ORACIÓN, CONSAGRACIÓN, SACRIFICIO

Escrito el 01/04/2025
gelizondo12

ORACIÓN, CONSAGRACIÓN, SACRIFICIO

ORACIONES Y REFLEXIONES PARA SACERDOTES

Desde el Corazón de María

En la fiesta de la Virgen de Fátima (13 de mayo)

María Beatriz Arce de Blanco

Hijos míos, sacerdotes: a tres pastorcitos yo me aparecí un día como hoy, llenando de gozo mi corazón al contemplar su inocencia, su asombro, su disposición a servir a la Señora venida del cielo, sin importarles el sufrimiento que les prometí. Ellos dijeron sí, y perseveraron hasta el final, cumpliendo su palabra, permitiendo, a través de su entrega de vida, las gracias derramadas de mis manos, que hasta el día de hoy han conseguido, para muchos, la conversión. Y hoy estoy aquí pidiéndoles lo mismo.

Muchos de ustedes no se están santificando, no están dando fruto. El mundo los distrae y los seduce. Se están apartando de la fuente de la vida y se están secando, porque se portan mal, porque no cumplen los mandamientos de Dios, porque viven en la comodidad de la resignación y la doble vida.

Yo soy Madre del amor y quiero que permanezcan en el amor, cumpliendo los mandamientos. Ustedes se esfuerzan, pero se cansan, porque algunos practican doctrinas falsas. Otros trabajan solo con sus propias fuerzas. Otros han endurecido el corazón, y un corazón duro es inerte, no da fruto, y se acobarda, y se pierde.

Permanezcan al pie de la cruz conmigo, para que se consagren al Sagrado Corazón de Jesús, a través de mi Inmaculado Corazón. Para que sean como el discípulo amado: la Madre acogiendo al hijo, y el hijo recibiendo a la Madre, para llevársela a vivir con él; reconociéndose hijo y reconociéndola Madre; amándolo como hijo y amándola como Madre, para que la Madre lo lleve a Él.

Este es el camino más fácil y más seguro de vivir y permanecer en el amor, y un tesoro de mi corazón: la Consagración total a Jesús a través de mi Inmaculado Corazón.

Permanezcan al pie de la cruz, y desde el Sagrado Corazón de Jesús, enseñen esta consagración al mundo entero, para que siendo todos míos sean todos de Él, para que siendo de Él vivan en Él, para que viviendo en Él vivan y permanezcan en el amor, todo el tiempo.

Consagración por la que, al recibirme como Madre, reciben mi especial protección de Madre; y con mi compañía, la disposición de recibir al Espíritu Santo, para que cumplan su misión con valentía.

La Consagración es una declaración de amor, abandonándose en el Sagrado Corazón de Jesús, que los purifica y los une con el mío, cumpliendo la voluntad de Dios, acogiendo y uniendo a la Madre con los hijos al pie de la cruz, compartiendo un solo corazón y una sola alma.

Consagración. Conversión. Sacrificio. Recen el Rosario.

Yo llamo su atención para que me vean, para que se mantengan en el camino, para que se mantengan en la verdad, para que cuando estén cansados, Él los haga descansar y los fortalezca, para cumplir la misión que a cada uno le ha sido dada.

Manténganse en la alegría del encuentro para que sean ejemplo, y conquisten, y enamoren, porque por ustedes será la paz en el mundo.

Entréguense totalmente a la misión que les ha sido encomendada. Yo los tomo completamente para que sean todos míos, para que sean todos de Jesús.

Esta entrega es la consagración que yo pido como una muestra de amor: que se reconozcan hijos y me reconozcan Madre.

Yo soy Madre y quiero mostrarme Madre, para apacentar a las ovejas, que es guiarlas en el camino seguro, dirigirlas con sabiduría, hablarles con claridad, enseñarles la verdad, dar testimonio de fe, darles esperanza, tratarlas con caridad, darles seguridad, fortalecer su confianza, formarlas, sumergirlas en la misericordia.

Acompáñenme a apacentar a las ovejas de mi rebaño.

Es muy fácil lo que yo les pido para que reciban las gracias que necesitan para poder cumplir la voluntad de Dios: busquen el Reino de Dios y su justicia, a través de la oración, consagración y sacrificio. En esto está la disposición del corazón y la docilidad para que actúe el Espíritu Santo, y todo lo demás se les dará por añadidura.

Oración desde el corazón, con pureza de intención, no con palabrerías, sino con amor, con fe, con esperanza, con confianza.

Consagración al pie de la cruz, abandonándose en el Sagrado Corazón de Jesús, a través de mi Inmaculado Corazón. La base de la consagración a Jesús, a través de mi Inmaculado Corazón, es recibir a la Madre en su casa.

Sacrificio, unido al sacrificio de Cristo, que es el único sacrificio agradable al Padre, mortificando la carne, resistiendo a las tentaciones, venciendo el pecado, obedeciendo y cumpliendo los mandamientos, demostrando amar a Dios por sobre todas las cosas.

Entonces se derramará el Espíritu Santo en sus corazones, en un eterno Pentecostés, para ayudarles a poner su fe por obras, obrando con misericordia, compartiendo el amor, en unión fraterna, amándose unos a otros, como Cristo los ha amado.

La disposición del corazón se demuestra permaneciendo al pie de la cruz de Cristo.

Es ahí en donde Él le dará un corazón de carne a cada hijo que acepte mi amor, le dará mi corazón.

Es el Espíritu Santo quien le entrega la Madre al hijo. Es el hijo quien acepta por propia voluntad el ofrecimiento de la Madre, para ser mi compañía.

Permanezcan conmigo al pie de la cruz de la alegría de servir a Cristo, y en la certeza de saber que no son ustedes quienes lo han elegido, es Él quien los ha elegido a ustedes, para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca.

No se alegren por hacer grandes obras, sino porque sus nombres estén escritos en el cielo, y porque Dios ha ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y las ha revelado a los pequeños e ingenuos.

Acompáñenme y yo los ayudaré a permanecer en la docilidad a la acción del Espíritu Santo en sus corazones, para que sean lámpara que, a la luz de la fe, ilumine la oscuridad y disipe las tinieblas.

(Abluciones, n. 32)

¡Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María!

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