13. Oraciones Diarias



ORACIONES Y REFLEXIONES "AYÚDAME, SEÑOR". "Ayúdame, Señor, a no ofenderte... Vacíame de mí y lléname de ti. Enciéndeme con tu fuego. Despójame de todo, pero dame amor. Porque, si no tengo amor, nada tengo..."

Oh, Señora mía!, ¡oh, Madre mía!, yo me ofrezco enteramente a ti y, en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón. Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.

EXORCISMO DE SAN BENITO

+ In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti.

Crux Sancti Patris Benedicti

Crux Sacra Sit Mihi Lux

Non Draco Sit Mihi Dux

Vade Retro Satana!

Numquam Suade Mihi Vana

Sunt Mala Quæ Libas

Ipse Venena Bibas

Pax

+ In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti.

María, Madre de Dios y Madre mía (3 veces)

 

PROMESAS DE RENOVACIÓN BAUTISMAL

Yo renuncio a Satanás,

a sus pompas,

a sus obras,

a sus mentiras

y a sus engaños.

 

SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES

Creo en Dios, Padre todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo,

nuestro Señor,

que fue concebido

por obra y gracia del Espíritu Santo,

nació de Santa María Virgen,

padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos,

al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos

y está sentado a la derecha de Dios,

Padre todopoderoso.

Desde allí ha de venir

a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la vida eterna.

Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel, Arcángel, defiéndenos en la lucha.

Sé nuestro amparo contra la perversidad

y las asechanzas del demonio.

Que Dios manifieste su poder sobre él,

es nuestra humilde súplica.

Y tú, ¡oh Príncipe de la milicia celestial!,

con la fuerza que Dios te ha conferido,

arroja al infierno a satanás

y a los demás espíritus malignos

que vagan por el mundo

para la perdición de las almas.

Amén.

 

EL SEÑOR ES MI PASTOR

El Señor es mi Pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace reposar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me dan seguridad.

Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término.

 

Mi alma glorifica al Señor

y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,

porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,

porque ha hecho en mí grandes cosas

el que todo lo puede.

Santo es su nombre

y su misericordia llega de generación en generación

a los que lo temen.

Él hace sentir el poder de su brazo:

dispersa a los de corazón altanero,

destrona a los potentados

y exalta a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide sin nada.

Acordándose de su misericordia,

vino en ayuda de Israel, su siervo,

como lo había prometido a nuestros padres,

a Abraham y a su descendencia, para siempre.

ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO A LOS ÁNGELES

Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

¡Que reine en los cielos y en la tierra el Inmaculado Corazón de Santa María Virgen y Madre de Dios!

¡Alégrate Virgen María! Porque será adorado el cuerpo y la sangre del Hijo que en tu vientre el Espíritu Santo ha engendrado. En los cielos y en la tierra será alabado su nombre, y al pronunciarlo los ángeles del cielo y de la tierra que acompañan a los hombres, harán que toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en todo lugar. Alabado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar.

Ángele Dei, qui custos es mei, me tibi commíssum pietáte supérna, illúmina, custódi, rege et gubérna. Amen.

[Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, dirígeme. Amén]

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ

POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES

¡Oh San José!, fiel, casto y justo esposo de María,

Madre de Nuestro Señor Jesucristo,

dígnate concedernos tu poderosa intercesión,

para que Dios Padre envíe más obreros a su mies,

verdaderas y santas vocaciones al sacerdocio.

Custodia las vocaciones de los que han sido llamados

a vivir en el mundo sin ser de este mundo,

para que sepan renunciar a los placeres y pasiones del mundo,

para servir en total pobreza, castidad y obediencia

a la voluntad de Dios, y sean configurados con Cristo,

y por Él, con Él y en Él,

sean unidos a la Santísima Trinidad

por los lazos indisolubles del Espíritu.

Consíguenos para ellos,

por tus méritos y tu ejemplo,

los dones y gracias que necesitan

para que ejerzan un ministerio santo,

cumpliendo en virtud y perfección

las promesas de pobreza, castidad y obediencia,

que en conciencia y libre voluntad

hicieron a Dios el día de su ordenación,

cuando al ser desposados con la Santa Iglesia

se comprometieron a servirla en total fidelidad y entrega.

Te pedimos,

¡oh benigno y sapientísimo protector!,

que custodies los corazones

de nuestros seminaristas y sacerdotes,

para que sean preservados en la inocencia,

en la pureza y en el celo apostólico del amor,

y sean íntegros, virtuosos y santos.

Imploramos a ti, San José,

esposo de nuestra Madre Santísima,

virgen, inmaculada y pura,

que acojas y adoptes a cada vocación

como a tu hijo Jesús,

y lo dirijas y lo enseñes a construir su cruz,

con su trabajo y su esfuerzo diario,

renunciando a sí mismo,

para abrazarla y seguir a Jesús,

para con él ser Cristo

y conducir a todas las almas a Dios,

en la esperanza de la gloria en su resurrección.

Amén.

ORACIÓN POR EL PAPA

Padre eterno,

por el sacrificio de tu amadísimo Hijo y el dolor del Corazón Inmaculado de María,

dígnate mirar a este humilde sacerdote,

que por amor se entrega en sacrificio para la salvación de tu Santa Iglesia.

Que sus blancas vestiduras

lo revistan con tu Espíritu Santo y lo fortalezcan,

para cumplir la misión que tu amadísimo Hijo,

nuestro Señor Jesucristo, le ha encomendado.

Que por su silencio sean silenciados

los gritos y llantos de tantos,

y por su palabra sean consolados

y guiados a la verdad

todos los que lo escuchan.

Que por su cansancio

sean redimidas todas las almas

que dirigen el rumbo de la humanidad perdida,

y sean encontradas las almas de tantos

que claman tu perdón.

Que por su diaria entrega

sea derramada tu misericordia

en el agua y la sangre

que emana de cada corazón unido al de Cristo,

en cada donación de amor de mártires

y santos del mundo

que con él se donan para cantar tu gloria.

Padre, Dios Padre, por tu Hijo, Dios Hijo

y por tu Espíritu, Dios Espíritu Santo,

sean escuchadas las plegarias

de su santidad el Papa,

y tornes a él tu amor y misericordia

con tu eterna bondad y benevolencia.

Que tu compasión lo consuele y lo restablezca

y tu protección permanezca en él,

y en su perseverancia en amor y santidad.

Te lo pedimos, ofreciéndote con tu Hijo

entregarnos en las manos Inmaculadas de María,

para unirnos en comunión y oración.

Amén.

RESPONSO POR LOS  DIFUNTOS

purgatorio5

Oremos especialmente por las almas olvidadas

***

V/. No te acuerdes, Señor, de mis pecados.

R/. Cuando vengas a juzgar el mundo por el fuego.

V/. Señor, Dios mío, dirige mis pasos en tu presencia.

R/. Cuando vengas a juzgar el mundo por el fuego.

V/. Dale(s), Señor, el descanso eterno, y luzca para él (ella) (ellos) la luz per­petua.

R/. Cuando vengas a juzgar el mundo por el fuego.

V/. Señor, ten piedad.

R/. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.

— Padre nuestro…

V/. No nos dejes caer en la tentación.

R/. Y líbranos del mal.

V/. Del poder del infierno.

R/. Libra Señor su(s) alma(s).

V/. Descanse(n) en paz.

R/. Amén.

V/. Señor, escucha mi oración.

R/. Y llegue a Ti mi clamor.

Si es sacerdote:

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

Oremos.

Por uno o varios difuntos

Absuelve, te rogamos, Señor, el (las) alma(s) de tu(s) siervo(s) N. de todo vínculo de pecado, para que, en la gloria de la resurrección, descanse(n) resucitado(a)(os) entre tus santos y elegidos. Por Cristo nuestro Señor.

Por un sacerdote difunto

Te pedimos, Señor, que tu siervo N., sacerdote, a quien encomendaste durante su vida el ministerio sagrado, llegue a participar eternamente en la gran asamblea de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Por varios sacerdotes difuntos

Escucha con bondad, Señor, las plegarias que te dirigimos por el eterno descanso de tus siervos N. y N., presbíteros, y recibe en el gozo de todos tus santos a quienes en tu nombre desempeñaron fielmente su ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

V/. Dale(s), Señor, el descanso eterno

R/. Y luzca para él (ella) (ellos) la luz perpetua.

V/. Descanse(n) en paz.

R/. Amén.

X Su(s) alma(s) y las de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios descansen en paz.

R/. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIR LA COMPAÑÍA DE MARÍA PARA CADA SACERDOTE

Señor mío y Padre mío:

Yo te amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente, con todas mis fuerzas.

Y con ese amor te pido la compañía de María para cada sacerdote.

Te lo pido con insistencia y con fe, por los méritos de su maternidad divina y los del sacrificio único y eterno de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

DAME Y ENSÉÑAME

Oración para preparar la celebración de la Santa Misa

¡Oh María, Madre del amor y Madre mía!

Tómame de tu mano y dame tu compañía.

Y llévame a Jesús para amarlo,

para alabarlo, para adorarlo.

Dame tu esperanza,

para bajar el pan vivo del cielo,

y entregarme a Él

cuando Él se abandona en mis manos:

  • enséñame a hacerme ofrenda

en la patena y en el cáliz, como lo haces tú,

como lo hace Él;

  • enséñame a bendecir el pan y el vino

con devoción y con fe,

mientras Él, con su poder y por mis manos,

realiza la transubstanciación;

  • enséñame a elevarlo,

para adorarlo y profesar ante su pueblo mi fe;

  • enséñame a doblar mis rodillas,

mientras lo llevo al descanso del altar.

Dame tu fe, para que pueda verlo y creer en Él,

bajo las especies del pan y del vino.

Y cuando esté frente a Él:

  • enséñame a adorarlo con mis labios al besarlo;
  • enséñame a adorarlo con mi lengua al recibirlo;
  • enséñame a adorarlo con mi corazón,

al hacerlo mío, para hacerme suyo;

  • enséñame a adorarlo con toda mi alma,

cuando esté tan íntimamente unido a mí,

como lo está contigo;

  • enséñame a adorarlo con toda mi mente,

al ser consciente de que es Dios a quien recibo;

  • enséñame a adorarlo

con todas mis fuerzas en la Eucaristía,

como la máxima expresión de mi amor por Él;

  • enséñame a profesar mi fe,

para que otros crean en Él.

Dame tu gracia para entregarme a Él,

así como Él lo hace conmigo.

Dame tu pureza, porque soy indigno.

Dame tu amor y enséñame a amarlo,

como lo haces tú.

Dame tu silencio, para hablar con su Palabra.

Dame tu perseverancia, para permanecer en Él

como Él permanece en mí.

Y después:

  • enséñame a postrarme a sus pies,

para alabarlo y adorarlo constantemente:

  • en cada obra,
  • en cada palabra,
  • en cada sacramento,
  • en cada acto de amor,
  • en cada sacrificio,
  • en cada oración,

y en todo momento, con toda creatura,

  • en los cielos, en la tierra y en todo lugar.

Amén.