24/11/2024

Mc 12, 28-34

EVANGELIO

Amarás al Señor tu Dios. - Amarás a tu prójimo.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 28-34  

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”. Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.

El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y que amado con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.

Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos: 12, 28-34)

«El amor de Dios por los hombres está manifestado en la cruz. 

El ejemplo del perfecto cumplimiento de los mandamientos de Dios nos lo da Jesús, crucificado en esa cruz, amando a Dios por sobre todas las cosas, en una perfecta obediencia a su Divina Voluntad, negándose a sí mismo, para ofrecerse a Dios Padre en sacrificio, por amor a la humanidad, haciéndola parte de Él mismo, para por Él, con Él y en Él, llevarnos al Padre a compartir su gloria en la eternidad. 

Él ama a cada persona de manera individual, pero la relación con cada uno no es igual. Cada uno es un ser creado por Dios, irrepetible en el exterior -en lo físicamente visible-, y en el interior del alma -en lo invisible. 

Cada hijo de Dios ha sido creado a su imagen y semejanza, para amar y ser amado, y se le han dado a cada uno dones y carismas diferentes, para que corresponda a Dios según lo que para cada uno tiene planeado. 

Adorar es amar a Dios por sobre todas las cosas. Sólo a Dios debemos adorar. 

Adorar la Eucaristía es adorar el cuerpo y la sangre de Cristo, dando cumplimiento al primero y al segundo mandamiento, amando a Dios en Cristo, y amando al prójimo, como miembros de su cuerpo místico. 

Tú estás llamado a alcanzar la santidad a través de una conversión individual, y de una entrega de vida, manifestando tu amor a tu Creador, correspondiendo al amor de Cristo, permaneciendo unido a Él, amando lo que Él ama, llevando la misericordia al prójimo.

Es así como se cumple el mandamiento más grande de la Ley de Dios, y el segundo mandamiento más grande de la Ley de Dios. 

Todos los demás mandamientos deben de estar orientados hacia estos dos. Cumplirlos sin amor, no es cumplirlos. 

Adora la Eucaristía, para que manifiestes tu amor a Dios y al prójimo».