16/12/2024

Lc 6, 12-19

 

EVANGELIO

Pasó la noche en oración y eligió a doce discípulos, a los que llamó apóstoles.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 12-19  

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. 

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19)

«Muchos son los llamados, pero pocos son los elegidos. Dios elige a quien Él quiere, pero toma en cuenta la disposición de los que Él llama, para elegirlos y enviarlos.

El apóstol es el que comparte la misión del Señor, la ejecuta, la cumple con total disposición.

El discípulo sigue al Señor, aprende del Señor, perfecciona su disposición, hasta convertirse en apóstol.

Tú, acércate al sagrario, escucha su voz que te llama y te dice: ¿a quién enviaré? Y dile frente a frente: aquí estoy, Señor, envíame a mí.

Pero no lo digas con miedo, sino con convicción, sabiendo que lo que te ha de pedir será mucho, tanto que tú solo no podrás, pero confiando en que Él, que te pide mucho, te dará los medios, te dará la fuerza, te dará el poder para que todo lo que te manda lo puedas hacer.

Lo único que Él te pide, es disposición total a cumplir una misión que Él mismo te ha de encomendar de acuerdo a la vocación que te ha dado.

El Señor no se equivoca, es la sabiduría infinita. Acepta su voluntad y pon todo tu corazón en cumplirla.

Procura que en tu corazón encuentre siempre una total disposición a recibirlo y a cumplir con tu misión.

Déjalo transformar tu corazón en su morada permanente, para que seas un verdadero apóstol, y alegrarás su Sagrado Corazón».