16/12/2024

Lc 7, 19-23

EVANGELIO

Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído.

Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 19-23  

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”. Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: “Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro”.

En aquel momento, Jesús curó a muchos de varias enfermedades y dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la vista. Después contestó a los enviados: “Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que no se escandalice de mí”.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas 7, 19-23)

«Dios Todopoderoso se ha dado a conocer al mundo a través de la revelación de su único Hijo Jesucristo, Dios verdadero y hombre verdadero, que se ha manifestado a través de sus obras. Porque nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Dios todopoderoso hace su voluntad, que es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad, a través de la revelación de su Hijo Jesucristo. Él es la verdad que se revela en la Cruz, en la que derrama su sangre hasta la última gota, dando su vida por la salvación de todos los hombres. 

El Hijo de Dios se revela al mundo a través de sus obras, en las que manifiesta su infinita misericordia. Quien conoce al Hijo y cree en Él, da testimonio de Él con sus obras, renuncia a sí mismo, toma su cruz y lo sigue, porque sabe que no hay que esperar a otro. El Mesías es Él. El Camino es Él. La Verdad es Él. La Vida es Él.

Tú eres testigo de que Cristo está vivo. Lo ves en la Eucaristía, lo escuchas en el Evangelio, lo sientes en tu corazón. Has recibido su misericordia. Tu fe, tu esperanza y tu amor están puestos en Él. 

Anuncia la Buena Nueva. Ve y dile al mundo lo que has visto y lo que has oído, a través de la experiencia del encuentro que, con Él, has vivido, y que ha transformado tu corazón, por lo que das testimonio de ti mismo y de tu conversión, con tus obras de evangelización, para que conozcan la verdad, crean en Él y se salven, porque esa es la voluntad del Padre».