EVANGELIO
Sus parientes decían que se había vuelto loco.
+ Del santo Evangelio según san Marcos: 3, 20-21
En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 3, 20-21)
«El amor puede llevar a cualquier hombre a hacer locuras, a hacer renuncias y acciones incomprensibles para los que no están enamorados, porque no han conocido el verdadero amor.
El amor es una fuerza increíble e inimaginable, con la que una persona enamorada es capaz de hacer las más grandes obras, incluso de dar la vida por aquel al que tanto ama.
Pero el verdadero amor propicia una entrega total, gratuita, de uno mismo, no sólo por aquellos que lo aman, sino también por los que lo persiguen, los que lo juzgan, los que lo desprecian y lo llaman loco, porque no han comprendido que el verdadero amor es Cristo, que es por quien se vive, practicando la ley que Él vino a enseñar, amando a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
Esa es la verdadera locura de un hombre enamorado que ha encontrado a Cristo, que es el único y verdadero amor, que se ha dejado amar por Él, y Él lo ha llenado de su amor hasta la locura, que consiste en renunciar a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo.
Atrévete tú a participar en la locura del amor de Dios, dejándote guiar con docilidad por el Espíritu Santo, para cumplir con fidelidad su divina voluntad, sin importar lo que digan de ti los demás.
Alcanza la perfección, que es la verdadera libertad, buscando la santidad a través de tus deberes ordinarios, obedeciendo lo que la Santa Madre Iglesia te manda, viviendo las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, poniendo en el centro de tu vida a Cristo, adorándolo en la Eucaristía, reparando su Sagrado Corazón, llevando a los más necesitados su misericordia a través de tus obras, hablando de Jesús como un loco enamorado, compartiendo con Él la verdadera locura de amor, que es la cruz.
Alégrate si te llaman loco, por vivir en la plenitud del amor de Jesús».