los bautizados los envía al mundo con una misión divina: la evangelización. Pero los envía de dos en dos, que quiere decir que no los envía solos, sino en comunidad, para poner al servicio del prójimo los dones que Dios les da, y para que sean conscientes de sus debilidades, reconociendo con humildad que necesitan de otros y deben dejarse ayudar, porque no pueden solos, es mucha la responsabilidad y la labor del apostolado.

Él los envía a llevar su Palabra y sus enseñanzas a todos los lugares a donde van, para establecer el carisma cristiano, contagiando la fe, llevando esperanza, practicando la caridad, para darlo a conocer tal cual es: Hombre y Dios, para que todos crean en Él y se salven.

Por tanto, Él manda que todo cristiano sea misionero de la Palabra. Pero también les advierte que no todos los recibirán. Algunos no los escucharán y los rechazarán. Y les dice qué hacer: expresar su desaprobación, irse de ahí y seguir adelante, dejando claro que la voluntad de Dios no se impone, sino que invita a que cada uno abrace la fe con libertad, porque es el regalo más grande que Dios da a la humanidad.

Recibe tú los dones y talentos que Dios te da para perfeccionarte, poniéndolos al servicio de los demás, amando a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

Aprovecha la oportunidad que Dios te da de dar a conocer a Cristo a través de su Palabra, enseñándola con humildad y sencillez, con total disposición, pero sin preocuparte, sino confiando en que aquel que te envía es todopoderoso, es tu Padre amoroso y, a través de su divina providencia, te dará los medios.

Agradece, porque tú, que eres tan sólo un hombre indigno y pecador, tienes una misión divina a la que te envía tu Salvador».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos, a ejemplo de los santos Pablo Miki y compañeros, alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Rom 8, 38-39

Ni la muerte, ni la vida, ni creatura alguna, podrá apartarnos del amor de Cristo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados, Señor, con el Cuerpo y la Sangre preciosos de tu Unigénito, en la conmemoración de tus santos mártires Pablo Miki y compañeros, concédenos que, con amor constante, permanezcamos en ti, vivamos de ti y hacia ti nos dirijamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

VIERNES 7

Viernes IV del Tiempo Ordinario

Misa votiva del Sagrado Corazón de Jesús

Heb 13, 1-8; Sal 26; Mc 6, 14-29

HOMBRE RECTO, SANTO Y SABIO (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

EL HOMBRE SANTO Y EL MALVADO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 32, 11. 19

Los proyectos de su corazón subsisten de edad en generación en generación, para librar de la muerte la vida de sus fieles, y reanimados en tiempo de hambre.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios, haz que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo, y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, configurados a imagen suya, merezcamos ser partícipes de la redención eterna. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

De la carta a los hebreos: 13, 1-8

Hermanos: Conserven entre ustedes el amor fraterno y no se olviden de practicar la hospitalidad, ya que, por ella, algunos han hospedado ángeles sin saberlo. Acuérdense de los que están presos, como si ustedes mismos estuvieran también con ellos en la cárcel. Piensen en los que son maltratados, pues también ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir.

Que todos tengan gran respeto al matrimonio y lleven una vida conyugal irreprochable, porque a los que cometen fornicación y adulterio, Dios los habrá de juzgar.

Que no haya entre ustedes avidez de riquezas, sino que cada quien se contente con lo que tiene. Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abandonaré; por lo tanto, nosotros podemos decir con plena confianza: El Señor cuida de mí, ¿por qué les he de tener miedo a los hombres?

Acuérdense de sus pastores, que les predicaron la palabra de Dios. Consideren cómo terminaron su vida e imiten su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 26, 1.3.5.86.9abc

R/. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.

Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón; aun cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en el Señor. R/.

Porque el Señor me procuró un refugio en los tiempos aciagos; me esconderá en lo oculto de su tienda y él me pondrá a salvo. R/.

El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No me abandones ni me dejes solo, mi Dios y salvador. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15

R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.

EVANGELIO

Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 14-29

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido tanto, llegó a oídos del rey Herodes el rumor de que Juan el Bautista había resucitado y sus poderes actuaban en Jesús. Otros decían que era Elías; y otros, que era un profeta, comparable a los antiguos. Pero Herodes insistía: “Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado”.

Herodes había mandado apresar a Juan y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: “No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano”. Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida; pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: “Pídeme lo que quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias veces: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”.

Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?”. Su madre le contestó: “La cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista”.

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 6, 14-29)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El hombre que no teme a Dios se deja dominar por la soberbia, se engrandece de egoísmo y se empodera de sí mismo, poniendo sus seguridades en el mundo; y su felicidad en la vanagloria que le dan los que lo siguen por interés, buscando un beneficio efímero y pasajero; y, sin importar en lo que cree, por salvar su vida la pierde.

Quien no ama a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo comete graves pecados, y un pecado lo lleva a cometer otro y otro, no tiene escrúpulos, y no es digno del Reino de Dios.

Rectifica tu camino, analiza tus actos y aprende a discernir, pidiendo la asistencia del Espíritu Santo.

No tomes decisiones presionado por la influencia de la gente con malas intenciones, ni del ambiente, no sea que tu conciencia te reclame tu injusticia y tus malas obras.

Y, si así fuera, busca a Jesús, cuéntale lo que has hecho, arrepiéntete, confiesa tus pecados, haz un buen propósito de enmienda, y una firme resolución de no volver a pecar, y recibe su perdón y su paz.

Cree en el Señor, y en que Él es el Hijo de Dios y el más grande de los profetas, que ha dado su vida por ti para salvarte. Imita tú el santo temor de Dios y la fidelidad de Juan el Bautista, quien salvó su vida, perdiendo su vida por la causa de Cristo».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, Padre de misericordia, que por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Unigénito, concédenos que, unidos Íntimamente a él, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

El inmenso amor de Cristo.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno por Cristo, Señor nuestro.

El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar los sacramentos de la Iglesia, para que todos los hombres, atraídos hacia el corazón abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la fuente de la salvación.

Por eso, con todos los ángeles y los santos te alabamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 7, 37-38

Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba, aquel que cree en mí. Como dice la escritura: De sus entrañas brotarán ríos de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo participado de tu sacramento de amor, imploramos, Señor, tu clemencia, para que, configurados con Cristo en la tierra, merezcamos compartir su gloria en el cielo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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SÁBADO 8

Sábado IV del Tiempo Ordinario

Misa de Santa María en sábado

O bien:

Memoria de San Jerónimo Emiliani

El noble veneciano se convirtió del mal camino y desde entonces consagró la vida a los indigentes, especialmente a los enfermos y a los huérfanos. Junto con unos compañeros que se le unieron, fundó en Somasca la Sociedad de los Servidores de los Pobres. Murió de peste, atendiendo a los enfermos (1486-1537).

O bien:

Santa Josefina Bakhita

Nació en 1869. Fue raptada y vendida como esclava; sufrió mucho. Comprendió que Dios es verdadero Señor de todo ser humano, y abrazó la fe cristiana. Ya libre, se hizo religiosa, entregada a Cristo. Murió en 1947

Heb 13, 15-17. 20-21; Sal 22; Mc 6, 30-34

EL DESCANSO DEL SACERDOTE (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

COMPASIVOS Y MISERICORDIOSOS (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 5, 19

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Misa de Santa María en sábado

Señor, Dios, concédenos a nosotros, tus siervos, gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo, y, por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo...

San Jerónimo Emiliani

Dios, Padre de toda misericordia, que en tu providencia quisiste que san Jerónimo Emiliani fuera protector y padre de los huérfanos, concédenos, por su intercesión, que conservemos con fidelidad el espíritu de adopción por el cual nos llamamos y somos hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Santa Josefina Bakhita

Dios nuestro, que hiciste pasar a santa Josefina Bakhita de la esclavitud denigrante a la dignidad de hija tuya y esposa de Cristo, concédenos que, a ejemplo suyo, sigamos al Señor Jesús crucificado con incesante amor, y perseveremos en la práctica de la caridad llenos de misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Que el Dios de la paz, que resucitó al pastor eterno de las ovejas, los enriquezca con toda clase de dones.

De la carta a los hebreos: 13, 15-17. 20-21

Hermanos: Ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, el sacrificio de alabanza, es decir el homenaje de los labios que bendicen su nombre.

No se olviden nunca de practicar la generosidad y de compartir con los demás los bienes de ustedes, porque estos son los sacrificios que agradan a Dios. Obedezcan con docilidad a sus pastores, pues ellos se desvelan por ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuentas a Dios. Así podrán ellos trabajar con alegría y sin quejarse, pues lo contrario no sería para ustedes de ningún provecho.

Que el Dios de la paz, el que, mediante la sangre de una alianza eterna, resucitó de entre los muertos al pastor eterno de las ovejas, Jesucristo, nuestro Señor, los enriquezca a ustedes con toda clase de dones para cumplir su voluntad y haga en ustedes todo lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo, a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5.6

R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce, para reparar mis fuerzas. R/.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida, y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27

R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

EVANGELIO

Andaban como ovejas sin pastor.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El Señor es compasivo y misericordioso. Él se compadece de su pueblo, que está extenuado y desamparado, y camina como ovejas sin pastor. Él conoce a cada una de las ovejas de su rebaño, y la llama por su nombre. Y envía también en este tiempo apóstoles, que son sus sacerdotes, y les da el poder para perdonar, para sanar, para enseñar, para guiar, para expulsar demonios, para reunir a sus ovejas en un solo rebaño y con un solo Pastor.

Pero también envía apóstoles que son ovejas en medio de sus rebaños, para ayudarle a los pastores a conducir y mantener unido el rebaño, y a llevar el Evangelio también a otros rebaños que no son de su redil. El Señor nos hace una petición: ‘rueguen al dueño de la mies que envíe más obreros a sus campos’, y nos da la responsabilidad de atenderlos y cuidarlos, porque gratuitamente ejercen el poder que Él les da a través de sus ministerios, pero confía en la buena voluntad de su rebaño, para ser instrumentos de su misericordia, para que la Divina Providencia haga llegar a los pastores el sustento, y tengan lo necesario para vivir.

Compadécete tú de los pastores que reúnen al pueblo de Dios, y acompaña a María, Divina Pastora, que los protege y los guía. Ruega por ellos, ten caridad, muéstrales tu agradecimiento, porque su vida, unida a la Cruz de Jesús, por ti ellos dan, para sanarte, para guiarte, para alimentarte, para enseñarte, para salvarte. Y practica con ellos las catorce obras de misericordia, para que tengan los medios necesarios para cumplir bien con sus ministerios.

Reconoce a Cristo en cada sacerdote. Lo que tú hagas con uno de ellos, lo haces con Cristo, porque está escrito: ‘el que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos, mis más pequeños, conmigo lo hace’».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Misa de Santa María en sábado

Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te presentamos, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas quede sin respuesta. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Jerónimo Emiliani

Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de tu pueblo santo en la conmemoración de san Jerónimo Emiliani, y concede que, por la participación en este sacramento, demos pruebas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santa Josefina Bakhita

Te rogamos, Señor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos, para que, a ejemplo de santa Josefina Bakhita, purificados de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en la vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de la Santísima Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 18, 3

Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Misa de Santa María en sábado

Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Jerónimo Emiliani

Que esta santa comunión, Dios todopoderoso, nos fortalezca, para que, a ejemplo de san Jerónimo Emiliani, podamos manifestar, tanto en nuestro corazón como con nuestras obras, el amor fraterno y el esplendor de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santa Josefina Bakhita

Señor, que la santa comunión del Cuerpo y Sangre de tu Unigénito nos aleje de todas las cosas pasajeras, para que, a ejemplo de santa Josefina Bakhita, podamos crecer en la tierra en un auténtico amor por ti y gozar en el cielo, contemplándote eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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DOMINGO 9

Domingo V del Tiempo Ordinario

Un par de personas de pie Descripción generada automáticamente con confianza media

«No temas; desde ahora serás pescador de hombres»

Is 6, 1-2. 3-8; Sal 137; I Cor 15, 1-11; Lc 5, 1-11

AYUDARSE UNOS A OTROS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ECHAR LAS REDES (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 94, 6-7

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu protección su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Aquí estoy, Señor, envíame.

Del libro del profeta Isaías: 6, 1-2. 3-8

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor, sentado sobre un trono muy alto y magnífico. La orla de su manto llenaba el templo. Había dos serafines junto a él, con seis alas cada uno, que se gritaban el uno al otro: “Santo, santo, santo es el Señor, Dios de los ejércitos; su gloria llena toda la tierra”.

Temblaban las puertas al clamor de su voz y el templo se llenaba de humo. Entonces exclamé:

 “¡Ay de mí!, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos”.

Después voló hacia mí uno de los serafines. Llevaba en la mano una brasa, que había tomado del altar con unas tenazas. Con la brasa me tocó la boca, diciéndome: “Mira: Esto ha tocado tus labios. Tu iniquidad ha sido quitada y tus pecados están perdonados”.

Escuché entonces la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte mía?”. Yo le respondí: “Aquí estoy, Señor, envíame”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 137, 1-2a. 2bc-3. 4-5. 7c-8.

R/. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles. Te adoraremos en tu templo. R/.

Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.

Que todos los reyes de la tierra te reconozcan al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.

Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R/.

SEGUNDA LECTURA

Esto es lo que hemos predicado y lo que ustedes han creído.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 1-11

Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes aceptaron y en el cual están firmes. Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.

Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles.

Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol. Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 19

R/. Aleluya, aleluya.

Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres. R/.

EVANGELIO

Dejándolo todo, lo siguieron.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 5, 1-11

En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes”. Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!”. Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Un hombre con sombrero sonriendo Descripción generada automáticamenteREFLEXIÓN DEL SANTO PADRE FRANCISCO (6.II.22)

 Queridos hermanos y hermanas, ¡Buenos días!

El Evangelio de la liturgia de hoy nos lleva a las orillas del Mar de Galilea. La multitud se agolpa en torno a Jesús, mientras algunos pescadores decepcionados, entre ellos Simón Pedro, lavan sus redes después de una noche de pesca que salió mal. Y he aquí que Jesús sube a la barca de Simón; luego lo invita a ir mar adentro y echar de nuevo las redes (cf. Lc 5, 1-4). Detengámonos en estas dos acciones de Jesús: primero, sube a la barca y, luego, la segunda, invita a ir mar adentro. Había sido una noche en que las cosas habían salido mal, sin pescados, pero Pedro confía y va mar adentro.

Primero, Jesús sube a la barca de Simón. ¿Para hacer qué? Para enseñar. Pide precisamente esa barca, que no está llena de peces, sino que ha regresado a la orilla vacía, tras una noche de trabajo y decepción. Es una bella imagen para nosotros también. Cada día la barca de nuestra vida abandona la orilla de nuestro hogar para adentrarse en el mar de las actividades cotidianas; cada día intentamos “pescar mar adentro”, cultivar sueños, llevar adelante proyectos, vivir el amor en nuestras relaciones. Pero a menudo, como Pedro, experimentamos la “noche de las redes vacías”, la noche de las redes vacías… la decepción de esforzarse tanto y no ver los resultados deseados: “Hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada” (v. 5), dice Simón. Cuántas veces también nosotros nos quedamos con una sensación de derrota, mientras la decepción y la amargura surgen en nuestros corazones. Dos carcomas muy peligrosos.

¿Qué hace entonces el Señor? Elige subirse a nuestra barca. Desde allí quiere anunciar el Evangelio al mundo. Precisamente esa barca vacía, símbolo de nuestra incapacidad, se convierte en la “cátedra” de Jesús, en el púlpito desde el que proclama la Palabra. Y esto es lo que le gusta hacer al Señor: el Señor es el Señor de las sorpresas, de los milagros en las sorpresas; subir a la barca de nuestra vida cuando no tenemos nada que ofrecerle; entrar en nuestros vacíos y llenarlos con su presencia; servirse de nuestra pobreza para proclamar su riqueza, de nuestras miserias para proclamar su misericordia. Recordemos esto: Dios no quiere un crucero, le basta con una pobre barca “destartalada”, siempre que lo acojamos: ¡Eso sí! Acogerlo. No interesa la barca… acogerlo. Pero, me pregunto, ¿lo dejamos entrar en la barca de nuestras vidas? ¿Ponemos a su disposición lo poco que tenemos? A veces nos sentimos indignos de Él porque somos pecadores. Pero esta es una excusa que no le gusta al Señor, porque lo aleja de nosotros. Él es el Dios de la cercanía, de la compasión, de la ternura, y no busca el perfeccionismo, busca la acogida. También a ti te dice: “Déjame subir a la barca de tu vida”. “Pero, Señor, mira…”, “Así: déjame subir, tal como es”. Pensemos en esto.

Así es como el Señor reconstruye la confianza de Pedro. Tras subir a su barca, después de predicar, le dice: “Rema mar adentro” (v. 4). No era una hora adecuada para pescar, era pleno día, pero Pedro confía en Jesús. No se apoya en las estrategias de los pescadores, que conocía bien, sino que se apoya en la novedad de Jesús. Aquel asombro que lo movía a hacer aquello que Jesús le decía. Lo mismo ocurre con nosotros: si acogemos al Señor en nuestra barca, podemos ir mar adentro. Con Jesús se navega por el mar de la vida sin miedo, sin ceder a la decepción cuando no se pesca nada, y sin ceder al “no hay nada más que hacer”. Siempre, tanto en la vida personal como en la vida de la Iglesia y de la sociedad, se puede hacer algo que sea hermoso y valiente: siempre. Siempre podemos volver a empezar, el Señor siempre nos invita a volver a ponernos en juego porque Él abre nuevas posibilidades. Aceptemos, pues, la invitación: ahuyentemos el pesimismo y la desconfianza y entremos mar adentro con Jesús. Incluso nuestra pequeña barca vacía será testigo de una pesca milagrosa.

Recemos a María, que como ninguna otra acogió al Señor en la barca de la vida, nos anime e interceda por nosotros.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesús llama todos los días. Es necesario que los hombres permanezcan atentos escuchando su palabra y haciendo sus obras, para que, cuando el Señor los llame, los encuentre bien dispuestos y cumpliendo con su deber, no sea que Cristo pase por sus vidas, que los llame y no se den cuenta, porque estén sumidos en su egoísmo y en la indiferencia.

El Señor llama a todos y a cada uno por su nombre para que lo sigan. A algunos los llama a la vida religiosa o a la vida presbiteral. A otros los llama para que lo sigan en medio del mundo, cada uno de acuerdo a la vocación que Él mismo les da.

El Señor busca apóstoles que estén dispuestos a renunciar a sí mismos para abrazar la fe y dar la vida sirviendo a Dios en el prójimo. El llamado es individual. La respuesta es personal, poniendo al servicio de los demás los dones que el Espíritu Santo a cada uno da, para procurar siempre el bien aun en medio del mal, de la adversidad, de los problemas, de las preocupaciones, de las persecuciones, de la enfermedad.

El llamado se escucha fuerte y claro en el corazón. Corresponder entregando a Dios la vida para hacer lo que Él pida da satisfacción, alegría y paz, si confiamos en que la Divina Providencia nos dará los medios para seguir a Cristo, y para dejarnos transformar en pescadores de hombres, uniendo todos los sacrificios al único sacrificio agradable a Dios.

Permanece tú atento y dispuesto a escuchar el llamado de Cristo. No tengas miedo, ábrele las puertas de tu corazón y acepta ser un elegido de Dios. Déjate llenar de su amor, deja que encienda de fuego apostólico tu corazón.

Cristo es el bien que está sobre todo mal. Seguirlo siempre es ganar. Un verdadero apóstol ama su cruz y la lleva cada día con alegría, sabiendo que es así como sigue a Jesús».

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Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)

Para la Iglesia inmaculada del Dios verdadero, extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios, roguemos al Señor.

Para los que gobiernan los pueblos y tienen en su mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de servir con dedicación a sus súbditos, roguemos al Señor.

Por los débiles que se ven oprimidos y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús el Salvador, roguemos al Señor.

Para nosotros mismos, pidamos al Señor un temor filial, un amor ferviente, una vida feliz y una santa y buena muerte, roguemos al Señor.

Dios nuestro, de grandeza infinita, que has confiado a nuestros labios impuros y a nuestras fuerzas débiles la misión de proclamar el Evangelio, escucha las oraciones de tu familia y susténtanos con tu Espíritu, para que tu palabra sea acogida por los hombres con corazón generoso y abierto y dé fruto abundante en todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra sobre todo para ayuda de nuestra fragilidad, concédenos que también se conviertan para nosotros en sacramento de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 5-6

Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace en favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que quisiste hacernos participar de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera, que, hechos uno en Cristo, demos frutos con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

LUNES 10

Lunes V del Tiempo Ordinario

Santa Escolástica, virgen

Era hermana de san Benito, fundador del monacato en Occidente. Consagró su vida al Señor en las estribaciones de Monte Casino, célebre monasterio fundado por Benito. Murió un poco antes que su hermano (547). Las religiosas benedictinas veneran a Escolástica como su madre espiritual.

O bien:

Memoria libre de San José Sánchez del Río, mártir mexicano

Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Tenía 13 años al decretarse la suspensión de culto público. Su hermano Miguel tomó las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado, pero su madre trató de disuadirlo. Luego escribió al jefe cristero y la respuesta fue negativa. Insistió pidiendo le admitiera como asistente. En el campamento se ganó el cariño de sus compañeros que lo apodaron «Tarsicio». Por la noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe. El 5 de febrero de 1928, cerca de Cotija, el caballo del general cristero cayó muerto de un balazo y José le entregó el suyo. Hecho prisionero fue llevado ante el general callista quien al no lograr hacerlo apostatar lo mandó encerrar. El 10 de febrero de 1928 fue torturado desollándole los pies con un cuchillo y haciéndolo caminar a golpes hasta el cementerio donde se puso de pie al borde de la fosa, para evitar a los verdugos el trabajo de transportar su cuerpo. Murió mártir, apuñalado, gritando «¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!» y recibiendo del capitán un disparó en la cabeza. Sus restos reposan en el templo parroquial de Santiago Apóstol, en Sahuayo, Michoacán. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI el 20 de noviembre de 2005 y canonizado por el Papa Francisco, el 16 de octubre de 2016.

Gén 1, 1-19; Sal 103; Mc 6, 53-56

DEJARSE TOCAR (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ACERCARSE Y TOCAR A JESÚS (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA

Santa Escolástica

Ven, esposa de Cristo, y recibe la corona que el Señor te ha preparado para toda la eternidad.

San José Sánchez del Río

Este es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.

ORACIÓN COLECTA

Santa Escolástica

Al celebrar a santa Escolástica, virgen, te pedimos, Señor, que siguiendo su ejemplo nos concedas amarte con un amor puro y experimentar las delicias de tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo...

San José Sánchez del Río

Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san José Sánchez del Río luchar por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Dios dijo y así fue.

Del libro del Génesis: 1, 1-19

En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.

Dijo Dios: “Que exista la luz”, y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz “día” y a las tinieblas, “noche”. Fue la tarde y la mañana del primer día.

Dijo Dios: “Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas aguas de otras”. E hizo Dios una bóveda y separó con ella las aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda “cielo”. Fue la tarde y la mañana del segundo día.

Dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar y que aparezca el suelo seco”. Y así fue. Llamó Dios “tierra” al suelo seco y “mar” a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.

Dijo Dios: “Verdee la tierra con plantas que den semillas y árboles que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra”. Y así fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer día.

Dijo Dios: “Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen el día de la noche, señalen las estaciones, los días y los años, y luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra”. Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 103, 1-2a. 5-6. 10.12. 24.35c

R/. Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.

Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.

En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas; junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.

¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23

R/. Aleluya, aleluya.

Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad. R/.

EVANGELIO

Cuantos tocaban a Jesús quedaban curados.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 53-56

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago y tocaron tierra en Genesaret.

Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella región acudían a él, a cualquier parte donde sabían que se encontraba, y le llevaban en camillas a los enfermos.

A dondequiera que llegaba, en los poblados, ciudades o caseríos, la gente le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los dejara tocar la punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban curados.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«¡Qué agradable es para Dios la oración de intercesión de almas bondadosas y compasivas, que llevan a los enfermos a Jesús suplicando su misericordia!

¡Con cuánta alegría curaba Jesús a los enfermos que se acercaban para tocarlo, convencidos de que una fuerza sanadora salía de Él!

Ellos creían, aunque no lo conocían, y aún no les había revelado quién era Él. Pero acudían con confianza, porque Él hacía siempre el bien, y conocían su poder a través de los testimonios, que los alimentaban de esperanza, de los que habían sido bendecidos por Él.

El Hijo de Dios continúa en estos tiempos haciendo milagros. Qué afortunados somos los cristianos, pues a nosotros se nos ha revelado y nos ha dicho: “basta que tengan fe”, y se ha quedado presente en la Eucaristía, que es su cuerpo y su sangre, para que podamos tocarlo, y para que todo aquel que se acerque a Él, con el alma limpia y con fe, se alimente de Él y reciba su salud.

Acompaña tú a los enfermos, y llévalos a Jesús. Él es médico de cuerpos y almas. Él es la salud. Anúnciales la Buena Nueva, proclamando el Evangelio y hablándoles de Él, de su bondad, de su poder y de su misericordia, llevándoles esperanza a través de tu testimonio de fe, y pide al Espíritu Santo que derrame sobre ellos su gracia para que aumente su fe.

Intercede por ellos con tu oración suplicante, unida a la omnipotencia suplicante de la Madre de Dios, para que, por los méritos de la pasión y muerte de Jesús en la Cruz, les conceda aliviar sus penas y sus sufrimientos, y sean transformados en testigos de la Luz, para que lleven a otros el testimonio de su experiencia de amor al haber sido tocados por Jesús».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santa Escolástica

Recibe, Señor, nuestra humilde ofrenda, que te presentamos en la conmemoración de santa Escolástica virgen, y concédenos, por este sacrificio inmaculado, arder siempre ante ti en santo y fervoroso amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

San José Sánchez del Río

Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos dones y afiánzanos en la fe que san José Sánchez del Río atestiguó con la efusión de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Santa Escolástica Cfr. Lc 10, 42

La virgen prudente eligió la mejor parte, y no le será quitada.

San José Sánchez del Río Jn 15, 5

Yo soy la vid verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ese dará fruto abundante.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Santa Escolástica

Alimentados con el pan del cielo, suplicamos, Señor, humildemente a tu misericordia que quienes nos alegramos por la conmemoración de santa Escolástica obtengamos el perdón de los pecados, la salud para el cuerpo, la gracia y la gloria eterna para nuestras almas. Por Jesucristo nuestro Señor.

San José Sánchez del Río

Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san José Sánchez del Río, merezcamos por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Interfaz de usuario gráfica, Texto Descripción generada automáticamente

 

MARTES 11

Martes V del Tiempo Ordinario

Nuestra Señora de Lourdes

Mensaje del Papa Francisco para la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo

Desde las semanas situadas entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, la gruta de Massabielle atrajo enormes multitudes a Lourdes. Invocando a la Inmaculada Madre de Dios, que se apareció a Bernardita en la gruta, el pueblo cristiano descubre en María la imagen de la Iglesia futura, la anticipación de la nueva Jerusalén, cuyas puertas están abiertas a todas las naciones.

Gén 1, 20-2, 4; Sal 8; Mc 7, 1-13

CARIDAD FRATERNA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

OBRAR EN ORDEN A LA LEY DIVINA (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ORACIÓN POR LOS SACERDOTES ENFERMOS (La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes)

ANTÍFONA DE ENTRADA

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces Virgen para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para que, quienes celebramos la conmemoración de la inmaculada Madre de Dios, con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

Del libro del Génesis: 1, 20-2, 4

Dijo Dios: “Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo”. Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los bendijo, diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra”. Fue la tarde y la mañana del quinto día.

Dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras, según sus especies”. Y así fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.

Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.

Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas”. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.

Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de trabajar en la creación del universo.

Esta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 8, 4-5. 6-7. 8-9

R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.

Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.

Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 36. 29

R/. Aleluya, aleluya.

Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. R/.

EVANGELIO

Ustedes anulan la palabra de Dios con las tradiciones de los hombres.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 1-13

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas, venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?” (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).

Jesús les contestó: “¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”.

Después añadió: “De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padreo a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 7, 1-13)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«La ley de Dios está sobre toda ley, y por encima de las tradiciones de los hombres. La ley de Dios es la ley del amor, por la que el corazón del hombre permanece unido al corazón de Dios.

De nada le sirve a un hombre ser rico y poderoso, tener títulos y posesiones, tener buena educación y posición social, ser un gran líder y dominar a las naciones. Aunque tuviera muchas cualidades y dones, si no tiene caridad, nada tiene.

El Hijo de Dios ha venido a darle plenitud a la ley y a enseñarnos a vivirla con perfección, como la vivió Él. Él vino a dar ejemplo viviendo con sencillez, dando importancia a lo que es, y no a lo que no es, poniendo la caridad siempre antes que la eficacia, para que nosotros hagamos lo mismo.

Jesús vino a corregir a los que se equivocan. Habla fuerte y claro, y no tolera a los que, con astucia, acomodan la ley a su conveniencia, pretendiendo engañar, cometiendo actos impuros y faltando a la caridad.

Él ha venido a traer la verdad, a mostrar el camino, y a renovar todas las cosas, para darle a la humanidad otra oportunidad, reconciliándonos con Dios, porque se engañan a sí mismos los que lo honran con sus labios, pero lejos de Él está su corazón.

Cumple tú la ley de Dios y los mandamientos que enseñó Cristo, amando a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, viviendo una fe congruente con tus obras, porque por tu fe serás salvado, pero por tus obras serás juzgado en el último día.

Vive con alegría, porque el justo Juez ha venido personalmente a enseñarte a vivir tu vida. No para juzgarte anticipadamente, sino para lavarte y purificarte con su sangre derramada en la cruz, por su misericordia, llenando tu copa hasta los bordes con su amor, para que tu juicio no te tome por sorpresa, porque serás juzgado, no por cuanto hiciste, sino por cuanto amaste.

Honra a Dios practicando la caridad, para que tu corazón permanezca siempre cerca de Él».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por la abundancia de tu gracia, en ofrenda permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 49

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Ya que nos has concedido participar de la redención eterna, te rogamos, Señor, que, quienes celebramos la conmemoración de la Madre de tu Hijo, no sólo nos gloriemos de la plenitud de tu gracia, sino que experimentemos también un continuo aumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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MIÉRCOLES 12

Miércoles V del Tiempo Ordinario

Misa votiva de san José

Gén 2, 4-9. 15-17; Sal 103; Mc 7, 14-23

CONFESORES COMPASIVOS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

TENER UN ALMA PURA (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Este es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén.

Del libro del Génesis: 2, 4-9. 15-17

Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún arbusto en el campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre, pues el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había hombres que labraran el suelo y abrieran canales para que corriera el agua y se regaran los campos.

Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.

El Señor Dios le dio al hombre esta orden: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal te mando que no comas, porque el día en que comas de él, morirás sin remedio”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 103, 1-2a. 27-28. 29be-30

R/. Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.

Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.

Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 17, 17

R/. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

EVANGELIO

Lo que mancha al hombre es lo que sale de dentro.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 14-23

En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”.

Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: “¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?” Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.

Luego agregó: “Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 7, 14-23)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesús ha sido puesto como signo de contradicción para dejar al descubierto las intenciones de muchos corazones, para que el mundo pueda verlas y no se dejen engañar.

El Hijo de Dios ha sido enviado para purificar a la humanidad impura, y unirla a la pureza, que es Él mismo, para volverla a Dios. Nos ha lavado y purificado con su preciosa sangre.

Pero volvemos a pecar, volvemos a ensuciar nuestras almas con nuestras malas intenciones, y debemos volver a lavar y purificar nuestros corazones. No con otros sacrificios, sino con la sangre de Cristo derramada en la cruz –en la que Él se ofreció a sí mismo como sacrificio de una vez y para siempre–, y administrada a través del sacramento de la Confesión, en la que el sacerdote, en la misma persona de Cristo, descubre las intenciones del corazón del pecador, a fin de reconciliarlo y que rectifique el camino para volverlo a Dios. 

Examina tu conciencia para que descubras cuáles son las verdaderas intenciones de tu corazón, y puedas discernir, para rechazar las malas obras y hacer el bien.

No tengas prejuicios que condenan a aquellos que no cumplen las reglas. Antes que todo ten caridad, sé compasivo, y aprende a ver, con la mirada misericordiosa de Dios, las intenciones de los corazones, para que comprendas sus acciones.

Y si fuera malo lo que sale de dentro, entonces ayúdalo y corrígelo, porque ha quedado manchado, y lo impuro debe ser purificado. Pero antes de ver la paja en el ojo ajeno, mira la viga en tu propio ojo, mira tu mancha, y confiesa tus pecados».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO DE SAN JOSÉ

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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JUEVES 13

Jueves V del Tiempo Ordinario

Misa por los laicos

Gen 2, 18-25; Sal 127; Mc 7, 24-30

OVEJAS DE OTRO REDIL (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

LOS RUEGOS DE MARÍA (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 13, 33

El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que enviaste al mundo a manera de levadura la fuerza del Evangelio, concede a tus fieles que llamaste a vivir en el mundo en medio de las ocupaciones seculares, que, fervorosos en su espíritu cristiano, por medio de las tareas terrenales que desempeñan, colaboren sin cesar en la construcción de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Serán los dos una sola carne.

Del libro del Génesis: 2, 18-25

En aquel día, dijo el Señor Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude”. Entonces el Señor Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser viviente tuviera el nombre puesto por Adán.

Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún ser semejante a Adán para ayudarlo.

Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer. Se la llevó al hombre y éste exclamó:

“Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque ha sido formada del hombre”.

Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Por entonces los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza por ello.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 127, 1-2. 3. 4-5

R/. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.

Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida”. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sant 1, 21

R/. Aleluya, aleluya.

Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos. R/.

EVANGELIO

Los perritos debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 24-30

En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies.

Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija, él le respondió: “Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. La mujer le replicó: “Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”.

Entonces Jesús le contestó: “Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos: 7, 24-30)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El Señor se regocija en los hombres que tienen fe. Se complace en aquellos que reconocen su poder, confían en Él y se abandonan en su misericordia.

Pero al mundo le falta fe. ¡Qué afortunados somos por haber sido reunidos en una sola Iglesia, a la que hemos sido afiliados por medio del bautismo! Cristo, por sus méritos en la cruz, nos ha ganado el derecho de ser llamados hijos, uniéndonos al Padre en filiación divina.

Pero hay algunos que no creen, y no se comportan como hijos. Pretenden ganar sus batallas con sus propias fuerzas, y son vencidos por su propia soberbia.

Pero el Buen Pastor tiene también otras ovejas que no son de su redil y, aunque no son hijos, acuden a Él, y con humildad se postran ante Él para pedir su favor, aunque sea las migajas de su infinito amor. Y Dios, que es tan bueno, todo lo aprovecha, hasta las migajas para atraerlos a Él. Y obra milagros, admirado por su fe, también afuera de la Iglesia que Él mismo ha fundado, para reunir a todas las ovejas en un mismo redil, en un solo rebaño y con un solo Pastor. Él no despreciará a ninguno que viva la caridad con los más necesitados.

Acude tú a tu Padre Dios, y pídele como verdadero hijo, porque lo eres. Y si no te comportaras como hijo, arrepiéntete y acude a Él con el corazón contrito y humillado, que Él no despreciará, sino que lo sumergirá en el mar infinito de su misericordia, lo llenará de amor, y te lo devolverá, para que con ese mismo amor correspondas intercediendo ante Él por los enfermos, por los pobres, por los más necesitados, y lleves la caridad a tus hermanos, a los que están cerca y a los que se encuentran alejados.

Muéstrale a Dios tu fe, y Él te mostrará sus obras, te sentará a la mesa y compartirá contigo su banquete, aunque tú no merezcas ni las migajas, ni las sobras».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que quisiste salvar a todo el mundo por el sacrificio de tu Hijo, y llamas también a los laicos al trabajo apostólico, concédeles, por la fuerza de esta ofrenda, impregnar el mundo con el espíritu cristiano y ser fermento de santificación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 99, 2

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo, aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo participado de la abundancia de tu gracia, te rogamos, Señor, que, fortalecidos por el poder vivificante del convite eucarístico, tus fieles, que quisiste dedicados a las tareas temporales, sean valientes testigos de la verdad evangélica y en los ambientes en que trabajan hagan siempre presente y activa a tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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VIERNES 14

Viernes V del Tiempo Ordinario

Nuestra Señora de la Esperanza de Jacona, Patrona de la Diócesis de Zamora, Michoacán

Memoria, San Cirilo, Monje y San Metodio, Obispo

Gén 3, 1-8; Sal 31; Mc 7, 31-37

ABRIR EL CORAZÓN (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

AMAR Y DEJARSE AMAR (Reflexión desde el Corazón de María para el día de la amistad) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

MANTENER EL CORAZÓN ABIERTO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA

Estos son los hombres santos que se hicieron amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que iluminaste a los pueblos eslavos por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio, concede que comprendamos de corazón las palabras de tu doctrina y que formemos un pueblo unido en la fe verdadera y en su recta profesión. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes serán como dioses, pues conocerán el bien y el mal.

Del libro del Génesis: 3, 1-8

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que había creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: “¿Es cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?”

La mujer respondió: “Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: ‘No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir’ “.

La serpiente replicó a la mujer: “De ningún modo. No morirán. Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal”.

La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se cubrieron con ellas.

Oyeron luego los pasos del Señor Dios, que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y se ocultaron de su vista entre los árboles del jardín.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 31, 1-2. 5. 6. 7

R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.

Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.

Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.

Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hechos 16, 14

R/. Aleluya, aleluya.

Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo. R/.

EVANGELIO

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 31-37

En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Ábrete!”). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«¡Effetá! quiere decir ¡ábrete! Esa es la acción que Dios realiza en los hombres a través del Bautismo, por el Espíritu Santo. Les abre los oídos, la boca y el corazón para que reciban sus dones, sus gracias, y la misericordia que el Hijo de Dios vino a traer al mundo y que derramó a través de la cruz.

El Bautismo es por tanto un regalo invaluable de Dios para los hombres. Es el mejor regalo que un padre a un hijo le puede dar: llevarlo a bautizar, para que el Espíritu de Cristo desde sus corazones clame ¡Abbá!, que quiere decir “Padre”, de manera que ya no sean siervos, sino hijos, y herederos por gracia de Dios.

El Espíritu Santo infunde en los bautizados las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, para que cada uno pueda discernir entre el bien y el mal; y les da los dones y las gracias necesarias para que, ayudados de los auxilios sacramentales, puedan alcanzar la santidad.

El dedo de Dios toca su boca y sus oídos para que escuchen su Palabra y proclamen el Evangelio, anunciándolo con la Palabra y viviéndolo. Esa es la responsabilidad que adquiere todo hijo de Dios, y que, para cumplirla, debe mantener toda su vida abiertos sus oídos, su boca y su corazón, dispuesto a recibir toda ayuda que viene de Dios.

Agradece tú, que eres hijo de Dios, que eres bendecido con sus muchos beneficios, y abre las puertas de tu corazón de par en par a Cristo.

Permite que abra tus oídos, escuchando su Palabra todos los días, y Él obrará en ti maravillas.

Abre la boca para que se escuche tu voz, y el mundo sabrá que ya no eres tú, sino es Cristo quien vive en ti, porque la boca habla de lo que hay en el corazón. Tu testimonio tocará a otros corazones, invitándolos a la conversión, mostrándoles el camino de la alegría hacia la santidad, de los que mantienen abiertos los ojos, los oídos, la boca y el corazón».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, los dones que presentamos a tu divina majestad en la conmemoración de los santos Cirilo y Metodio, y concede que se conviertan en el signo de la humanidad nueva reconciliada contigo en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mc 16, 20

Salieron los discípulos a predicar el Evangelio; y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la predicación con los milagros que hacían.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, Padre de todos los pueblos, que nos haces partícipes de un mismo pan y un mismo Espíritu y herederos del banquete eterno, en esta fiesta de los santos Cirilo y Metodio concédenos, benigno, que la muchedumbre de tus hijos, perseverando en la misma fe, edifique, unánime, el reino de justicia y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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SÁBADO 15

Sábado V del Tiempo Ordinario

Misa de Santa María en sábado

Gén 3, 9-24; Sal 89, Mc 8, 1-10

JESÚS NOS NECESITA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ALIMENTARSE DE DIOS (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Jdt 13, 18-19

Bendita eres tú, Virgen María, por obra del Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que la boca de los hombres no cese de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Al celebrar la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, te pedimos, Señor, por su intercesión, que también nosotros logremos recibir la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor expulsó al hombre del jardín del Edén para que trabajara la tierra.

Del libro del Génesis: 3, 9-24

Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: “¿Dónde estás?” Éste le respondió: “Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí”. Entonces le dijo Dios: “¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?”

Respondió Adán: “La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has hecho esto?” Repuso la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.

Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: “Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón”.

A la mujer le dijo: “Multiplicaré las fatigas de tus embarazos y con dolores darás a luz a tus hijos. Tus impulsos te llevarán hacia tu marido y él te dominará”.

Al hombre le dijo: “Por haberle hecho caso a tu mujer y por haber comido del árbol del que te prohibí comer, maldito sea el suelo por tu culpa. Con fatiga sacarás de él tus alimentos todos los días de tu vida. Te producirá cardos y espinas y comerás de las hierbas del campo. Ganarás tu pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te saqué: eres polvo y en polvo te convertirás”.

El hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque ella fue la madre de todos los vivientes.

El Señor Dios les hizo al hombre y a la mujer unas túnicas de pieles para que se las pusieran. El Señor Dios dijo: “Aquí está el hombre ya casi convertido en uno de nosotros, por el conocimiento del bien y del mal. Que no vaya ahora a extender la mano para tomar de los frutos del árbol de la vida, se los coma y viva para siempre”.

Entonces, el Señor Dios lo expulsó del jardín del Edén, para que trabajara el suelo, de donde había sido hecho. Y expulsado el hombre, colocó al oriente del jardín del Edén a unos querubines con unas espadas de fuego ardiente, para impedir la entrada hacia el árbol de la vida.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 89, 2.3-4. 5-6. 12-13

R/. Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Desde antes que surgieran las montañas, y la tierra y el mundo apareciesen, existes tú, Dios mío, desde siempre y por siempre. R/.

Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años para ti son como un día, que ya pasó; como una breve noche. R/.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4

R/. Aleluya, aleluya.

No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.

EVANGELIO

La gente comió hasta quedar satisfecha.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 1-10

En aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos”.

Sus discípulos le respondieron: “¿Y dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?” Él les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?” Ellos le contestaron: “Siete”.

Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente.

Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos: 8, 1-10)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesús pasó por el mundo haciendo el bien, en medio de la gente que se maravillaba con sus milagros y se beneficiaba de su misericordia. El Señor nuestro Dios es compasivo y misericordioso. Se goza y se complace en el bien de su pueblo. Recibe sus ofrendas, que son especialmente para Él agradables cuando incluyen una súplica, intercediendo por los necesitados y los enfermos, y concede, maravillado por su fe.

Pero ¡cuántos hay en el mundo que pasan con indiferencia ante los Templos Sagrados en donde está el Señor presente en cuerpo, en sangre, en alma, en divinidad, en ofrenda viva, en Eucaristía, en el sagrario! Y no acuden a presentarle sus ofrendas ni a pedirle su misericordia para sanar sus propias miserias, o suplicar la ayuda para las necesidades de alguien más.

¡Cuántos pasan por el mundo sin detenerse para alimentarse, y desfallecen en el camino! La misericordia de Dios es infinita y es para todos, pero Él se vale de instrumentos ordinarios para dar y multiplicar su misericordia, y los perfecciona, haciéndolos mediadores de sus milagros. Basta que le entreguen unos cuantos peces y unos panes, que son sus buenas obras, desprendiéndose de todo lo que tienen, para que el buen Dios corresponda, derramando sobre la muchedumbre por la que interceden abundantes bienes.

Acércate al Señor y presenta tu ofrenda, confiando en su poder y en su benevolencia, y pídele que derrame sobre ti su Divina Providencia, ofreciéndote como instrumento de amor para llevar a los más necesitados su misericordia.

Muéstrale tu fe con tus obras y ofrécele tu corazón, para que se complazca en ti y tenga compasión de aquellos que al ver tu fe, acudan a Él. Les dará lo que necesitan, y sobrará, porque Dios no se deja ganar en generosidad».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza. al conmemorar llenos de gozo a la Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio, se aumenten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 48

Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en la humildad de su esclava.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Señor, que nos concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de la Virgen Madre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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DOMINGO 16

Domingo VI del Tiempo Ordinario

Un hombre parado en una montaña Descripción generada automáticamente con confianza media

«Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios»

SER DICHOSOS – Reflexión para sacerdotes, desde el Corazón de María (La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes)

SENTIRNOS DICHOSOS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

DICHOSO EL HOMBRE QUE CREE (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

Jer 17, 5-8; Sal 1; 1 Cor 15, 12.16.20; Lc 6, 17. 20-26

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Maldito el que confía en el hombre; bendito el que confía en el Señor.

Del libro del profeta Jeremías: 17, 5-8

Esto dice el Señor: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable.

Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 1, 1-2.3.4 y 6.

R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.

SEGUNDA LECTURA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 12. 16-20

Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por lo tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo, perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 6, 23

R/. Aleluya, aleluya.

Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Dichosos los pobres. - ¡Ay de ustedes los ricos!

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 17. 20-26

En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón.

Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.

Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.

Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Un hombre con sombrero sonriendo Descripción generada automáticamenteREFLEXIÓN DEL SANTO PADRE FRANCISCO (13.II.22)

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En el centro del Evangelio de la Liturgia de hoy están las Bienaventuranzas (cf. Lc 6, 20-23). Es interesante observar que Jesús, a pesar de estar rodeado de una gran multitud, las proclama volviéndose «hacia sus discípulos» (v. 20). Habla a los discípulos. Las Bienaventuranzas, de hecho, definen la identidad del discípulo de Jesús. Pueden sonar extrañas, casi incomprensibles para quien no es discípulo, pero si nos preguntamos cómo es un discípulo de Jesús, la respuesta es precisamente las Bienaventuranzas. Veamos la primera, que es la base de todas las demás: «Dichosos vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios» (v. 20). Dichosos vosotros, los pobres. Dos cosas dice Jesús de los suyos: que son dichosos y que son pobres; es más, que son dichosos porque son pobres.

¿En qué sentido? En el sentido de que el discípulo de Jesús no encuentra su alegría en el dinero, en el poder, u otros bienes materiales, sino en los dones que recibe cada día de Dios: la vida, la creación, los hermanos y las hermanas, etc. Son dones de la vida. También los bienes que posee los comparte con gusto, porque vive en la lógica de Dios. Y ¿cuál es la lógica de Dios? La gratuidad. El discípulo ha aprendido a vivir en la gratuidad. Esta pobreza es también una actitud respecto el sentido de la vida, porque el discípulo de Jesús no cree que lo posee, que ya lo sabe todo, sino que sabe que debe aprender cada día. Y esta es una pobreza: el ser consciente de que debe aprender cada día. El discípulo de Jesús, porque tiene esta actitud, es una persona humilde y abierta, sin prejuicios ni rigidez.

Hay un bello ejemplo en el Evangelio del domingo pasado: Simón Pedro, pescador experto, acepta la invitación de Jesús de echar las redes a una hora inusual; y luego, lleno de asombro por la prodigiosa pesca, deja la barca y todas sus posesiones para seguir al Señor. Pedro demuestra ser dócil dejando todo, y así se convierte en discípulo. Sin embargo, quien está demasiado apegado a sus propias ideas y a las propias seguridades, casi nunca sigue realmente a Jesús. Lo sigue un poco, sólo en las cosas en las que “estoy de acuerdo con Él y Él está de acuerdo conmigo”, pero luego en otras no va. Y esto no es un discípulo. Y así cae en la tristeza. Se entristece porque las cuentas no cuadran, porque la realidad se escapa de sus esquemas mentales y se siente insatisfecho. El discípulo, en cambio, sabe cuestionarse, sabe buscar a Dios humildemente cada día, y eso le permite adentrarse en la realidad, acogiendo su riqueza y complejidad.

El discípulo, en otras palabras, acepta la paradoja de las Bienaventuranzas: estas declaran que es dichoso, es decir, feliz, quien es pobre, quien carece de tantas cosas y lo reconoce. Humanamente, se nos induce a pensar de otra manera: feliz es quien es rico, quien está lleno de bienes, quien recibe aplausos y es envidiado por muchos, quien tiene todas las seguridades. Pero este es un pensamiento mundano, no es el pensamiento de las Bienaventuranzas. Jesús, por el contrario, declara que el éxito mundano es un fracaso, ya que se basa en un egoísmo que infla y luego deja un vacío en el corazón. Ante la paradoja de las Bienaventuranzas, el discípulo se deja poner en crisis, consciente de que no es Dios quien debe entrar en nuestras lógicas, sino nosotros en las suyas. Y esto requiere de un camino, a veces fatigoso, pero siempre acompañado de alegría. Porque el discípulo de Jesús es alegre con la alegría que le viene de Jesús. Porque, no lo olvidemos, la primera palabra que Jesús dice es: bienaventurados; de ahí el nombre de las Bienaventuranzas. Este es el sinónimo del ser discípulos de Jesús. El Señor, al liberarnos de la esclavitud del egocentrismo, desencaja nuestras cerrazones, disuelve nuestra dureza y nos abre la verdadera felicidad, que a menudo se encuentra donde nosotros no pensamos. Es Él quien guía nuestra vida, no nosotros, con nuestras ideas preconcebidas o nuestras exigencias. Finalmente, el discípulo es aquel que se deja guiar por Jesús, que abre su corazón a Jesús, lo escucha y sigue su camino.

Entonces podemos preguntarnos —yo, cada uno de nosotros—: ¿tengo la disponibilidad del discípulo? ¿O me comporto con la rigidez de quien se siente cómodo, se siente bien y siente que ya ha llegado? ¿Me dejo "desencajar por dentro" por la paradoja de las Bienaventuranzas, o me mantengo dentro del perímetro de mis propias ideas? Y luego, con la lógica de las Bienaventuranzas, más allá de las penurias y dificultades, ¿siento la alegría de seguir a Jesús? Este es el rasgo más destacado del discípulo: la alegría del corazón. No lo olvidemos: la alegría del corazón. Esta es la piedra de toque para saber si una persona es un discípulo: ¿tiene alegría en su corazón? ¿Yo tengo alegría en mi corazón? Este es el punto.

Que la Virgen, la primera discípula del Señor, nos ayude a vivir como discípulos abiertos y alegres.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 6, 17. 20-26)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«La Divina Providencia se derrama sobre los humildes, los que dejan todo para seguir a Cristo y se abandonan en las manos de su Padre.

Él derrama sus bienaventuranzas sobre los que lo aman. Derrama su Espíritu Santo y su gracia en esta vida, y les da la vida eterna.

Compórtate como verdadero hijo, porque lo eres. Él es verdadero Padre. Su ternura desborda por sus hijos, especialmente los más humildes, los que se sienten necesitados de Él, y le piden y se comportan de acuerdo a lo que Él les dice.

Tu dicha está en que Dios te amó primero. Jesús se adelanta siempre. Tú solo correspondes a su amor.

Seguirlo es arriesgado, porque te confronta con tus propios sentimientos cuando eres rechazado y perseguido por su causa, por ser tratado igual que lo trataron a Él. Pero vale la pena, porque el Reino de los cielos es de los que se arriesgan a dar la vida por Cristo. Dichoso seas por seguir a Cristo, porque te llevará con Él al Paraíso».

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Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Imploremos, hermanos, al Dios de la misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden: (R/. Escúchanos, Señor.)

Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.

Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.

Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.

Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que derribas a los poderosos del trono y a los humildes los colmas de bienes, escucha nuestras oraciones, atiende el clamor de los pobres y de los oprimidos, que se eleva a ti desde todas las regiones del mundo, rompe el yugo de la violencia y del egoísmo, que nos hace enemigos unos de otros, y haz que, acogiéndonos mutuamente como hermanos, seamos signos de una humanidad nueva reunida y unificada en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 3, 16

Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

LUNES 17

Lunes VI del Tiempo Ordinario

Misa por los religiosos

O bien:

Los Siete Santos Fundadores de la Orden de los Siervos de la Virgen María

Gén 4, 1-15. 25; Sal 49; Mc 8, 11-13

SEÑAL DE AMISTAD (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

SEÑALES DE INFINITO AMOR (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 36, 3-4

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría, y te dará el Señor cuanto deseas.

ORACIÓN COLECTA

Por los religiosos

Señor Dios, que inspiras y llevas a término todo buen propósito, conduce a tus hijos por el camino de la salvación eterna y haz que quienes, dejándolo todo, se consagraron totalmente a ti siguiendo a Cristo y renunciando a lo mundano, en espíritu de pobreza y humildad de corazón te sirvan fielmente a ti y a sus hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo ...

Los Siete Santos Fundadores

Señor, infunde bondadoso en nosotros el espíritu de piedad con el que estos santos fundadores veneraron con tanto fervor a la Madre de Dios, y condujeron a tu pueblo hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Caín se lanzó contra su hermano y lo mató.

Del libro del Génesis: 4, 1-15. 25

En aquel tiempo, Adán se unió con Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a Caín, pues decía: “Con el favor de Dios he engendrado un hijo”. Después de algún tiempo dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador.

Sucedió en una ocasión, que Caín presentó como ofrenda al Señor los productos de la tierra. También Abel le hizo una ofrenda: sacrificó las primeras crías de sus ovejas y quemó su grasa. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, pero no le agradaron las de Caín; por lo cual, Caín se enfureció y andaba resentido. El Señor le dijo entonces a Caín: “¿Por qué te enfureces tanto y andas resentido? Si hicieras el bien, te sentirías feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tu puerta, acechándote como fiera; pero tú debes dominarlo”.

Un día Caín le dijo a su hermano Abel: “Vamos al campo”. Y cuando estaban en el campo, Caín se lanzó contra su hermano y lo mató. Entonces el Señor le preguntó a Caín: “¿Dónde está Abel, tu hermano?” Caín le respondió: “No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?” El Señor le dijo: “¿Qué es lo que has hecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra? Por eso serás maldito y tendrás que vivir lejos de la tierra que recibió de ti la sangre de tu hermano; y aunque cultives la tierra, ella no volverá a darte frutos abundantes. Tú andarás por el mundo errante y fugitivo”.

Caín le contestó al Señor: “Mi castigo es demasiado grande para soportarlo. Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil, tendré que ocultarme de ti y andar errante y fugitivo por el mundo, y cualquiera que me encuentre, me matará”. El Señor le dijo: “De ninguna manera. El que te mate a ti será castigado siete veces”. Y el Señor le puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo matara.

Adán se unió otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, a quien llamó Set, pues decía: “El Señor me ha dado otro hijo en lugar de Abel, asesinado por Caín”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 49, 1.8 16be-17. 20-21

R/. Te ofreceremos, Señor, sacrificios de alabanza.

Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la tierra del oriente al poniente: “No voy a reclamarte sacrificios, pues siempre están ante mí tus holocaustos. R/.

¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.

Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados”. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6

R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

¿Por qué esta gente busca una señal?

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 11-13

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: “¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”.

Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos: 8, 11-13)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«¿Y qué es el hombre, para que de él Dios se acuerde? El Señor es piadoso, bondadoso, misericordioso, y se compadece de los hombres y de sus miserias. Él no envía sólo señales para que los hombres crean y se salven. Él envía a su único Hijo al mundo, para limpiarlos y purificarlos con su preciosa sangre derramada en la cruz, para redimirlos con su muerte y darles vida en su resurrección.

La cruz es, por tanto, señal del amor misericordioso de Dios por los hombres. Pero, aun así, algunos no creen, cuestionan y ponen en duda la Palabra de Dios, que es la verdad absoluta, y que no puede entenderse en su totalidad con el raciocinio, sino tan sólo por la fe.

¿Y qué es el hombre para que cuestione a Dios? La soberbia embota la mente de los incrédulos que ofenden a Dios, pidiendo señales del cielo para alimentar su ego, y su terquedad. A ellos no se les dará ninguna señal, porque el que no cree por la fe, no creerá ni aunque resucite un muerto.

El que cree que Jesucristo murió en la cruz, debe creer también que resucitó y está vivo, porque si no cree esto, vana es su fe. El hombre que cree que Jesucristo es el Hijo de Dios, debe arrepentirse y creer en el Evangelio.

Dirige tu mirada hacia el Crucificado, y agradece que por ti la vida ha dado. No pidas señales, arrepiéntete y conviértete, cree en Él para que seas salvado, rechaza todo pensamiento vano e impertinente, lee y escucha la Palabra de Dios, acércate a los sacramentos, acude a adorar al Hijo de Dios presente en la Sagrada Eucaristía, y no seas incrédulo, sino creyente.

Déjate signar con la señal de la cruz en la frente, que te recuerde que polvo eres y en polvo te convertirás, y vive con la alegría y la esperanza de que el Hijo de Dios te resucitará, y la vida eterna te dará, porque para eso ha venido, y tú en Él has creído».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por los religiosos

Por estos santos dones que te presentamos, santifica, Señor a tus siervos que has congregado en tu nombre, a fin de que, cumpliendo con fidelidad sus votos, te sirvan con un corazón sincero. Por Jesucristo nuestro Señor.

Los Siete Santos Fundadores

Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que presentamos en tu altar, en la conmemoración de los Siete Santos Fundadores, y concédenos que, libres de las ataduras de este mundo, seas tú nuestra única riqueza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Re 19, 7

El ángel del Señor dijo a Elías: levántate y come, porque aún te queda un largo camino.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por los religiosos

A quienes tu amor ha congregado y hecho partícipes de un mismo pan, concédeles, Señor, ayudarse y animarse mutuamente en la práctica de la caridad y de las buenas obras, para que, con una vida santa, den en todas partes testimonio eficaz de Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Los Siete Santos Fundadores

Te rogamos, Dios todopoderoso, que fortalecidos con este sacramento, aprendamos, a ejemplo de los Siete Santos Fundadores, a buscarte siempre sobre todas las cosas, y demos, ante el mundo, una imagen auténtica del hombre nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

MARTES 18

Martes VI del Tiempo Ordinario

Misa por la Iglesia universal, A

Gén 6, 5-8; 7, 1-5. 10; Sal 28; Mc 8, 14-21

ALIMENTARSE DE CRISTO (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

COMPRENDER A CRISTO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ef 1, 9-10

Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad: hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, tuvieran a Cristo por cabeza.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu admirable providencia dispusiste que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres fueran hechos partícipes de la redención salvadora, concédele a tu Iglesia ser sacramento universal de salvación, y que todos los hombres les sea anunciado tu Hijo como el Salvador de los pueblos y la esperanza de las naciones. Él, que vive y reina contigo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado.

Del libro del Génesis: 6, 5-8; 7, 1-5. 10

En aquel tiempo, viendo el Señor que en la tierra la maldad del hombre era muy grande y que sus actitudes eran siempre perversas, se arrepintió de haber creado al hombre, y lleno de profundo pesar, dijo: “Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, y con el hombre, también a los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues estoy arrepentido de haberlos creado”.

Pero Noé encontró gracia ante el Señor. Así pues, el Señor le dijo a Noé: “Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación. De todos los animales puros toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de las aves, siete parejas, macho y hembra, para que se conserve su especie en la tierra. Pasados siete días, haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado”.

Noé hizo todo lo que le mandó el Señor, y siete días después, cayó el diluvio sobre la tierra.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 28, la.2. 3ae-4. 3h. 9h-10

R/. Dios bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en su templo santo, alabemos al Señor. R/.

La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente. R/.

El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó sobre las aguas desde su trono eterno. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23

R/. Aleluya, aleluya.

El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 14-21

En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”. Entonces ellos comentaban entre sí: “Es que no tenemos panes”.

Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, sino ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?” Ellos le contestaron: “Doce”. Y añadió: “¿y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?” Le respondieron: “Siete”. Entonces él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?”

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 8, 14-21)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El entendimiento es un don del Espíritu Santo, que da a los hombres para que puedan comprender la Palabra de Dios, y ponerla en práctica. Porque la palabra no debe de ser tomada literalmente, sino que debe ser interpretada por quienes tienen el don.

Jesús habla al pueblo en parábolas, pero a sus discípulos les explica todas las cosas. El Espíritu Santo se derrama sobre ellos para que puedan comprender, predicar y explicar las Sagradas Escrituras. Es por eso importante no sólo leer la Palabra de Dios, sino escuchar la predicación de boca de los sacerdotes. Ellos tienen el don para hacernos llegar el mensaje que el mismo Cristo quiere a su pueblo darle, porque no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Es necesario tener la visión sobrenatural que da la fe para ver mucho más allá de lo ordinario, para comprender que es necesaria la vida espiritual, fortalecer con una vida de oración el alma, y trabajar a través del apostolado por el alimento de vida eterna que no se acaba.

Tú, que tienes ojos para ver, mira; y que tienes oídos para oír, escucha. Jesús te advierte que te cuides de la levadura de los fariseos y de la de Herodes, que es todo aquello que hincha el orgullo y te aleja del corazón de Dios, que son los siete pecados capitales: la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia, la pereza, y que alimentan las malas pasiones y las malas intenciones del corazón.

En cambio, aliméntate del pan sin levadura, que es la humildad, la sencillez y todas las virtudes, concentradas en el pan de la vida, que es el cuerpo y la sangre de Cristo y que te da vida.

Abandónate en la Divina Providencia, que es el don de Dios, por el que Él se te da en misericordia para que no te falte nada, y permanece con Él, porque el que tiene a Dios nada le falta, sólo Dios basta».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, mira las ofrendas de este pueblo a ti consagrado y concédele, por la eficacia de este sacramento, que la multitud de los que creen en ti sea siempre estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada y pueblo de tu propiedad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Apoc 22, 17. 20

El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Amén. Ven, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que sin cesar alimentas y fortaleces a tu Iglesia con tus sacramentos, concede a quienes nos hemos alimentado en esta mesa celestial, que, viviendo el mandato de tu amor, seamos fermento de vida e instrumento de salvación, en medio de la comunidad humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

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MIÉRCOLES 19

Misa votiva de San José

Gén 8, 6-13. 20-22; Sal 115; Mc 8, 22-26

ABRIR LOS OJOS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

VISIÓN SOBRENATURAL (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Este es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Vio Noé que la tierra estaba ya seca.

Del libro del Génesis: 8, 6-13. 20-22

Cuarenta días después de que las aguas del diluvio habían ido bajando y ya se veían las cimas de los montes, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca y soltó un cuervo. Éste anduvo yendo y viniendo, hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó Noé una paloma, para ver si ya se había secado el agua sobre la superficie de la tierra. La paloma no encontró en dónde posarse y volvió al arca, porque aún había agua sobre la superficie de la tierra. Noé estiró el brazo, la tomó y la metió en el arca. Esperó otros siete días y volvió a soltar la paloma, que regresó al atardecer con una hoja de olivo en el pico. Noé comprendió que el agua sobre la tierra era ya muy poca. Esperó otros siete días y soltó otra vez la paloma, la cual ya no regresó.

El primer día del primer mes del año seiscientos uno se secó el agua en la tierra. Noé levantó la cubierta del arca y vio que la tierra estaba ya seca.

Entonces salió del arca y construyó un altar al Señor; tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar. Cuando el Señor aspiró la suave fragancia de las ofrendas, se dijo: “No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre.

Es cierto que el corazón humano se inclina al mal desde su infancia, pero yo no volveré a exterminar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 115, 12-13. 14-15. 18-19

R/. Daré gracias al Señor toda mi vida.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R/.

Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su templo santo, que está en Jerusalén. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ef 1, 17-18

R/. Aleluya, aleluya.

Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R/.

EVANGELIO

El ciego quedó curado y veía todo con claridad.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 22-26

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: “¿Ves algo?” El ciego, empezando a ver, le dijo: “Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan”.

Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: “Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos: 8, 22-26)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesucristo es la luz del mundo. La luz vino al mundo, pero el mundo no la recibió. Los hombres caminaban en la oscuridad y prefirieron las tinieblas a la luz. Pero aquellos que sí lo recibieron, encontraron en Él el camino para salir de la oscuridad, e ir a su admirable luz.

El que quiera ver más allá de la limitación de sus ojos humanos, que vea a la luz de la fe con visión sobrenatural, contemplando la cruz, y crea en el Hijo de Dios, que es la luz verdadera, que murió y resucitó para abrir los ojos de los ciegos, y al brillo de su luz todos vieran el camino.

Nos dio la salvación a través de los sacramentos, frutos de la cruz. A través del sacramento del bautismo recibimos la luz, y permanecemos en la luz, ayudados de las virtudes, de la fe, la esperanza y la caridad, infundidas en nuestros corazones por el Espíritu Santo, para que todo el que tenga ojos vea, y el que tenga oídos oiga.

La luz de Cristo ilumina los corazones de los hombres para que sean justos, porque sólo los justos verán a Dios.

Recibe tú la luz de Cristo en la Eucaristía, y pídele con insistencia que puedas ver no sólo con los ojos del cuerpo, para caminar sin tropezar y caer, sino con los ojos del alma, con visión sobrenatural, para que alcances, a través de la luz de la verdad, la santidad.

¡Que vea, Señor, que vea cuál es para mí tu voluntad! ¡Que vea, Señor, que vea la luz para que conozca la verdad! ¡Que vea, Señor, que vea el camino correcto, guiado por tu luz, en medio de mi oscuridad!

Y si un día erraras el camino y no pudieras ver, acude al Señor, arrepiéntete y pide perdón, y vuelve a comenzar, ayudado por la gracia de Dios, pidiendo con fe que puedas ver con los ojos de Cristo, y actuar a la luz de la visión sobrenatural, con tu corazón encendido en el fuego de su amor, para bendecir y alabar al Señor».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO DE SAN JOSÉ

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

JUEVES 20

Jueves VI del Tiempo Ordinario

Misa por los ministros de la Iglesia

Gén 9, 1-13; Sal 101; Mc 8, 27-33

ACEPTAR LA CRUZ CON ALEGRÍA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

PERDER LA VIDA POR CRISTO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 1 Cor 12, 4-6

Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo, hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo; hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a no buscar ser servidos, sino a servir a sus hermanos, concédeles disponibilidad en la entrega, mansedumbre en el servicio y perseverancia en la oración. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Pondré mi arco iris en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra.

Del libro del Génesis: 9, 1-13

En aquel tiempo, Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: “Crezcan y multiplíquense y llenen la tierra. Todos los animales los temerán y los respetarán a ustedes; las aves del cielo, los reptiles de la tierra, los peces del mar están sujetos a ustedes. Todo lo que vive y se mueve les servirá a ustedes de alimento; se lo entrego a ustedes, lo mismo que los vegetales.

Pero no coman carne con sangre, pues en la sangre está la vida. Por eso yo pediré cuentas de la sangre de ustedes, que es su vida; se las pediré a cualquier animal; y al hombre también le pediré cuentas de la vida de su hermano. Si alguien derrama la sangre de un hombre, otro derramará la suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen. Ustedes crezcan y multiplíquense, extiéndanse por la tierra y domínenla”.

También dijo Dios a Noé y a sus hijos: “Ahora establezco una alianza con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca, con todo ser viviente sobre la tierra. Esta es la alianza que establezco con ustedes: No volveré a exterminar la vida con el diluvio, ni habrá otro diluvio que destruya la tierra”.

Y añadió: “Ésta es la señal de la alianza perpetua que yo establezco con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 101, 16-18. 19-21. 29 y 22-23

R/. El Señor ha mirado a la tierra desde el cielo.

Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso; cuando oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos los pueblos, y su gloria verán los poderosos. R/.

Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero. R/.

Bajo tu protección, Señor, habitarán los hijos de tus siervos y se establecerán sus descendientes. Tu nombre en Sión alabarán por eso, cuando en Jerusalén, a darte culto, se reúnan, Señor, todos los pueblos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68

R/. Aleluya, aleluya.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.

EVANGELIO

Dijo Pedro: “Tú eres el Mesías”. -Es necesario que el Hijo del hombre padezca mucho.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos le contestaron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas”.

Entonces él les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías”. Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.

Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.

Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: “¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 8, 27-33)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesús es el que da la vida por nosotros, el que muere en la Cruz para rescatarnos, el que nos ama y a quien amamos.

Él es el amor. Un amor crucificado por nosotros, y resucitado, para salvarnos.

Él es el Hijo de Dios a quien decidimos entregar la vida.

Él es el Verbo encarnado, que nació de vientre puro y virgen de mujer, por Dios enviado para padecer, para ser rechazado por los doctores y letrados, para ser juzgado, despreciado, desterrado, y sufrir mucho; para ser crucificado, porque nos ama.

Él es el dueño de la vida de los hombres. Con su pasión y su muerte compró nuestra vida. Somos suyos.

Él es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, hombre y Dios, que ha venido a ganar tu vida y la vida del mundo para liberarnos.

Él es el Libertador, el Salvador, el Redentor, que le entrega a cada uno su propia vida, que ganó con su sangre, para que, en libertad, cada uno decida si quiere entregarle su vida, para que Él le dé su paraíso.

Si tú sabes quién es Él, confíale tu vida, abandona tu vida en su amor. Reconócelo y síguelo.

Decide tú, en libertad, darle tu vida, para que Él haga contigo lo que quiera. Es a ti a quien Él quiere, es a ti a quien Él vino a buscar, y es por ti que era necesario que el Hijo del hombre sufriera, muriera y resucitara, para hacerte completamente suyo, y gozarse sumergiéndote en las delicias de su cielo.

El mundo debe conocerlo. Diles tú quién es Él».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, cuyo Hijo quiso lavar los pies de los discípulos para darnos ejemplo, recibe los dones que te presentamos y haz que, al ofrecernos como oblación espiritual, podamos crecer en el espíritu de humildad y entrega. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 12, 37

Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentra en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a su mesa y él mismo les servirá.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concede, Señor, a tus siervos, fortalecidos por el alimento y la bebida celestiales, procurar tu gloria y la salvación de los creyentes, siendo siempre fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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VIERNES 21

Viernes VI del Tiempo Ordinario

Misa por los enfermos

O bien:

San Pedro Damián, Obispo y doctor de la Iglesia

Gén 11, 1-9; Sal 32; Mc 8, 34-9, 1

PERDER LA VIDA (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

COMENZAR OTRA VEZ (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 6, 3-4

Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, porque mis huesos se quiebran y la enfermedad me aflige.

ORACIÓN COLECTA

Misa por los enfermos

Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito cargara con nuestros sufrimientos para mostrarnos el valor de la enfermedad y la paciencia humana, escucha benignamente nuestras súplicas por los hermanos que se hallan enfermos y concede que los que están afligidos por el dolor, las penas y la enfermedad, no sólo se sientan elegidos entre aquellos proclamados dichosos, sino que también sepan que están unidos a Cristo en su pasión, para salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo ...

San Pedro Damián

Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las enseñanzas y ejemplos de san Pedro Damián, para que, prefiriendo en todo a Cristo, estemos siempre entregados al servicio de tu Iglesia, y así lleguemos al gozo de la luz eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor las lenguas de todos los hombres.

Del libro del Génesis: 11, 1-9

En aquel tiempo, toda la tierra tenía una sola lengua y unas mismas palabras. Al emigrar los hombres desde el oriente, encontraron una llanura en la región de Sinaar y allí se establecieron.

Entonces se dijeron unos a otros: “Vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos”. Utilizaron, pues, ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron: “Construyamos una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos antes de dispersarnos por la tierra”.

El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y se dijo: “Son un solo pueblo y hablan una sola lengua. Si ya empezaron esta obra, en adelante ningún proyecto les parecerá imposible. Vayamos, pues, y confundamos su lengua, para que no se entiendan unos con otros”.

Entonces el Señor los dispersó por toda la tierra y dejaron de construir su ciudad; por eso, la ciudad se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor la lengua de todos los hombres y desde ahí los dispersó por la superficie de la tierra.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 32, 10-11. 12-13. 14-15

R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.

Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus designios. Los proyectos del Señor duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. R/.

Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres; desde el lugar de su morada observa a todos los que habitan en el orbe. Él formó el corazón de cada uno y entiende sus acciones. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 15

R/. Aleluya, aleluya.

A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. R/.

EVANGELIO

El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 34-9, 1

En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie así mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.

¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles”.

Y añadió: “Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 8, 34-9, 1)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Los justos están en paz. Los justos son todos aquellos hombres y mujeres invitados a participar del banquete del Cordero de Dios, de su cruz y de su gloria.

Jesús hace una invitación a través de su doctrina, que vino a enseñar con su palabra y con su ejemplo, para que todo aquel que lo escuche, la aprenda y la ponga en práctica en su vida.

Él ha venido a traer el carisma cristiano, que son hombres y mujeres valientes, dispuestos, decididos y obedientes a su ley, que renuncian a sí mismos para tomar su cruz de cada día y seguirlo, que no se avergüenzan al contemplar a su Dios desnudo, martirizado, crucificado y muerto, coronado de espinas y pendiendo de una cruz, y lo reconocen resucitado, vivo, glorioso, presente, real y substancialmente en la Eucaristía, y lo adoran.

Son hombres y mujeres que renuncian al mundo rechazando el mal, las tentaciones y el pecado, compartiendo con Cristo el mismo martirio de amor, entregando la vida cada día, sin miedo y con valor, sirviendo a sus hermanos para servir a Dios, dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, visitando a los enfermos, dando posada al peregrino, visitando a los presos, enterrando a los muertos, enseñando al que no sabe, dando consejo al que lo necesita, corrigiendo al que se equivoca, perdonando a los demás, consolando al triste, sufriendo con paciencia los defectos de los demás, rezando por los vivos y por los difuntos.

Ten tú el valor de acompañar a tu Señor, de despojarte de todo, hasta de ti mismo, para dar la vida por Cristo.

No quieras conquistar al mundo para complacerte y ganar tu vida, porque la perderás. En cambio, vive entregando tu vida por Cristo, sirviendo a los demás, gastando tu vida en obras de misericordia y de caridad, comportándote de acuerdo a su doctrina, viviendo el carisma cristiano, y la vida eterna encontrarás.

Siéntete orgulloso de dar la vida por Cristo y de ser llamado entre los suyos mártir de amor».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Misa por los enfermos

Dios nuestro, cuya providencia dirige cada momento de nuestra vida, recibe las súplicas y las ofrendas con que imploramos tu misericordia en favor de nuestros enfermos, para que la preocupación de ahora, por su enfermedad, se nos convierta pronto en gozo por su salud. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Pedro Damián

Que te sea agradable, Dios nuestro, el sacrificio que alegres te presentamos en la fiesta de san Pedro Damián, por cuyas enseñanzas te alabamos y nos entregamos enteramente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1. 24

Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Misa por los enfermos

Dios nuestro, auxilio inefable en la enfermedad, ayuda con tu poder a estos hijos tuyos enfermos, para que, aliviados por tu misericordia, vuelvan a ocupar su lugar en la asamblea de tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Pedro Damián

A quienes alimentas con Cristo, pan de vida, instrúyenos, Señor, por Cristo, verdadero maestro, para que, en la festividad de san Pedro Damián, aprendamos tu verdad y la llevemos a la práctica de la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

SÁBADO 22

La Cátedra de San Pedro

«Yo te daré las llaves del Reino de los cielos»

Fiesta

La cátedra (o sede) de un obispo se levanta en la catedral y es la señal de su autoridad de maestro, sacerdote y pastor. Esta cátedra de san Pedro nos recuerda la misión confiada por Cristo al apóstol san Pedro. Pedro es la garantía de la fe de sus hermanos. Pedro, por su fe, es la roca sobre la cual el Señor ha construido su Iglesia.

1 Pe 5, 1-4; Sal 22; Mt 16, 13-19

UNIDOS CON EL PAPA FRANCISCO (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

PORTADOR DE LAS LLAVES DEL CIELO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes.

ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 22, 32

Dijo el Señor a Simón Pedro: Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Dios todopoderoso, que no permitas que seamos sacudidos por perturbación alguna, ya que nos has edificado sobre la roca de la confesión apostólica. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Me dirijo a ustedes como pastor y testigo de los sufrimientos de Cristo.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 1-4

Hermanos: Me dirijo ahora a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante de la gloria que se va a manifestar.

Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no como obligados por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino con entrega generosa; no como si ustedes fueran los dueños de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 22

R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.

Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.

Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R /.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 16, 18

R/. Aleluya, aleluya.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos

+ Del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”.

Luego les preguntó: “Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, que le fue revelado por Dios Padre que está en el cielo al apóstol Pedro, y a quien Jesús eligió como la roca sobre la que construye su Iglesia.

El Papa es el sucesor de los apóstoles, que ha sido sentado en la sede de Pedro, para ser configurado con Cristo como cabeza de la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

A él le han sido dadas las llaves del Reino de los cielos, y el poder de Dios, para que todo lo que ate en la tierra, quede atado en el cielo, y lo que desate en la tierra quede desatado en el cielo.

Por voluntad de Dios ha sido nombrado como Sumo Pontífice, el representante de Cristo en la tierra, a quien todo bautizado, como miembro de la Iglesia e hijo de Dios, debe amar, respetar y obedecer.

Él es el Pastor Supremo con el que Dios reúne a su pueblo en un solo rebaño y con un solo Pastor.

Él tiene el don de la infalibilidad pontificia, y la luz del Espíritu Santo y la sabiduría, para guiar a los hombres en el camino de la verdad.

A través de él, Dios derrama abundantes gracias para el mundo, para atraerlos a Cristo, y sean así atraídos a su abrazo misericordioso de Padre.

Por tanto, la misión del Papa y su responsabilidad, es muy grande. Lleva sobre sus hombros el peso de toda la Iglesia, y tiene también el compromiso de fomentar entre todos los hombres la unidad.

Ama al Papa, reza por él, respétalo, conócelo a través de su palabra, de sus escritos, de su magisterio. Y aprende de él. Síguelo, porque tú eres una oveja de su rebaño, él es tu pastor, él es quien te alimenta, quien te cuida, quien te busca, quien te sana, quien resguarda el tesoro de la fe por la que tú serás salvado, si crees.

Haz tuyo su carisma, únete a sus mismas intenciones y obras, practica su doctrina, y déjate guiar con docilidad hacia la Patria Celestial».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, con bondad las oraciones y ofrendas de tu Iglesia, para que alcance la vida eterna, guiada por el apóstol Pedro, cuyo magisterio la mantienen en la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO I DE LOS APÓSTOLES

Los apóstoles, pastores del pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque tú, Pastor eterno, no abandonas a tu rebaño, sino que, por medio de los santos Apóstoles, lo cuidas y lo proteges siempre, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 16, 16. 18

Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que al celebrar la fiesta de san Pedro, apóstol, nos alimentaste con la comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo, concédenos que ese intercambio redentor sea para nosotros sacramento de unidad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.

 

DOMINGO 23

Domingo VII del Tiempo Ordinario

Un dibujo de una persona Descripción generada automáticamente con confianza baja

«Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes»

1 Sam 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23; Sal 102; 1 Cor 15, 45-49; Lc 6. 27-38

LOS DESEOS DE JESÚS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

AMAR CON PERFECTO AMOR (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 12, 6

Confío, Señor, en tu misericordia. Se alegra mi corazón con tu auxilio; cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, que la constante meditación de tus misterios nos impulse a decir y hacer siempre lo que sea de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

David no quiso atentar contra el ungido del Señor.

Del primer libro de Samuel: 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23

En aquellos días, Saúl se puso en camino con tres mil soldados israelitas, bajó al desierto de Zif en persecución de David y acampó en Jakilá.

David y Abisay fueron de noche al campamento enemigo y encontraron a Saúl durmiendo entre los carros; su lanza estaba clavada en tierra, junto a su cabecera, y en torno a él dormían Abner y su ejército. Abisay dijo entonces a David: “Dios te está poniendo al enemigo al alcance de tu mano. Deja que lo clave ahora en tierra con un solo golpe de su misma lanza. No hará falta repetirlo”. Pero David replicó: “No lo mates. ¿Quién puede atentar contra el ungido del Señor y quedar sin pecado?”.

Entonces cogió David la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl y se marchó con Abisay. Nadie los vio, nadie se enteró y nadie despertó; todos siguieron durmiendo, porque el Señor les había enviado un sueño profundo.

David cruzó de nuevo el valle y se detuvo en lo alto del monte, a gran distancia del campamento de Saúl. Desde ahí gritó: “Rey Saúl, aquí está tu lanza, manda a alguno de tus criados a recogerla. El Señor le dará a cada uno según su justicia y su lealtad, pues él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 102, 1-2. 3-4. 8 y 10.

R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice, al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.

El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.

Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama. R/.

SEGUNDA LECTURA

Fuimos semejantes al hombre terreno y seremos semejantes al hombre celestial

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 45-49

Hermanos: La Escritura dice que el primer hombre, Adán, fue un ser que tuvo vida; el último Adán es Espíritu que da la vida. Sin embargo, no existe primero lo vivificado por el Espíritu, sino lo puramente humano; lo vivificado por el Espíritu viene después.

El primer hombre, hecho de tierra, es terreno; el segundo viene del cielo. Como fue el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como es el hombre celestial, así serán los celestiales. Y del mismo modo que fuimos semejantes al hombre terreno, seremos también semejantes al hombre celestial.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34

R/. Aleluya, aleluya.

Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.

EVANGELIO

Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 27-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.

Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Un hombre con sombrero sonriendo Descripción generada automáticamenteREFLEXIÓN DEL SANTO PADRE FRANCISCO (20.II.22)

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En el Evangelio de la Liturgia de hoy Jesús da a sus discípulos algunas indicaciones fundamentales de vida. El Señor se refiere a las situaciones más difíciles, las que constituyen para nosotros el banco de pruebas, las que nos ponen frente a quien es nuestro enemigo y hostil, a quien busca siempre hacernos mal. En estos casos el discípulo de Jesús está llamado a no ceder al instinto y al odio, sino a ir más allá, mucho más allá. Ir más allá del instinto, ir más allá del odio. Jesús dice: «Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien» (Lc 6,27). Y aún más concreto: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (v. 29). Cuando nosotros escuchamos esto, nos parece que el Señor pide lo imposible. Y además ¿por qué amar a los enemigos? Si no se reacciona a los prepotentes, todo abuso tiene vía libre, y esto no es justo. ¿Pero es realmente así? ¿Realmente el Señor nos pide cosas imposibles, incluso injustas? ¿Es así?

Consideremos en primer lugar ese sentido de injusticia que advertimos en el “poner la otra mejilla”. Y pensemos en Jesús. Durante la pasión, en su injusto proceso delante del sumo sacerdote, en un momento dado recibe una bofetada por parte de uno de los guardias. ¿Y Él cómo se comporta? No lo insulta, no, dice al guardia: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,23). Pide cuentas del mal recibido. Poner la otra mejilla no significa sufrir en silencio, ceder a la injusticia. Jesús con su pregunta denuncia lo que es injusto. Pero lo hace sin ira, sin violencia, es más, con gentileza. No quiere desencadenar una discusión, sino desactivar el rencor, esto es importante: apagar juntos el odio y la injusticia, tratando de recuperar al hermano culpable. Esto no es fácil, pero Jesús lo hizo y nos dice que lo hagamos nosotros también. Esto es poner la otra mejilla: la mansedumbre de Jesús es una respuesta más fuerte que el golpe que recibió. Poner la otra mejilla no es el repliegue del perdedor, sino la acción de quien tiene una fuerza interior más grande. Poner la otra mejilla es vencer al mal con el bien, que abre una brecha en el corazón del enemigo, desenmascarando lo absurdo de su odio. Y esta actitud, este poner la otra mejilla, no es dictado por el cálculo o por el odio, sino por el amor. Queridos hermanos y hermanas, es el amor gratuito e inmerecido que recibimos de Jesús el que genera en el corazón un modo de hacer semejante al suyo, que rechaza toda venganza. Nosotros estamos acostumbrados a las venganzas: “Me has hecho esto, yo te haré esto otro”, o a custodiar en el corazón este rencor, rencor que hace daño, destruye la persona.

Vamos a la otra objeción: ¿es posible que una persona llegue a amar a los propios enemigos? Si dependiera solo de nosotros, sería imposible. Pero recordemos que, cuando el Señor pide algo, quiere darlo. El Señor nunca nos pide algo que Él no nos dé antes. Cuando me dice que ame a los enemigos, quiere darme la capacidad de hacerlo. Sin esa capacidad nosotros no podremos, pero Él te dice “ama al enemigo” y te da la capacidad de amar. San Agustín rezaba así —escuchad qué hermosa oración—: Señor, «da lo que mandas y manda lo que quieras» (Confesiones, X, 29.40), porque me lo has dado antes. ¿Qué pedirle? ¿Qué es lo que a Dios le complace darnos? La fuerza de amar, que no es una cosa, sino que es el Espíritu Santo. La fuerza de amar es el Espíritu Santo, y con el Espíritu de Jesús podemos responder al mal con el bien, podemos amar a quien nos hace mal. Así hacen los cristianos. ¡Qué triste es cuando personas y pueblos orgullosos de ser cristianos ven a los otros como enemigos y piensan en hacer guerra! Es muy triste.

Y nosotros, ¿tratamos de vivir las invitaciones de Jesús? Pensemos en una persona que nos ha hecho mal. Cada uno piense en una persona. Es común que hayamos sufrido el mal de alguien, pensemos en esa persona. Quizá hay rencor dentro de nosotros. Entonces, a este rencor acercamos la imagen de Jesús, manso, durante el proceso, después de la bofetada. Y luego pidamos al Espíritu Santo que actúe en nuestro corazón. Finalmente recemos por esa persona: rezar por quien nos ha hecho mal (cfr. Lc 6,28). Nosotros, cuando nos han hecho algún mal, vamos enseguida a contarlo a los otros y nos sentimos víctimas. Parémonos, y recemos al Señor por esa persona, que lo ayude, y así desaparece este sentimiento de rencor. Rezar por quien nos ha tratado mal es lo primero para transformar el mal en bien. La oración. Que la Virgen María nos ayude a ser constructores de paz hacia todos, sobre todo hacia quien es hostil con nosotros y no nos gusta.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Amar a los enemigos no es sólo perdonar sus ofensas, sino desearles el bien y hacerles el bien. Jesús es el perfecto amor. En la cruz nos da ejemplo de la caridad perfecta. “Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes” quiere decir: ama a tu prójimo como a ti mismo. En esta enseñanza se contiene todo el Evangelio, y se resume toda predicación.

Amar a los enemigos, es amar de manera extraordinaria, siguiendo el ejemplo de Jesús, modelo de toda virtud. Él amó a los que lo crucificaron. Más grande fue su dolor por ser lastimado por quien tanto amó, que, por todas las heridas de su cuerpo, y aun así, dio la vida por ellos.

Somos creados para amar y ser amados. Jesús glorifica a su Padre a través del amor a la humanidad, porque es por quien todo ha sido creado. Por tanto, hemos sido creados para Él y tenemos vida en Él, por Él, con Él; y es por eso que Él nos ama y al mismo tiempo se ama a sí mismo. Él ama a todos, y nos da la oportunidad de vivir con Él en la eternidad, nos da la salvación a todos, también a sus enemigos. Él es el modelo y ejemplo de toda virtud. Él es el Maestro. Él es la Verdad. Él es la Vida. Y Él ha venido a enseñarnos a practicar la ley de la perfecta caridad, para unirnos a Él, y así ser perfectos como su Padre celestial.

Ama tú como ama Jesús, teniendo sus mismos sentimientos, amando a todos, no sólo a los que te aman, sino a los que te ofenden. Aprende a amar como María, que amó con perfección, sufriendo el martirio de la pasión de Cristo en su corazón, porque amaba a Jesús, y amaba a Juan, pero también a Judas, a Poncio Pilatos, a Herodes, y a cada discípulo que lo abandonó. Aprende de Ella a amar con amor de Dios, con amor de Madre, con perfecto amor».

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Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Invoquemos, hermanos, a Dios todopoderoso con una oración tan pura y humilde, que merezca obtener lo que pedimos:

Por la santa Iglesia, extendida de Oriente a Occidente: para que el Señor la mantenga firme y confiada en medio de las contrariedades y tentaciones del mundo, roguemos al Señor.

Por los que tiene autoridad en el mundo, para que bajo su gobierno podamos vivir en paz y concordia glorificando a Cristo, nuestra esperanza, roguemos al Señor.

Por los que nos desprecian por causa de nuestra fe y por los que persiguen a la Iglesia: para que el Señor les conceda encontrar la verdad, roguemos al Señor.

Por los que estamos aquí reunidos en el nombre del Señor y por aquellos por los que queremos orar, para que Dios nos conceda perseverar en la fe y nos reúna un día a todos en su reino, roguemos al Señor.

Padre clementísimo, que en Cristo nos has revelado tu amo gratuito y universal, escucha nuestras oraciones y danos un corazón nuevo, para que seamos capaces de amar a nuestros enemigos y de orar por los que nos injurian, tal como nos lo mandó tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar con la debida reverencia tus misterios, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos en honor de tu gloria nos sirvan para la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 11, 27

Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, el que tenía que venir al mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios todopoderoso, que alcancemos aquel fruto celestial, cuyo adelanto acabamos de recibir mediante estos sacramentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

LUNES 24

Lunes VII del Tiempo Ordinario

Misa por la familia

Sir 1, 1-10; Sal 93; Mc 9, 14-29

FORTALECER LA FE (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

EL VERDADERO CREYENTE (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

(Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 6, 2-3

Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa: Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, ya que en tu designio tiene su sólido fundamento la familia, atiende misericordiosamente las súplicas de tus siervos y concédenos que, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de tu Hijo Unigénito en el don de su amor y en sus virtudes domésticas, disfrutemos de la eterna recompensa, en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 1, 1-10

Toda sabiduría proviene del Señor y está con él eternamente. ¿Quién puede contar las arenas de la playa, las gotas de la lluvia o los días de los siglos? ¿Quién puede explorar la altura del cielo, la extensión de la tierra y la profundidad de los abismos?

Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría; y la luz de la inteligencia, desde la eternidad. ¿A quién se le ha revelado la fuente de la sabiduría? ¿Quién ha conocido sus recursos inagotables? Uno solo es sabio, temible en extremo: el que está sentado en su trono, el Señor.

Él creó la sabiduría, la contempló y la midió; la ha derramado sobre todas sus obras y sobre todos los hombres, según su generosidad; la ha derrochado entre aquellos que lo aman.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 92, lab. 1 c-2.5

R/. El Señor es un rey magnífico.

Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.

Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Tim 1, 10

R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.

EVANGELIO

Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 14-29

En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo.

Él les preguntó: “¿De qué están discutiendo?” De entre la gente, uno le contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido”.

Jesús les contestó: “¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho”. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Contestó el padre: “Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos”.

Jesús le replicó: “¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posible para el que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: “Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta”. Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él”. Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie.

Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?” Él les respondió: “Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 9, 14-29)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«El Señor hace una reprimenda a sus discípulos, porque les falta fe y no pueden hacer sus obras, que es a lo que Él los envió. Por tanto, no pueden cumplir la voluntad de Dios, porque no creen.

Para ser un buen discípulo de Cristo no basta ser hombres buenos, tener buenas intenciones, poner bienes a su servicio, dejarlo todo para seguirlo. Se necesita tener fe y creer en que su palabra se cumplirá hasta la última letra. Y Él ha dicho que harán sus obras y aun mayores.

La fe es un don que el Espíritu Santo infunde en los hombres desde el día de su bautismo. Pero cada uno debe alimentarla, para que crezca, escuchando la Palabra y poniéndola en práctica, viviendo cristianamente, haciendo oración, diciendo con humildad: “Señor, yo creo, pero dame la fe que me falta”, y teniendo el valor de obrar esa fe en el nombre del Señor, como instrumento de su misericordia.

Escucha tú la palabra del Señor, cree en el Evangelio, desea con todo tu corazón ser el más fiel discípulo de Cristo, y decídete con determinación a creer en Él firmemente, y a estar dispuesto siempre y en todo para lo que el Señor te necesita.

Cree, manifiesta tu fe, pero reconoce con humildad cuando la tentación de la duda te asalta, y pídele al Señor tu Dios que aumente tu fe, con la certeza de que te lo concederá, y nada será imposible para ti, porque Él obrará a través de ti, y no hay nada imposible para Dios».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de reconciliación, te suplicamos humildemente que conserves a nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Pascua o de la Ascensión.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 49, 15

¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura? Aunque hubiera una que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre clementísimo, haz que aquellos que alimentaste con el sacramento celestial, imiten sin cesar los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito para que, después de las pruebas de esta vida, logren estar en su compañía por toda la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

MARTES 25

Martes VII del Tiempo Ordinario

Beato Sebastián de Aparicio, religiosos (En la República Mexicana)

El Beato Sebastián nació en Galicia en 1502. En 1533 vino a la Nueva España y se dedicó a la agricultura Posteriormente trabajó en el acarreo de mercancías. Con el dinero que había ganado se volvió a dedicar a la agricultura A los 70 años de edad cedió todos sus bienes a unas religiosas. Se hizo religioso franciscano y durante dos años pidió limosna para su convento. Sus restos se veneran en el templo de San Francisco Puebla.

Sir 2, 1-13; Sal 36; Mc 9, 30-37

LA VIDA ES CRISTO (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

INFANCIA ESPIRITUAL (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 15, 5

El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz Señor, me devuelves mi heredad.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste dejarnos en el beato Sebastián de Aparicio un ejemplo de entrega a los demás en las ocupaciones diarias, concédenos por su intercesión amarte y servirte en nuestro prójimo en todas las actividades de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Prepárate para la prueba.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 2, 1-13

Hijo mío, si te propones servir al Señor, prepárate para la prueba; mantén firme el corazón y sé valiente; no te asustes en el momento de la adversidad. Pégate al Señor y nunca te desprendas de él, para que seas recompensado al fin de tus días. Acepta todo lo que te sobrevenga, y en los infortunios ten paciencia, pues el oro se purifica con el fuego y el hombre a quien Dios ama, en el crisol del sufrimiento.

Confíate al Señor y él cuidará de ti; espera en él y te allanará el camino. Los que temen al Señor, esperen en su misericordia; no se alejen de él y no caerán. Los que temen al Señor, confíen en él, porque no los dejará sin recompensa. Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, su misericordia y la felicidad eterna.

Miren a sus antepasados y comprenderán. ¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado? ¿Quién perseveró en su santo temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y fue desatendido? El Señor es clemente y misericordioso; él perdona los pecados y salva en el tiempo de la tribulación.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 36, 3-4. 18-19. 27-28. 39-40

R/. Pon tu vida en las manos del Señor.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.

Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R/.

Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles; en cambio, a los injustos los borrará de la tierra para siempre. R/.

La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo; a quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Gál 6, 14

R/. Aleluya, aleluya.

No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. R/.

EVANGELIO

El hijo del hombre va a ser entregado. Si alguno quiere ser el primero que sea el servidor de todos.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará”. Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: “¿De qué discutían por el camino?” Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.

Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES: (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37)

«Jesús ama tanto a los niños, que Él mismo quiso hacerse niño.

Dios Padre en ese niño vio la plenitud realizada de su propia creación. Se glorificó a sí mismo en ese niño que, desde antes de nacer, ya glorificaba al Padre.

Jesús fue un niño normal, que fue creciendo, pero que conservó hasta su muerte su alma de niño.

Vino a enseñarnos a amarnos los unos a los otros, a obrar con humildad, y a hacernos el último, el servidor de todos.

El que recibe y acoge con hospitalidad al prójimo, al más necesitado, como a un niño, es a Cristo a quien recibe.

Si pierdes el alma de niño, debes recuperarla. A eso se le llama conversión.

Conviértete para volver a eso que eras, a ese corazón, a esas intenciones, a esa inocencia y pureza del alma, a ese querer ser como Dios.

Conviértete y conserva un alma pura y limpia, un alma bien dispuesta para recibir a Jesús, para ser uno con Él, que vino a rescatarte y salvarte, a convertirte a ti en esa belleza del niño que Dios Padre creó para Él.

Sigue el ejemplo de los más pequeños, los santos, que, por humillarse, han sido exaltados; por hacerse pequeños, han sido grandes; y, por hacerse últimos, han sido primeros».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, que, despojando al beato Sebastián de Aparicio del hombre viejo, te dignaste formar en él un hombre nuevo conforme a tu imagen, concédenos, propicio, que nosotros, igualmente renovados, te ofrezcamos este sacrificio de reconciliación, agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 19, 27-29

Yo les aseguro que ustedes que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y heredarán la vida eterna.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eficacia de este sacramento, te rogamos, Señor, que, a ejemplo del beato Sebastián de Aparicio nos conduzcas siempre por el camino de tu amor, y que la obra buena que empezaste en nosotros, la perfecciones, hasta el día en que se manifieste Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

MIÉRCOLES 26

Misa votiva de San José

Sant 4, 13-17; Sal 48; Mc 9, 38-40

UN LLAMADO A LA UNIDAD (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ESTAR A FAVOR DE CRISTO (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Este es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor ama a aquellos que aman la sabiduría.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 4, 12-22

La sabiduría instruye a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El que ama la sabiduría, ama la vida; el que madruga para encontrarla, será colmado de gozo; el que la abraza, heredará la gloria y recibirá la bendición del Señor en todo lo que emprenda.

Los que sirven a la sabiduría, sirven al Señor, que es santo, y el Señor ama a aquellos que la aman. Quien la escucha, juzgará con rectitud; quien le hace caso, vivirá tranquilo. El que confía en ella, llegará a poseerla y la dejará en herencia a sus descendientes.

Al principio, la sabiduría lo llevará por caminos sin rumbo y lo atormentará con sustos y temores, lo hará sufrir con la conducta que le impone, y lo pondrá a prueba con sus órdenes. Pero, una vez que la acepte de corazón, la sabiduría lo conducirá gozoso por el camino recto y le revelará sus secretos; pero si él no le hace caso, ella lo abandonará y lo dejará seguir su camino de perdición.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118, 165. 168. 171. 172. 174. 175.

R/. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan.

Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan; para ellos no hay tropiezos. Observo tus mandatos, obedezco tus órdenes; tú conoces mi vida. R/.

Brotarán de mis labios, Señor, tus alabanzas, pues tu ley me enseñaste. En honor de tus leyes entonaré cantares, porque todas son justas. R/.

De ti, Señor, con ansias deseo mi salvación; tu ley es mi deleite. Que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6

R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 38-40

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: “Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos”. Pero Jesús le respondió: “No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 9, 38-40)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

Todo hombre ha sido creado para el bien. Dios es el bien. Por tanto, todo aquel que haga el bien hace la voluntad de Dios, y está a su favor. Pero, el que pudiendo hacer el bien, no lo hace, comete pecado, porque no hace la voluntad de Dios, sino lo contrario.

El que hace la caridad con el más necesitado, y obra la misericordia, dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, hospedando al peregrino, visitando al enfermo, visitando al preso, dando santa sepultura a los muertos, corrigiendo al que se equivoca, enseñando al que no sabe, dando consejo al que lo necesita, consolando al triste, soportando con paciencia los errores de los demás, perdonando las ofensas, rezando por los vivos y por los muertos; el que expulsa demonios y hace milagros en el nombre de Dios; el que lucha por la justicia y la paz, no está en contra de Cristo, sino a su favor. 

Obra tú siempre el bien, para que permanezcas en Dios y Dios en ti. No juzgues a los demás, ni sus buenas obras e intenciones. Rechaza todo pensamiento vano e impertinente, y todo sentimiento de envidia, todo egoísmo y soberbia, cuando veas a otros hacer las obras de Dios, en otro apostolado distinto al tuyo, incluso en otros lugares y otras religiones.

No seas obstáculo para que otros hagan el bien. No se lo prohíbas. Antes bien, haz tú la voluntad de Dios, cumple sus mandamientos, y ayuda a los que obran el bien, con tus oraciones y los medios y dones que el Señor te ha dado para ponerlos a su servicio. 

Ama a tu prójimo, y no rechaces a ninguno que obre la caridad con los necesitados, porque todo bien viene de Dios. Permanece en su amor.

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO DE SAN JOSÉ

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

JUEVES 27

Jueves VII del Tiempo Ordinario

Misa por las vocaciones a las Órdenes Sagradas

O bien:

San Gregorio de Narek, abad y doctor de la Iglesia

Sir 5, 1-10; Sal 1; Mc 9, 41-50

OBISPOS SANTOS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 9, 38

Rueguen al Señor de la mies que envíe trabajadores a sus campos, dice Jesús a sus discípulos.

ORACIÓN COLECTA

Misa por las vocaciones a las Órdenes Sagradas

Señor Dios, que quisiste proveer de pastores a tu pueblo, infunde en tu Iglesia tal espíritu de piedad y fortaleza, que suscite ministros dignos de tu altar y los haga ser valientes y humildes promotores del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo ...

San Gregorio de Narek

Señor Dios, que te dignaste colmar de celestial doctrina a san Gregorio Narek, concédenos, por su intercesión, custodiar fielmente esa misma doctrina y profesarla en nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No tardes en volverte al Señor

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 5, 1-10

No confíes en tus riquezas ni digas: “Con ellas todo lo tengo”. No te dejes arrastrar por tus instintos y pasiones ni sigas tus antojos y caprichos.

No digas: “Yo a nadie me someto”, porque el Señor te pedirá cuentas. No digas: “He pecado y nada me ha sucedido”, porque el Señor es paciente para castigar.

No confíes en el perdón de Dios para amontonar pecado tras pecado, diciendo: “Su misericordia es grande y el perdonará todas mis culpas”, porque en él hay misericordia, pero también hay cólera, y descarga su ira sobre los malvados.

No tardes en volverte al Señor, ni lo dejes de un día para otro, porque su furor estalla de repente y perecerás en el día del castigo. No confíes en el engañoso dinero, que de nada te servirá en el día del juicio.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 1, 1-2. 3. 4. y 6

R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Tes 2, 13

R/. Aleluya, aleluya.

Reciban la Palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra divina, tal como es en realidad. R/.

EVANGELIO

Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al lugar de castigo.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 41-50

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.

Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Todos serán salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su sabor, ¿con qué se lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes y tengan paz los unos con los otros”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 9, 41-50)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Todo hombre que practica la misericordia y la justicia con el prójimo, por amor a Dios, obra en el nombre de Cristo y, por tanto, está con Él.

De nada le sirve a un hombre haber sido bautizado como hijo de Dios, dentro de la Iglesia católica, si su comportamiento no es congruente con su fe, y da mal ejemplo con sus obras; si acude al templo y participa de la santa Misa, pero su corazón está lejos de Dios; si no cumple los mandamientos y no se arrepiente de sus pecados y, con su mal ejemplo, arrastra a todos a la perdición.

Más le valdría que en lugar de portar una cruz al cuello le pusieran una piedra y lo arrojaran al mar. Sería menor su castigo morir y dar cuenta de sus propios pecados, que de los pecados de otros que se perdieron por su mal ejemplo.

Renuncia tú a todo pecado y a todo aquello que te aleja de Dios.

No te pongas en ocasión de tentación, y cuida tu comportamiento enfrente de los demás, para que no seas tú ocasión de pecado para ellos.

Respeta la objeción de conciencia de los que no piensan como tú y no desean actuar como tú, y no les impongas castigo alguno, antes bien, recapacita, decídete y corta con todo.

Rechaza todo aquello que sea ocasión de pecado para ti, porque es mejor perderlo todo para salvar tu vida, que ser enviado por tu obstinación, tu soberbia y tu orgullo al lugar de castigo eterno.

Porque el Señor te advierte y te corrige porque te ama, pero Él es el Justo Juez, que hará caer la espada de la justicia sobre ti, y te dará lo que mereces: el castigo del fuego eterno, o la vida eterna en la gloria de su paraíso».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Misa por las vocaciones a las Órdenes Sagradas

Mira, Señor, con bondad las oraciones y ofrendas de tu pueblo, para que se multipliquen los dispensadores de tus misterios y perseveren sin cesar en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Gregorio de Narek

Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó a san Gregorio de Narek para propagar tu gloria sin descanso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 3, 6

Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Misa por las vocaciones a las Órdenes Sagradas

Alimentados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que, por este sacramento de caridad, maduren las vocaciones, que a manos llenas siembras en el campo de la Iglesia, de tal modo, que sean muchos los que elijan el camino de servirte en sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

San Gregorio de Narek

Fortalecidos, Señor, con el alimento celestial, te suplicamos humildemente que, siguiendo las enseñanzas de san Gregorio de Narek, perseveremos siempre en acción de gracias por los dones recibidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

VIERNES 28

Viernes VII del Tiempo Ordinario

Misa de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo

LA UNIDAD DE LAS FAMILIAS (Reflexión para sacerdotes desde el Corazón de Jesús) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

RECONCILIADOS CON DIOS (Reflexión desde el Corazón de María) La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

Sir 6, 5-17; Sal 118; Mc 10, 1-12

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Apoc 5, 9-10

Con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, para constituir un reino para Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que redimiste a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Unigénito, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando sin cesar el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El amigo fiel no tiene precio.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 6, 5-17

Las palabras amistosas multiplican el número de amigos, los labios amables aumentan los saludos. Es bueno que te saluden muchos; pero que uno solo entre mil sea tu amigo íntimo. Cuando hagas una nueva amistad, vete con tiento; no te le confíes tan fácilmente, pues hay amigos que lo son por conveniencia y no son fieles en el día de la desgracia. Hay amigos que se vuelven enemigos y descubren con afrenta los motivos del pleito.

Hay amigos que te acompañan a comer, pero nunca se aparecen en la hora de las penas: cuando te va bien, están contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te ocurre una desgracia, cambian de actitud y se esconden de tu vista. Aléjate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos.

El amigo fiel es un refugio que da seguridad; el que lo encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio: ningún dinero ajusta para comprarlo. El amigo fiel es un tónico de vida. Los que aman al Señor lo encontrarán; el que teme al Señor sabe ser fiel amigo y hace a sus amigos como él.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118, 12. 16. 18. 27. 34. 35

R/. Señor, guíame por la senda de tu ley.

Señor, bendito seas; enséñame tus leyes. En tus preceptos tengo mis delicias, jamás me olvidaré de tus palabras. R/.

Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. R/.

Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 17, 17

R/. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

EVANGELIO

Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.

Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 1-12

En aquel tiempo, se fue Jesús al territorio de Judea y Transjordania, y de nuevo se le fue acercando la gente; él los estuvo enseñando, como era su costumbre. Se acercaron también unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?”

Él les respondió: “¿Qué les prescribió Moisés?” Ellos contestaron: “Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa”. Jesús les dijo: “Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.

Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: “Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 10, 1-12)

La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes

«Jesucristo no vino al mundo a abolir la ley, sino a darle plenitud.

Los mandamientos de la ley de Dios son inmutables, porque provienen del amor y de la sabiduría divina. Quien los quebranta peca gravemente, porque ofende al Espíritu Santo, desobedece los mandatos de Dios impuestos a la humanidad de acuerdo a su plan divino, y no vive en su voluntad.

El Señor ha realizado la creación de acuerdo a un orden. A la humanidad, desde un principio, con dos sexos distintos la definió: hombre y mujer los creó, para compenetrarse y ser una sola carne, y dar vida, porque a multiplicarse y poblar el mundo los mandó. Pero el hombre, por el pecado, ha distorsionado el plan original de Dios.

Cristo ha venido a restaurar el orden a través de los sacramentos. El matrimonio es una vocación que comprende sólo aquel que tiene el don de la sabiduría divina, y orienta su vida, sus pensamientos y acciones hacia la única verdad, que es Dios.

Acepta tú los mandamientos de la ley de Dios, enséñalos, practícalos. Vive la virtud de la castidad de acuerdo a las condiciones de tu vocación. Si eres casado, cumple con tu responsabilidad de mantenerte abierto siempre a la vida, y a la posibilidad de procrear de acuerdo a la voluntad divina. Si eres soltero o sacerdote, vive la abstinencia. Pero, en ambos casos, procura siempre la pureza de tus pensamientos y de tus actos, amando a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

Y si caes en tentación, procura que la dureza de tu corazón no te aleje del plan perfecto de Dios. Arrepiéntete y pide perdón, y vuelve al orden correcto, para que alcances la perfección y la vida eterna».

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al traer ante tu soberana presencia, Señor, nuestros dones, haz que, por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, el mediador de la nueva Alianza, y nos renovemos por la aspersión salvadora de su Sangre. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO I DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque mediante la pasión salvadora de tu Hijo el mundo entero ha comprendido la manera como debía alabar a tu majestad, ya que en la fuerza inefable de la cruz, se manifestó el juicio del mundo y el poder del Crucificado.

Por eso, Señor, también nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Cor 10, 16

El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une en el Cuerpo del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que seamos bañados siempre con la sangre de nuestro Salvador, y que ésta se convierta para nosotros en fuente de agua que brote hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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ORACIÓN POR LOS SACERDOTES Y LA VIDA CONSAGRADA

(La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes)

Madre Inmaculada, siempre Virgen María. Madre de la gracia, Madre de todas las gracias. Madre de todos los hombres, Madre de Dios.

Te acompaño y contigo ofrezco a tu Hijo, inmolado en la cruz, y junto con Él a todos los sacerdotes y las vidas consagradas, para que este sacrificio purifique y redima a las almas de todos los pecadores, y que, por la pasión y resurrección de tu Hijo, sean transformadas por el Espíritu Santo, y llevadas al Padre, para su mayor gloria.

Te pido, Madre mía, tu especial protección, para el Papa, los obispos y sacerdotes, fieles representantes de tu Hijo, y para todas las almas que por él han sido llamadas a la vida consagrada. Derrama sobre ellos todas tus gracias, para que, habiendo renunciado a los placeres de este mundo, para entregarse totalmente al servicio de tu Hijo, sean santos en esta vida, practicando la perfección de las virtudes diarias.

Que perseveren en esa santidad y, unidos al amor del Sagrado Corazón de Jesús, alcancen con él y con todas las almas la vida eterna.

Te pido que consigas para ellos los dones, frutos y carismas del Espíritu Santo, para que fortalezcan su entrega diaria y su fe. Te doy gracias por tu amor maternal, y por tu constante presencia en todas las Santas Misas y en todo momento. Me ofrezco enteramente a ti, con toda mi voluntad y mi amor por ellos.

Amén.

(Tomado de “Oraciones y Reflexiones”, Anhelos, n. 24)

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YO NO TE DEJARÉ

(La Compañía de María, Madre de los Sacerdotes)

Sacerdote mío: aunque los vientos sean fuertes y la tempestad arrecie, yo no te dejaré.

Aunque el sol dejara de iluminar, aunque la luna dejara de brillar, yo no te dejaré.

Aunque las estrellas se apagaran y cayeran del cielo, una a una, yo no te dejaré.

Aunque surjan dificultades, yo no te dejaré.

Aunque camines por cañadas oscuras, yo no te dejaré.

Aunque parezca que todos se han ido, yo no te dejaré.

Aunque la duda y la inquietud te asalten, yo no te dejaré.

Aunque los vientos cesen y el mar vuelva a la calma, yo no te dejaré.

Aunque los cielos pasen y la tierra pase, estas son mis palabras: yo no te dejaré.

Permanece con mi Madre y acompáñala.

Así estarás completamente seguro de que yo no te dejaré, porque mi Madre siempre está conmigo.

Amigo mío: yo no te dejo, porque a través de ti es que yo me hago presente, y yo nunca te dejaré.

Yo ruego al Padre por ustedes, pastores míos, porque son suyos. Y todo lo mío es suyo, y todo lo suyo es mío.

Yo les he dado su Palabra. Y el mundo los aborrece, porque ustedes no son del mundo, como yo no soy del mundo.

Yo no pido al Padre que los saque del mundo, sino que los guarde del mal, y que los santifique en la verdad, pues su Palabra es la verdad.

Así como Él me envió, yo los envié a ustedes.

Yo ruego al Padre no solo por ustedes, sino por todos los que creerán en mí por ustedes, por su palabra, que es la mía, para que sean uno.

Para que, así como el Padre está en mí y yo en Él, también ustedes y ellos sean en nosotros, y el mundo crea que el Padre me ha enviado.

Yo les he dado la gloria que me dio el Padre, para que sean uno conmigo.

Yo estoy en ti y tú en mí, amigo mío. Somos perfectamente uno.

Tú eres mi amigo, y yo te digo: yo no te dejaré.

(Tomado de “Oraciones y Reflexiones”, Abluciones, n. 9).

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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA XXXIII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

11 de febrero de 2025

«La esperanza no defrauda» (Rm 5,5)

y nos hace fuertes en la tribulación

Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo en el Año Jubilar 2025, en el que la Iglesia nos invita a hacernos “peregrinos de esperanza”. En esto nos acompaña la Palabra de Dios que, por medio de san Pablo, nos da un gran mensaje de aliento: «La esperanza no defrauda» (Rm 5,5), es más, nos hace fuertes en la tribulación.

Son expresiones consoladoras, pero que pueden suscitar algunos interrogantes, especialmente en los que sufren. Por ejemplo: ¿cómo permanecer fuertes, cuando sufrimos en carne propia enfermedades graves, invalidantes, que quizás requieren tratamientos cuyos costos van más allá de nuestras posibilidades? ¿Cómo hacerlo cuando, además de nuestro sufrimiento, vemos sufrir a quienes nos quieren y que, aun estando a nuestro lado, se sienten impotentes por no poder ayudarnos? En todas estas situaciones sentimos la necesidad de un apoyo superior a nosotros: necesitamos la ayuda de Dios, de su gracia, de su Providencia, de esa fuerza que es don de su Espíritu (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1808).

Detengámonos pues un momento a reflexionar sobre la presencia de Dios que permanece cerca de quien sufre, en particular bajo tres aspectos que la caracterizan: el encuentro, el don y el compartir.

1. El encuentro. Jesús, cuando envió en misión a los setenta y dos discípulos (cf. Lc 10,1-9), los exhortó a decir a los enfermos: «El Reino de Dios está cerca de ustedes» (v. 9). Les pidió concretamente ayudarles a comprender que también la enfermedad, aun cuando sea dolorosa y difícil de entender, es una oportunidad de encuentro con el Señor. En el tiempo de la enfermedad, en efecto, si por una parte experimentamos toda nuestra fragilidad como criaturas —física, psicológica y espiritual—, por otra parte, sentimos la cercanía y la compasión de Dios, que en Jesús ha compartido nuestros sufrimientos. Él no nos abandona y muchas veces nos sorprende con el don de una determinación que nunca hubiéramos pensado tener, y que jamás hubiéramos hallado por nosotros mismos.

La enfermedad entonces se convierte en ocasión de un encuentro que nos transforma; en el hallazgo de una roca inquebrantable a la que podemos aferrarnos para afrontar las tempestades de la vida; una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos. Por eso se dice que el dolor lleva siempre consigo un misterio de salvación, porque hace experimentar el consuelo que viene de Dios de forma cercana y real, hasta «conocer la plenitud del Evangelio con todas sus promesas y su vida» (S. Juan Pablo II, Discurso a los jóvenes, Nueva Orleans, 12 septiembre 1987).

 2. Y esto nos conduce al segundo punto de reflexión: el don. Ciertamente, nunca como en el sufrimiento nos damos cuenta de que toda esperanza viene del Señor, y que por eso es, ante todo, un don que hemos de acoger y cultivar, permaneciendo “fieles a la fidelidad de Dios”, según la hermosa expresión de Madeleine Delbrêl (cf. La speranza è una luce nella notte, Ciudad del Vaticano 2024, Prefacio).

Por lo demás, sólo en la resurrección de Cristo nuestros destinos encuentran su lugar en el horizonte infinito de la eternidad. Sólo de su Pascua nos viene la certeza de que nada, «ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios» (Rm 8,38-39). Y de esta “gran esperanza” deriva cualquier otro rayo de luz que nos permite superar las pruebas y los obstáculos de la vida (cf. Benedicto XVICarta enc. Spe salvi, 27.31). No sólo eso, sino que el Resucitado también camina con nosotros, haciéndose nuestro compañero de viaje, como con los discípulos de Emaús (cf. Lc 24,13-53). Como ellos, también nosotros podemos compartir con Él nuestro desconcierto, nuestras preocupaciones y nuestras desilusiones, podemos escuchar su Palabra que nos ilumina y hace arder nuestro corazón, y nos permite reconocerlo presente en la fracción del Pan, vislumbrando en ese estar con nosotros, aun en los límites del presente, ese “más allá” que al acercarse nos devuelve valentía y confianza.

3. Y llegamos así al tercer aspecto, el del compartir. Los lugares donde se sufre son a menudo lugares de intercambio, de enriquecimiento mutuo. ¡Cuántas veces, junto al lecho de un enfermo, se aprende a esperar! ¡Cuántas veces, estando cerca de quien sufre, se aprende a creer! ¡Cuántas veces, inclinándose ante el necesitado, se descubre el amor! Es decir, nos damos cuenta de que somos “ángeles” de esperanza, mensajeros de Dios, los unos para los otros, todos juntos: enfermos, médicos, enfermeros, familiares, amigos, sacerdotes, religiosos y religiosas; y allí donde estemos: en la familia, en los dispensarios, en las residencias de ancianos, en los hospitales y en las clínicas.

Y es importante saber descubrir la belleza y la magnitud de estos encuentros de gracia y aprender a escribirlos en el alma para no olvidarlos; conservar en el corazón la sonrisa amable de un agente sanitario, la mirada agradecida y confiada de un paciente, el rostro comprensivo y atento de un médico o de un voluntario, el semblante expectante e inquieto de un cónyuge, de un hijo, de un nieto o de un amigo entrañable. Son todas luces que atesorar pues, aun en la oscuridad de la prueba, no sólo dan fuerza, sino que enseñan el sabor verdadero de la vida, en el amor y la proximidad (cf. Lc 10,25-37).

Queridos enfermos, queridos hermanos y hermanas que asisten a los que sufren, en este Jubileo ustedes tienen más que nunca un rol especial. Su caminar juntos, en efecto, es un signo para todos, «un himno a la dignidad humana, un canto de esperanza» (Bula Spes non confundit, 11), cuya voz va mucho más allá de las habitaciones y las camas de los sanatorios donde se encuentren, estimulando y animando en la caridad “el concierto de toda la sociedad” (cf. ibíd.), en una armonía a veces difícil de realizar, pero precisamente por eso, muy dulce y fuerte, capaz de llevar luz y calor allí donde más se necesita.

Toda la Iglesia les está agradecida. También yo lo estoy y rezo por ustedes encomendándolos a María, Salud de los enfermos, por medio de las palabras con las que tantos hermanos y hermanas se han dirigido a ella en las dificultades:

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

Los bendigo, junto con sus familias y demás seres queridos, y les pido, por favor, que no se olviden de rezar por mí.

Roma, San Juan de Letrán, 14 de enero de 2025

 

 FRANCISCO

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ORACIÓN POR LOS SACERDOTES ENFERMOS

Padre eterno, Padre Dios todopoderoso.

Padre de misericordia, Padre bueno:

Yo me ofrezco a ti, y te pido que concedas salud de cuerpo y alma a tus sacerdotes enfermos.

Te pido por la unidad de tu Iglesia en el amor.

Te pido que concedas a mis hijos espirituales sacerdotes, a los que conozco y a los que no conozco, la conversión; y en la experiencia de tu amor, y en unión contigo, un santo sacerdocio.

Enciende en ellos el celo apostólico y el deseo de servir, de morir y vivir por Jesús, tu Hijo amado.

Dales sabiduría y fortalece su entrega para que reciban y derramen tu misericordia.

Envía sobre ellos al Espíritu Santo para que los fortalezca con sus dones, física y espiritualmente, y aumente en ellos la fe.

Te pido también por la salud de mis familiares y amigos; y a mí, consérvame en la disposición para cumplir tu voluntad.

Amén.

(Tomado de “Oraciones y Reflexiones”, Abluciones, n. 11).

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