16/12/2024

Lc 11, 5-13

EVANGELIO

Pidan y se les dará.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 5-13  

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decide: ‘Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Pero él le responde desde dentro: ‘No me molestes. No puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados’. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.

Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca. encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán?

Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?”. 

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas: 11, 05-13)

«La misa es la renovación del sacrificio de Jesús. Por tanto, cada misa es un Viacrucis. Cuando tengas algo que pedir, pídelo en la misa, agradece, pide perdón, y acude con el corazón dispuesto a recibir, porque en la cruz, Dios se da todo: el Hijo de Dios te da su vida, para darte vida; Dios Padre te hace hijo, y te conserva unido a Él por filiación divina; y te da al Espíritu Santo, que le da a los que lo aman. Y si te da tanto, te dará también todo lo que necesitas. Pídele y te dará, búscalo y lo encontrarás, toca su puerta y te abrirá. Aprovecha esta audiencia general, que se vuelve privada, cuando tú recibes al mismo Dios en cuerpo, en sangre, en alma, en divinidad, en la Eucaristía, y te llena el alma de vida, de alegría, de luz, de alimento, de don, de perdón, de gratuidad. En esa unión, todo lo que pidas en su nombre, Él te lo concederá. 

Y luego reza, y transforma todas tus actividades del día en oración, pidiendo con insistencia lo que has pedido en la misa. Ya no tienes que repetirlo, solo tienes que decir: concédeme lo que en la misa te pedí. Insiste, en cada oración, en cada obra, en cada acción, ofreciendo todo lo que hagas, y haciendo todo por amor de Dios. Reza el Santo Rosario, cada cuenta es una santa petición, con insistencia. Y si pides no sólo para ti, sino para otros, como aquel que pidió tres panes para sus amigos, porque no tenía qué darles, entonces tu insistencia se convierte en oración de intercesión, santa insistencia que bendice Dios».