16/12/2024

Lc 10, 38-42

EVANGELIO

Marta lo recibió en su casa. María escogió la mejor parte.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”.

El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas: 10, 38-42)

«Contemplar a Jesús es ver y es escuchar con el alma la Palabra de Dios que se nos ha revelado. Es escoger la mejor parte.

A un invitado se le espera con todo preparado, y se le recibe, se le atiende, se disfruta de su presencia. Así es como debemos tratar al Señor cuando lo invitamos a venir a nuestro corazón, cuando nos preparamos para ir a su encuentro, a recibirlo en la Comunión.

Hay que preparar muy bien la morada para que se sienta bien recibido, ponerle atención, dedicarle tiempo, escucharlo, conversar con él, tratarlo como a un amigo, como a un hermano, como a un padre, como a un maestro, y servirlo.

Es importante que en tu vida existan las dos partes del servicio: el trabajo y la oración. 

Hay momentos para trabajar, hay momentos para descansar, hay momentos para comer; momentos para hacer otras actividades, pero siempre es momento para orar. 

Tus obras deben ser fruto de tu oración, para que sean obras llenas de Dios. Las obras vacías no sirven para nada. 

Que tus obras sean ricas del amor de Dios, de su sabiduría, de su misericordia.

Vive la unidad de vida, que es obrar con el amor de Dios, que recibes a través de una constante oración.

Pide ayuda a María. Ella te enseña, como una madre, a tratar a un invitado, con buena educación y, sobre todo, con respeto, con alegría, y con amor».