24/11/2024

Mc 12, 38-44

EVANGELIO

Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.

+ Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 38-44  

En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: “¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Éstos recibirán un castigo muy riguroso”.

En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir”. 

PREGONES  (Reflexión del Santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44)

«El hombre ha sido creado para el amor. El amor es don. Por tanto, el hombre ha sido creado para dar.

El que es generoso y da con alegría, es dichoso, porque ha encontrado un tesoro en dar, y está escrito que hay más alegría en dar que en recibir.

El diezmo y la limosna es un deber de todo cristiano para con Dios. Es poner sus bienes al servicio de la Iglesia, para preservar dignos y conservar limpios los templos, y para proveer de lo necesario a los sacerdotes que han renunciado a todo, le han dado a Dios todo lo que tenían para vivir, para seguir a Cristo y servir a Cristo, a través del servicio a la Santa Iglesia.

Pero a los ojos de Dios no da más el que más tiene, si ese da de lo que le sobra. Él ve las intenciones de los corazones, y multiplica la ofrenda de quien da, aunque sea lo poco que tiene para vivir, si ese da con un corazón generoso, que piensa en el otro antes que en sí mismo.

Cuidemos la casa común, los bienes naturales que Dios nos dio. Usemos nuestros talentos para construir en lugar de destruir, considerando esto un deber para con el prójimo de futuras generaciones. También en ellos a Cristo debemos ver.

Cumple tú con tu deber de cristiano. Rinde culto a Dios dando limosna y tendiendo la mano a tu hermano, dándote todo a Dios; dando a los demás no sólo lo que te sobra, y no sólo lo material, sino todo lo que tienes y que ellos necesitan: tu tiempo, tu amor, tu cariño, tu compasión, tu testimonio de fe, tu esperanza, tu alegría, tu caridad, un consejo, una corrección, una palabra de aliento, un abrazo, una oración.

Da alimento y sustento, sé bondadoso y misericordioso, llenando de paz tu corazón generoso, sirviendo agradecido a aquel que dio la vida por ti, que te perfeccionará y te dará su Paraíso».