16/12/2024

Lc 6, 6-11

EVANGELIO

Estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 6-11  

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: “Levántate y ponte ahí en medio”. El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?”. Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. El la extendió y quedó curado.

Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11)

«El amor se manifiesta en la caridad del que ama, que desea y hace el bien para el otro, sin egoísmo, sin esperar nada a cambio, con el único fin del bienestar del otro; y esto lo beneficia, porque amar hace bien, enriquece el alma, fortalece el espíritu, anima, vivifica y santifica.

Ama a Dios por sobre todas las cosas, y ama a tus hermanos haciendo caridad siempre con ellos. Porque por Dios has sido creado, a su imagen y semejanza, para amar y ser amado. Dios ama. El amor es don, gratuidad infinita de Dios que se dona a los hombres en misericordia a través del Hijo, para incluir a los hombres, por el Hijo, en el amor trinitario de Dios. 

Haz el bien siempre. Pero antes de actuar discierne: piensa, reza, y deja que el Espíritu Santo actúe en ti, para que obres siempre el bien, con una intención recta y un fin justo, como instrumento de la misericordia de Dios».

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11)

«Dios mira los corazones de los hombres, conoce sus intenciones. El que participa en una celebración litúrgica, con la intención de buscar alguna oportunidad para atacar a la Iglesia, es un hombre perverso y malvado, que no merece recibir los bienes espirituales derramados en la cruz. 

El hombre que comulga en pecado grave se condena. No es Dios quien lo condena, sino él mismo, que ofende gravemente a Dios por recibirlo en su corazón sucio y manchado por sus malas obras, su soberbia y sus malas intenciones. En cambio, el hombre que acude a escuchar la Palabra y la cumple, y comulga en estado de gracia, se santifica. 

El amor se manifiesta en la caridad del que ama, que desea y hace el bien para el otro, sin egoísmo, sin esperar nada a cambio, con el único fin del bienestar del otro; y esto lo beneficia, porque amar hace bien, enriquece el alma, fortalece el espíritu, anima, vivifica y santifica.

Ama a Dios por sobre todas las cosas, y ama a tus hermanos haciendo caridad siempre con ellos. Porque por Dios has sido creado, a su imagen y semejanza, para amar y ser amado. Dios ama.

El amor es don, gratuidad infinita de Dios que se dona a los hombres en misericordia a través del Hijo, para incluir a los hombres, por el Hijo, en el amor trinitario de Dios. 

Haz el bien siempre. Pero antes de actuar discierne: piensa, reza, y deja que el Espíritu Santo actúe en ti, para que obres siempre el bien, con una intención recta y un fin justo, como instrumento de la misericordia de Dios».